El comercio exterior no puede ser la única base del futuro, dicen prelados de México y EU

El TLCAN ha llevado a los campesinos mexicanos a la pobreza extrema: obispos

ANGELES CRUZ

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es un sistema injusto que ha excluido a los campesinos mexicanos y los ha llevado a una situación de pobreza extrema, afirmaron obispos católicos de México y Estados Unidos. A partir de un análisis sobre las repercusiones del acuerdo comercial concluyeron que el comercio exterior no puede ser la única base del futuro.

Organizaciones sociales han señalado en reiteradas ocasiones que la recuperación del campo mexicano sólo será posible cuando la soberanía alimentaria y el fortalecimiento del mercado interno sean parte fundamental de la política nacional. En el mismo sentido se pronunciaron los prelados, que en días pasados sostuvieron un encuentro, motivados por la "depauperización de la economía campesina".

Señalaron que es necesario restablecer la fortaleza del mercado interno, sobre todo luego de observar el cúmulo de asimetrías entre las economías de los países que suscribieron el TLCAN.

En el balance de los efectos que ha tenido el acuerdo vigente desde 1994, los obispos resaltaron que a partir de su entrada en vigor se ha registrado un desmoronamiento de la estructura productiva y el desplome del poder adquisitivo de los trabajadores, el cual se refleja en el hecho de que el salario mínimo actual representa sólo 22.9 por ciento del que estaba vigente hace 20 años.

Además, señalaron los integrantes de la Iglesia católica, la situación del campo mexicano es dolorosa por la pobreza que padecen los agricultores y el desplazamiento de la mano de obra que ha generado mayor migración.

Lo anterior es resultado del análisis que en días pasados efectuaron los miembros de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS) de la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. A la reunión asistieron académicos especialistas en la materia de ambos países, así como representantes de redes nacionales de pequeños productores agropecuarios.

El encuentro tuvo como finalidad evaluar las repercusiones del intercambio comercial entre México y Estados Unidos dentro del TLCAN, "a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia", y porque es "preciso caminar con los pobres, reconociéndolos sujetos de la historia nueva por construirse", indicó Sergio Obeso, arzobispo de Xalapa y presidente de la CEPS.

"Debemos ser anunciadores de un mundo nuevo, lo cual implica intensificar la búsqueda de nuevos sistemas económicos que promuevan la justicia mediante procesos participativos que ayuden a superar la pobreza", subrayó.

El diagnóstico de los obispos parte de que de 1997 a la fecha el campo mexicano ha dejado de dar empleo a 2 millones de trabajadores, mientras más de 300 connacionales cruzan cada año la frontera en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos.

Opinaron que un problema grave tiene que ver con las asimetrías entre las diferentes economías que no están reconocidas en el TLCAN. Mientras en Estados Unidos la población rural equivale a 5 por ciento del total, en nuestro país es de 25 por ciento.