Los juegos fueron grandes y maravillosos, afirmó Mario Vázquez Raña

Con la alegría del merengue, Santo Domingo despidió los Panamericanos

Río de Janeiro recibió la estafeta para la realización de la justa continental en 2007

AFP, DPA Y PL

Santo Domingo, 17 de agosto. Como mejor lo podía hacer, con la alegría del merengue y el calor del pueblo dominicano, los 14 Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 dieron su adiós a los deportistas de América, quienes volverán a rencontrarse en la cita de Río de Janeiro 2007.

Diecisiete días de competencias, en los que el espíritu olímpico abrazó a más de 5 mil 300 atletas del continente que disputaron una interesante lucha en 35 disciplinas deportivas, finalizó esta noche cuando la llama olímpica dejó de flamear radiante en el estadio Pedro Juan Duarte.

La ceremonia se desarrolló en un clima de palpable alegría y comenzó con el desfile de las delegaciones de los 42 países participantes.

El presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), el mexicano Mario Vázquez Raña, clausuró la justa quisqueyana, la cual calificó de "grande y maravillosa'', frase que repitió en cinco ocasiones durante su discurso, por aquello de los abucheos que recibió en la ceremonia de apertura ante las permanentes críticas que hizo al comité organizador de los juegos.

"No hay países pequeños cuando se tiene orgullo y visión. Los Juegos de Santo Domingo 2003 pasarán a la historia porque nos enseñaron lo que se puede hacer y lo que no se debe hacer.

"Nos vemos en Río de Janeiro, en 2007'', dijo el dirigente mexicano, quien agradeció en particular al pueblo dominicano y al presidente Hipólito Mejía, de quien dijo, hizo posible el éxito de la justa.

En su turno, el presidente del comité organizador local, José Joaquín Puello, llamó a los más de 30 mil asistentes a gritar a una sola voz: "¡Misión cumplida!... ¡Misión cumplida!... ¡Misión cumplida!''

A las palabras de los dirigentes deportivos, una fiesta multicolor del popular carnaval de Río de Janeiro se tomó el escenario con un espectáculo típico carioca, que tuvo samba, meninas despampanantes y la intervención del cantante Alexandre Pires, uno de los artistas brasileños más populares del momento y ganador de un premio Grammy.

Luego, como show central, el merengue de Juan Luis Guerra, en compañía de su sobrina política y Miss Universo, la dominicana Amelia Vega, despidieron la cita panamericana con las mejores canciones del espigado cantante, quien llamó a los atletas a que "Ojalá llueva café en el campo''... de Río de Janeiro.

EU, el máximo ganador

Estados Unidos, con 271 medallas, 117 de oro, fue el máximo ganador de las competencias continentales, seguido de Cuba con 152 preseas (72 doradas), Canadá 127 (29 áureas), Brasil 123 (29 títulos) y México con 79 (20 primeros lugares).