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E D I T O R I A L
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México D.F. Sábado 4 de octubre de 2003

 


UNA GUERRA ESTUDIADA, PROVOCADA

sol-2La invasión y ocupación de Irak no tuvo justificación alguna, comprueba la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) al declarar que, aunque Estados Unidos gastó ya 500 millones de dólares y gastará otros 600 millones en la búsqueda de supuestas armas de destrucción masiva, que fueron pretexto para agredir a un país independiente, éstas no han sido encontradas. Inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el gobierno iraquí y fuentes independientes habían declarado ya hasta el cansancio que dichas armas no existían, que Irak no estaba en condiciones de atacar a nadie y que no tenía lazos con Al Qaeda, grupo islámico que detestaba al gobierno laico del Partido Socialista Arabe iraquí.

Mas el gobierno de George W. Bush necesitaba una guerra para afirmarse y hacer olvidar su ilegitimidad; la deseaba, la había preparado durante años, la provocó y la hizo. Para eso pisoteó el derecho de personas, a la ONU, a sus alianzas internacionales y a la opinión pública mundial, y creó todo un arsenal de leyes liberticidas en Estados Unidos.

Pero Bush logró situar sus tropas en las fronteras de Siria, Jordania, Turquía e Irán para desde allí convertirse en potencia medioriental, reforzar a Israel y amenazar a todo el mundo árabe, al mismo tiempo que se adueñaba del petróleo iraquí. Esa invasión sin justificación, que el canciller británico sigue justificando como necesaria, expuso ante el mundo a Washington y a sus perritos falderos de Londres y de Madrid como gobiernos fuera de la ley, así como destructores de ese órgano de negociación y mediación que es la ONU, y del principio de la solución pacífica de los problemas entre estados independientes.

Ahora, política y moralmente al desnudo, y una vez fracasados sus planes de contar con el apoyo de una fracción importante del pueblo iraquí (en particular de los chiítas), Estados Unidos se enfrenta a una creciente y costosa guerra de guerrillas en el mismo momento en que la recesión, internamente, provoca el aumento del número de pobres en 1.6 millones y lo eleva a 35 millones, cuando se suceden los despidos en las empresas, caen los consumos, no se efectúan inversiones, y aumenta -hasta ser mayoría- el número de quienes rechazan la ocupación de Irak o no están de acuerdo con la conducción de la economía. Ante esto, al verse obligado a arrojar otros 87 mil millones de dólares al pozo sin fondo de una ocupación militar que le cuesta ya 48 mil millones de dólares por año, el gobierno de George W. Bush se traga la humillación y pide a la ONU y a sus aliados-adversarios -como Francia y Alemania- que paguen parte de su aventura y le ayuden a salir de apuros en el avispero medioriental. Pero ya es tarde y la lógica condena a los belicistas.

Si las supuestas armas de destrucción masiva que fueron pretexto para la guerra jamás existieron, ¿qué hacen en Irak 120 mil soldados de ocupación? ¿Por qué debería pagar el contribuyente estadunidense los negocios de las compañías del vicepresidente Dick Cheney? ¿Por qué debería respaldar el neocolonialismo y el apar- theid que practica Israel, condenado por racista y criminal por los mejores pilotos e intelectuales is-raelíes? ¿Por qué no se organizan elecciones inmediatas en Irak y se deja que el pueblo de ese país decida, sin restricción alguna, cuál debe ser su gobierno y su destino? ¿Por qué no indemnizar de inmediato a los iraquíes por los costos terribles, humanos y materiales, de una guerra infame y sin ni siquiera una pizca de justificación? ¿Por qué no hacer una autocrítica pública ante el pueblo estadunidense y Naciones Unidas por las mentiras, el aventurerismo, la política de matones de Estados Unidos y sus falderos? ¿Por qué no excusarse públicamente ante Francia y el mundo por la brutalidad de los insultos a quienes se negaban a enlodarse junto con Estados Unidos, España y el Reino Unido, y hasta por el ridículo de cambiarle oficialmente el nombre a las papas fritas y de arrojar buen Borgoña por las alcantarillas?
 

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