Varios son asesinos

Críticas de la ONU a la impunidad de policías brasileños

DPA Y AFP

Rio de Janeiro, 7 de octubre. La enviada especial de Naciones Unidas, que investiga a grupos de exterminio en Brasil, criticó hoy la impunidad que disfrutan los policías involucrados en asesinatos en el estado de Río de Janeiro, así como la resistencia de las autoridades locales a admitir la existencia del problema.

Estas "aseguran que todo está bien. No entienden la gravedad de la situación o entonces no tienen sensibilidad para lo que les pasa a los hijos de Río de Janeiro", dijo la paquistaní Asma Jahangir, quien precisó que sus críticas están dirigidas a la funcionaria de la policía María do Carmo Alves García, quien dijo que en los últimos tres años sólo hubo un caso de tortura policial, y al secretario de Administración Carcelaria, Asterio Pereira dos Santos, quien también minimizó las denuncias de asesinatos de civiles a manos de policías y las torturas y malos tratos en los penales.

Jahangir aseguró que es optimista en cuanto a las posibilidad de cambios bajo el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva.

Por otro lado, el gobierno anunció hoy que se reactivará el programa nuclear de Brasil con la producción industrial de uranio enriquecido, lo que fue aplaudido por científicos y condenado por ecologistas.

El físico Ennio Candotti, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia, y el presidente de la Sociedad Brasileña de Física, Adalberto Fazzio, aplaudieron la decisión, en el contexto del programa de autonomía energética y de uso pacífico de la energía nuclear.

Pero la noticia no fue bien recibida por los ecologistas, e incluso un diputado petista, Fernando Gabeira, anunció que dejará las filas del partido por su disconformidad con la política ambiental del presidente.

El ex guerrillero que participó en 1969 en el secuestro del embajador estadunidense Charles Elbrick, recordó que el gobierno autorizó recientemente la siembra de soja transgénica en la cosecha 2003-2004.

Con la producción industrial de uranio enriquecido a un máximo de 4 por ciento permitido por la Agencia Internacional de Energía Atómica, Brasil busca abastecer 60 por ciento de las necesidades de las plantas nucleares del país de generación de energía eléctrica, Angra I y Angra II, ubicadas al sur de Río de Janeiro.