.. | México D.F. Viernes 26 de septiembre de 2003
FORO DE LA CINETECA
Carlos Bonfil
Ventana del alma
Cartografía de la imaginación
Palabra para la evocación
WALTER CARVALHO ES, ante todo, un camarógrafo brillante. Responsable de la fotografía de películas brasileñas como Estación central y Detrás del sol, de Walter Salles, A la izquierda del padre (Lavour Arcaica), de Luiz Fernando Carvalho, y de la controvertida Madame Satán, de Karim Aïnouz, aún inédita en México, Walter dirige, luego de cinco años de investigación y entrevistas, al lado de Joao Jardim, Ventana del alma (Janela da alma), su primer largometraje, documental sobre la vista y sus disfunciones, pero de modo más interesante, sobre esa mirada interior que permite a cualquiera percibir lo invisible y que un neurólogo entrevistado, Oliver Sacks, identifica técnicamente como la imaginación.
A ESA FACULTAD de imaginar y configurar mapas interiores, de leer entre líneas o entre imágenes, según precisa el director Wim Wenders, se le dedican viñetas fascinantes, todo a partir de 19 testimonios de artistas y hombres de ciencia, de personas con miopía o vista defectuosa, invidentes congénitos o los que llegaron a tal condición por enfermedad o accidente. De su oficio y su relación con la mirada hablan el lusitano José Saramago (autor de la novela Ensayo sobre la ceguera), y los cineastas Agnès Varda y Wenders. Habla también un concejal de Belo Horizonte, quien con gracia describe las ventajas de la invidencia y los modos de orientarse por una ciudad que perdura en la memoria muchos años después de haber perdido la vista -una cartografía de la imaginación, una ciudad alterna.
HAY UN FOTOGRAFO ciego, Evgen Bavcar, también filósofo, que evoca la confusión y vergüenza de Adán y Eva en el Paraíso, al descubrir su desnudez, y con ella su condición de seres mortales. Desde entonces, añade Bavcar, el hombre ama a la muerte en cada contacto con las mujeres. El director de En el transcurso del tiempo prefiere mutilar su campo visual natural y procurarse con los anteojos otra perspectiva determinada por el encuadre. Facultad de subvertir la función de los sentidos. O de suplantar su carencia: de nuevo Bavcar: ''No veo las imágenes, pero las fabrico".
VARDA, LA DIRECTORA de Jacquot de Nantes, filma el cuerpo de Jacques Demy, su marido enfermo, próximo a morir, y su captura minuciosa de esa superficie epidérmica es para ella testimonio y legado insustituible, un acto de amor y cercanía oficiado por la cámara.
LOS REALIZADORES ORGANIZAN los testimonios de modo atractivo e inteligente, hilvanan con malicia puntos de vista y temas recurrentes. Luego de una incursión en las vivencias de los declarantes (estupenda revelación para uno de ellos, que por primera vez se coloca anteojos, percibir por primera vez la textura de las hojas en un árbol), el filme aborda la cuestión más general de la saturación de imágenes en el mundo actual. ''Todos vivimos hoy en la caverna de Platón", asevera Saramago, 500 canales de televisión a nuestro alcance son 500 periódicos frente a nuestra puerta cada día. Un verdadero absurdo.
LOS REALIZADORES NO pretenden ir más allá de ese cliché poético que hace de los ojos una ''ventana del alma". El tema de la mirada interior se presta a retóricas sentimentales que por fortuna se evitan aquí de manera cuidadosa. La cinta revela la dificultad de transmitir en imágenes las sensaciones descritas (se juega con una imagen borrosa, con otra intermitente, con variaciones cromáticas, pero eso apenas es suficiente); lo que persiste es la palabra y su poder de evocación -la palabra, por ejemplo, del anciano que sostiene que la gente escucha por la nuca, agachando la cabeza, en lugar de aguzar el oído. Esa palabra se añade a otras voces, melancólicas, entusiastas, en esta intrigante exploración de la mirada. |