El país tardará más de tres años en retornar a los mercados internacionales: Lavagna

Detienen a 5 ex jefes militares argentinos acusados de crímenes de lesa humanidad

El acuerdo con el FMI, "uno de los mejores", asegura el premio Nobel Joseph Stiglitz

AFP, REUTERS Y DPA

Buenos Aires, 7 de octubre. Cinco ex jefes militares argentinos fueron detenidos este martes acusados de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura (1976-1983), en el contexto de la causa que investiga la represión ilegal ejecutadas por el primer cuerpo del ejército, informaron fuentes judiciales.

El general de brigada retirado Héctor Ga-men y los coroneles retirados Pedro Durán Sáenz y Héctor Barba fueron detenidos por orden del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien el lunes libró orden de arresto contra ocho militares en retiro, cinco ex policías federales, un ex policía penitenciario y dos civiles, todos ellos acusados de terrorismo de Estado.

Horas después los brigadieres retirados Hipólito Mariani y César Comes se presentaron detenidos en distintas unidades militares de la capital.

Los cinco detenidos por violaciones contra los derechos humanos durante la dictadura pidieron, por su parte, que se declare la inconstitucionalidad de la anulación de las leyes de amnistía de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987).

Los militares detenidos ya habían estado en prisión en la década de los años 80, pero fueron beneficiados por esas leyes, que impidieron juzgar a responsables de delitos de lesa humanidad.

En agosto anterior el Congreso anuló las dos leyes de aministía o impunidad, lo que permite que se reabran causas, aunque varios juristas opinan que hasta que la Corte Suprema de Justicia no emita su opinión no se sabrá el destino de los represores.

Según fuentes de la fiscalía, el procurador general se prepara para pedir a la Corte Suprema una "urgente decisión" sobre las leyes. El pedido está vinculado con el juicio de extradición del ex marino Alfredo Astiz, a quien Francia quiere juzgar por el secuestro y desaparición de dos monjas francesas.

Canicoba Corral pidió la detención de los militares en la causa que investiga por desapariciones y otras violaciones contra los derechos humanos en el ámbito del primer cuerpo del ejército, la mayor unidad militar durante la dictadura, con jurisdicción en la capital argentina y en las provincias de Buenos Aires y La Pampa.

Todos fueron responsables de comandar centros clandestinos de detención, según entidades humanitarias.

Durán Sáenz está acusado de dirigir el campo de concentración El Vesubio, en la periferia sudoeste de Buenos Aires, y junto a Gamen fue responsabilizado por la muerte de la ciudadana alemana Elisabeth Käesmann, entre otros.

Antes de que este año asumiera el presidente Néstor Kirchner, la justicia de Roma reclamaba la extradición de Durán Sáenz a raíz de las desapariciones de ciudadanos italianos, pero se desistió después de la ne-gativa de anteriores gobiernos argentinos.

En el ámbito económico, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, admitió que Argentina tardará "mucho más de tres o cuatro años" en retornar a los mercados in-ternacionales de capitales, tras su peor crisis económica, que estalló en 2002.

Lavagna hizo esta declaración al hablar en una reunión con 200 grandes empresarios, a quienes criticó por haber apoyado el régimen de convertibilidad (de paridad cambiaria) que rigió durante 11 años y estalló en 2002.

"Las políticas que motivaron una espectacular expansión de la deuda pública han contado con el apoyo de sectores empresariales, grandes y medianos, salvo honrosas excepciones", subrayó el ministro, en me-dio de murmullos de los empresarios que estaban en el auditorio.

De su lado, el profesor Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, dijo a un diario francés que el acuerdo alcanzado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno de Kirchner es "claramente" uno de los mejores conseguidos hasta ahora por un país, pues "no impone ni una política fiscal demasiado severa ni una restructuración del sistema bancario ni un alza tarifaria".

Sin embargo, aclaró que "no creo en una metamorfosis del FMI, muchos de cuyos miembros eran hostiles al acuerdo. El organismo se ha plegado a la presión política, esencialmente de Estados Unidos".