El Instituto Superior de Arte se inscribe en la formación integral que promueve el Estado

La enseñanza articulada, secreto de la proliferación de talentos en Cuba

En la isla se promueve la inserción al mundo de la cultura, pero con respeto a la identidad del individuo, la nación y la región, indica Ana María González, rectora de la institución

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

La percepción que se tiene de Cuba en el exterior es folclorizante. ''Se cree que todo el mundo ahí baila y canta, porque estamos en una isla en la región del Caribe, y no se reconoce que detrás de todo eso hay un sistema que favorece el desarrollo de los talentos'', afirma Ana María González Mafud, rectora del Instituto Superior de Arte (ISA), dependiente del Ministerio de Cultura cubano, cuya cualidad es que en un mismo espacio se reúne la enseñanza de las artes, desde música hasta medios de comunicación audiovisuales, pasando por danza, teatro, escultura y cine.

El ISA, denominado también universidad de las artes, se creó en 1976 en un espacio de 660 mil metros cuadrados, donde funcionó, hasta 1959, el Country Club. Junto con las escuelas de instructores de arte, integra el sistema de enseñanza artística. Cuenta con mil 138 alumnos y cada año egresan entre 100 y 150. Entre sus estudiantes hay varias decenas de colombianos, mexicanos, estadunidenses y de otras nacionalidades, que ingresan gracias a un sistema de becas o pagando colegiaturas.

González Mafud explica en entrevista: ''Si algo distingue la formación cultural en Cuba es la existencia de un subsistema de enseñanza artística en el sistema general de educación elemental y superior, de la misma manera que existe para el deporte. Ese subsistema de enseñanza artística se estructura en tres niveles: elemental, medio y superior. Los dos primeros acaban de cumplir 40 años, ya que se integran en el proyecto de la revolución cubana".

Antes de la llegada de Fidel Castro al poder, la enseñanza artística estaba dividida en liceos, conservatorios y escuelas, pero con el sistema que se aplica desde entonces se tiene la capacidad de captar talentos a muy temprana edad y garantizar su desarrollo. Los sistemas de enseñanza artística tienen su base en las escuelas de instructores de arte, creadas con la idea de ''favorecer no que una persona fuera un artista, sino garantizar la educación artística de la comunidad y de la sociedad, porque se afirma que en la medida que uno conoce más puede apreciar y disfrutar más de las cosas, sea un concierto o una obra de teatro".

La Escuela Nacional del Arte agrupaba los sistemas de educación medios y elementales, y en 1976 se funda el Instituto Superior de Arte. ''Somos una universidad joven, porque somos el resultado del desarrollo de la enseñanza artística: no podía existir una universidad si no existían los maestros y artistas capaces de llevar a cabo un proyecto pedagógico de esta naturaleza".

En el ISA, sistema financiado por completo por el Estado cubano, existen cuatro facultades -artes de los medios de comunicación, artes escénicas, artes plásticas y música-, cinco carreras -licenciado en arte de los medios de comunicación, arte teatral, arte danzario, artes plásticas y música-, y 39 perfiles o especializaciones. Los años de estudio van de cuatro a cinco años, y después están los posgrados, maestrías y doctorados en arte, además de que cada facultad cuenta con su propio festival, anual o bienal. Entre los maestros que integran el plantel están artistas de la talla de Susana Pérez Jesús Ortega, Efraín Amador, Leo Brouwer, Víctor Rodríguez o Corina Mestre.

Es un sistema modelo, porque completa la técnica que los alumnos han recibido en los niveles elemental y medio con una formación humanista; se enseña la técnica, pero también es un espacio de experimentación, y porque en un mismo espacio confluyen todas las artes, subraya González Mafud, lingüista y profesora en la Universidad de La Habana.

La artística ''es una enseñanza costosa. De ahí que el bloqueo económico ha ejercido una influencia negativa sobre el desarrollo de una escuela de estas características, en la medida en que se encarece la adquisición de materiales. Por ello no disponemos de todos los recursos que necesitamos, pero no se ha cerrado ninguna escuela y ninguna especialización, porque contamos con la voluntad de los maestros", además de los alumnos y profesionales en distintas partes del mundo que ayudan a subsanar las carencias.

Indudablemente que vivimos en un mundo globalizado, agrega la funcionaria, "pero se trata de tomar de la globalización esos aspectos que pueden ser útiles, pero siempre sobre la base de preservar la identidad.

"En primer lugar la identidad del individuo, pero también la identidad cultural de nuestra nación. Nación, patria y cultura en Cuba tienen un desarrollo histórico entroncado. De hecho nuestras primeras figuras de la intelectualidad siempre han estado muy comprometidas con la defensa de la nación, de la identidad cubana y con nuestra identidad regional, caribeña, latinoamericana, es decir, con nuestra inserción en el mundo universal de la cultura.''