Contrastan opiniones de Schroeder y Herzog respecto de la tecnología en el cine

El video entre los indígenas tiene un uso comunitario, coinciden cinerrealizadores

JORGE CABALLERO ENVIADO

Morelia, 5 de octubre. Ayer domingo, en la tercera jornada del Primer Festival Internacional de Cine de Morelia, se efectuó la mesa redonda El auge de los medios indígenas de comunicación, en la que seis cinerrealizadores indígenas -Alfonso Magaña, Pedro Daniel López, Fabiola Gervasio, Carlos Efraín Rojas, Jaime Magaña y Bruno Varela-, debatieron respecto de si había un auge en el uso de los medios audiovisuales en las comunidades indígenas.

En opinión de Carlos Efraín Rojas, quien presenta su documental Cuando la justicia se hace pueblo, que muestra la resistencia civil en algunos poblados de Guerrero, donde la violencia, el narcotráfico y la pobreza son los principales problemas, dijo: "No hay tal auge en la utilización del video entre los indígenas, lo que existe es el uso del video como una importante expresión entre algunas comunidades indígenas, lo han convertido en una herramienta importante para denunciar violaciones a sus derechos humanos, algo que les permite ampararse".

Por su parte Jaime Magaña, director de Los remedios, que muestra esa práctica de los indígenas cuando no hay médicos cerca, explicó: "El video sirve para concientizar a los indígenas sobre qué se está haciendo con su cultura y cómo evoluciona. Hemos trabajado con distintas comunidades y lo estamos haciendo con los jóvenes para que aprendan, por medio del video, a archivar y difundir sus tradiciones y costumbres, utilizando el documental o la ficción sin ponerse límites; que realicen todo lo que quieran".

Fenómenos aislados

Bruno Varela, quien presenta su trabajo Walkman, que muestra una doble reflexión: la tecnología individual por excelencia, el walkman, confrontada con la caminata rumbo a San Lucas Camotlán Mixes, una de las miles comunidades oaxaqueñas que no tienen caminos de acceso, mencionó: "Este auge no es más que una mera invención gubernamental, creo que lo que sí hay es un auge del video comunitario, fenómenos aislados fuera de lo institucional. Realmente hubo un boom a mediados de los años 90, cuando Luis Supone realizó algunos trabajos con algunas comunidades indígenas y muchos de ahí aprendieron; eso es lo que nosotros hacemos, una red de videoastas indígenas por todo el país".

Asimismo, Barbet Schroeder y Werner Herzog ofrecieron una conferencia, que más bien fue un diálogo dirigido con el público, que colmó el teatro José Rubén Romero; un debate con opiniones encontradas entre los dos cineastas: para Herzog el cine "se debe guardar como nació originalmente, en cinta para cinematógrafo", mientras para Schroeder "el cine digital será el futuro de esta expresión artística".

También hubo grandes anécdotas como la que contó Schroeder que le ocurrió cuando filmaba Barfly (Mariposa de bar): "esa noche bebí con Charles Bukowski 25 botellas de vino; al regresar a mi casa me habló y me dijo: 'Creo que quieres bajarme a mi mujer y te voy a matar la próxima vez que te vea'; le expliqué que no quería nada con su mujer, le propuse que le haría una carta de suicidio firmada por mí para que no tuviera problemas con la autoridad si me metía con su mujer, así no lo culparían. El me respondió: 'Tú me empiezas a caer bien'. Fuera de eso no tuvimos grandes problemas; todo fluyó como cuando trabajé con Fernando Vallejo en La Virgen de los sicarios".

Fue una tarde/noche de despejar dudas en cuanto a la nueva película de Herzog: "Sobre la cinta del monstruo del lago Ness ha habido mucha confusión; no soy el director de esa cinta, más bien soy un actor más, pero no puedo decirles más porque se estrena en enero o febrero de 2004, así que ya verán".

El pánico escénico del escritor Fernando Vallejo impidió que se presentara y charlara con el público que se dio cita en el Cinépolis Centro para ver el largometraje documental de su vida, La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo. Este trabajo, dirigido por Luis Ospina, recibió una ovación del respetable al términar la proyección.

El que sí estuvo fue Ospina, quien despejó las dudas del por qué su trabajo con el polémico escritor y cineasta: "Lo que pasa es que Fernando Vallejo era una figura desconocida en Colombia, pocos sabían de su existencia hasta antes de la película La virgen de los sicarios. Entonces lo que se sabía de él era que había filmado pocas películas en México y que había publicado algunas novelas. Así que lo llamé. Me dijo que viniera a México y lo filmé, cosa rara porque casi no le gusta que se le exhiba".

Agregó que La desazón... "ya se exhibió en Colombia con buen éxito, y actualmente está rotando por las salas de ese país sudamericano con capacidad de proyectar video", además agregó que todavía no hay planes para que se proyecte en México; "los distribuidores dirán", dijo.

Habla en nombre propio y sin disimulos

En La desazón... Vallejo decide hablar en nombre propio y asume sin disimulos ni suterfugios sus amores y odios. El documental no sólo abarca su vasta obra literaria, sino también sus múltiples intereses: música, cine, poesía, gramática, ciencia y sus irreductibles/irreverentes opiniones políticas, literarias y sociales respecto de Colombia.

También se inició en este festival el homenaje, con la proyección de El león de la sierra morena (1928), al cineasta michoacano Miguel Contreras Torres, cuya trayectoria como director, productor, guionista y actor dejó testimonio de su nacionalismo.