El edil panista promueve un estacionamiento subterráneo

En riesgo, la catedral poblana por obra municipal

Los trabajos cerca del inmueble colonial, dañado por el sismo de 1999, provocan gran movilización ciudadana

LA JORNADA DE ORIENTE

Puebla, Pue., 5 de octubre. La catedral poblana está en riesgo. El ayuntamiento de la capital pretende construir junto a este inmueble colonial un estacionamiento subterráneo de cuatro niveles, pese a la opinión en contra de la sociedad civil, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el Instituto Estatal del Patrimonio Histórico, Artístico y Arquitectónico, e inclusive organismos internacionales como la dirección de Patrimonio Mundial de la UNESCO y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos).

Hace un mes el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgó al ayuntamiento un permiso para hacer un estudio de mecánica de suelos, y aunque la semana pasada se iniciaron excavaciones profundas, la obra no ha sido clausurada. Según el delegado del INAH en la entidad, Víctor Hugo Valencia Valera, el jueves envió un ''extrañamiento'' a la comuna para que explique qué tipo de obras están haciendo, pues no hay autorización para el estacionamiento subterráneo.

El presidente municipal panista Luis Paredes Moctezuma (militante en su juventud del Frente Universitario Anticomunista) pensó en esta obra desde los años 70 y la plasmó en su tesis de arquitectura. Hace dos años y medio, cuando arrancó su campaña por la alcaldía, retomó su propuesta. Desde que asumió el gobierno capitalino (en febrero de 2002) advirtió que el estacionamiento se haría con o sin la autorización del INAH, pues según él el artículo 115 constitucional le da pleno derecho a gobernar la ciudad sin ''andar pidiendo parecer''.

Desde entonces ha habido académicos y ciudadanos que se oponen al proyecto, pero la respuesta del edil fue: ''son mentes primitivas que le tienen miedo al éxito''.

Casi todo 2002 fue de dimes y diretes entre el ayuntamiento y los opositores, hasta que el 12 de diciembre el director de Macroproyectos del gobierno municipal, Maximino Bear, entregó a la delegación del INAH un escueto documento denominado Plan Integral de Recuperación del Centro Histórico, en que se incluían cinco estacionamientos subterráneos: Zócalo, plaza de Los Sapos, templo de Santo Domingo, plaza de San José y parque de San Luis.

A partir de entonces hubo varias reuniones entre funcionarios del ayuntamiento y el INAH, con todo y que Luis Paredes había afirmado que no necesitaba de la autorización federal para promover sus proyectos.

Ahora, con el pretexto de que el INAH no ha contestado sobre el plan, comenzaron las obras sin autorización. Sin embargo, el INAH-Puebla y la Dirección Nacional de Monumentos han emitido comunicados en la prensa local para aclarar que el INAH ha contestado en tiempo y forma al ayuntamiento.

Por su parte los opositores, agrupados en la Red Ciudadana de Apoyo Mutuo, han intensificado sus acciones desde que se instaló el acotamiento en la zona de obras. La semana pasada desmontaron algunas láminas de la barda que cubre la construcción, y han exigido al gobernador Melquíades Morales Flores, al Congreso del estado y al INAH-Puebla que detengan las obras, pero nadie lo ha hecho.

Sergio Zaldívar, ex director de Monumentos Coloniales del INAH; Alfonso Vélez Pliego, presidente de Icomos-Puebla; Victoria Taboada, presidenta del Instituto Estatal del Patrimonio Histórico, Artístico y Arquitectónico, y urbanistas de las universidades Autónoma de Puebla y Popular Autónoma del Estado, han advertido sobre la poca viabilidad del proyecto.

Los argumentos: se fomentará la entrada de automóviles al Centro Histórico; se pondrá en riesgo la catedral, cuya estructura se dañó en el sismo de 1999, y los estacionamientos subterráneos son propuestas anacrónicas de los años 70, que ya están generando daños en la catedral de Guadalajara y la Plaza de Armas de Tuxtla Gutiérrez.

Sin embargo, el edil ha emprendido una campaña en medios de comunicación contra los opositores y en favor del plan. El 17 de septiembre la coordinación de Macroproyectos anunció que la empresa Cimentaciones Mexicanas (que supuestamente recibió la concesión para construir y operar el estacionamiento) obtuvo un crédito de 38 millones de pesos del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras). Dos semanas después se desmintió la versión.