LETRA S
Agosto 7 de 2003

La vida no es fácil para nadie


 
 
ls-mujer
Rocío Sánchez

Con 39 años de edad y una hija que, al igual que ella, vive con VIH, María trabaja como empleada doméstica y lucha cada día para que ambas puedan seguir sus tratamientos. Ella está afiliada al IMSS pero su hija debe atenderse en Censida, donde solamente le proporcionan los medicamentos profilácticos. Sabe que en breve tendrá que empezar a pagar los estudios de carga viral en Censida, y eso le preocupa enormemente. Hasta donde le han informado, cada estudio costará 2 mil pesos, por lo que con angustia se pregunta: "¿de dónde voy a sacar para pagarlos?"

"En 1995 me enteré que soy portadora. Ese mismo año murió mi esposo a causa del sida. Yo quedé en un fuerte shock después de su muerte, además de que no me dejó nada, ni seguro ni nada. Cuando quise ir a hacer los trámites para obtener mi seguro social, ya era demasiado tarde. Entonces empecé a atenderme en Conasida. En aquel tiempo había pocos medicamentos. Luego de un tiempo un tío de mi esposo me aseguró en el IMSS, pero mi hija no quedó cubierta. Sería necesario que se cambiara el apellido, pero ella no quiere y eso se le respeta.

"Ella, que también vive con el virus, es mi principal preocupación. Se sigue atendiendo en Conasida, donde le están proporcionando sus medicamentos profilácticos, pero cuando es necesario hospitalizarla o cuando tengo que comprarle otros medicamentos sí me las veo difíciles. Trabajo en una casa como empleada doméstica y con lo que gano debo solventar todos los gastos. Incluso cuando me enfermo debo trabajar, porque con un día que no trabaje, no comemos ni mi hija ni yo.

"Como mujer creo que una se preocupa más por la familia, aunque también los hombres, pero nosotras trabajamos más. Tenemos más cosas a nuestro cargo, como hacer rendir el gasto, cuidar la casa, el esposo, los hijos y ya después una. Mi hija necesita de mi atención y compañía, pero por mi trabajo no puedo estar con ella todo el día. Es difícil porque ya es una adolescente y a veces se siente muy sola. Cuando me encuentro con que hay desabasto de medicamentos trato de conseguir primero lo de ella, porque tengo que comprarle otros medicamentos que no le proporcionan. Todo esto es muy duro pero, bueno, siempre he sabido que la vida no es fácil para nadie.

"Con frecuencia hay desabasto de medicamentos. Por eso desde hace un tiempo me acerqué a Vanmpavih (Vanguardia Mexicana de Personas Afectadas por el VIH/sida), donde como grupo nos solucionan el problema en lo inmediato, pero a las personas que no están en una organización se les hace más difícil."