Una enciclopedia campesina y una guerrilla de teatreros, entre los galardonados

Diversidad, cualidad de los proyectos reconocidos con el Premio Andrés Bello

Destaca una investigación sobre el uso tradicional de recursos naturales en Bolivia

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Santafe de Bogota, 24 de mayo. La diversidad es la característica de los siete proyectos provenientes de varios países latinoamericanos ganadores en las varias categorías del cuarto Premio Convenio Andrés Bello, y van desde enciclopedias campesinas en los Andes peruanos hasta el resurgimiento, en la legendaria Sierra Maestra cubana, de una inquietante "guerrilla" (de teatreros), pasando por el manejo tradicional de los recursos naturales por parte de organizados indígenas bolivianos.

El proyecto Enciclopedia campesina, presentado por la Asociación Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, uno de los departamentos más pobres de Perú, ubicado en la cordillera de los Andes, elabora sus libros y otros materiales bibliográficos con base en testimonios recogidos de manera directa de los campesinos.

"En 1971 se fueron formando las primeras bibliotecas, basadas en las propias tradiciones locales. Cada bibliotecario es elegido en asamblea y su casa es el espacio de trabajo. La familia atiende a los lectores, con lo que se convierte en una familia bibliotecaria", cuenta Lola Josefina Paredes, una de las cabezas de esa asociación.

Los coordinadores suman unas 600 bibliotecas, las cuales están extendidas ya no sólo en Cajamarca sino en nueve de 13 provincias, como Cajabamba, Celendín, Contumazá, Chota, Hualgayoc, San Marcos, San Miguel y San Pablo.

Paredes dice que este proyecto no tiene apoyo del Estado, y agrega: "Nunca nos han contestado de la Biblioteca Nacional, por lo que insistimos en la autocapacitación". Y reflexiona:

''Los libros no son un objetivo en sí mismo, sino que sirven para refrescar los conocimientos. Se fomenta la lectura y por medio de la biblioteca campesina se recoge el saber tradicional. Es un camino para asumir la pobreza, pero con dignidad, como una manera de enfrentar lo que nos arremete y consolidar el camino por el que seguiremos yendo."

De este modo, la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca se ha constituido en un movimiento educativo-cultural y en una forma de enfrentar el analfabetismo, "como tal y por desuso".

Somos expertos en lo nuestro

El proyecto de investigación participativa sobre uso y manejo tradicional de los recursos naturales en la región de Santa Cruz, presentado por la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, es vista como una experiencia de apropiación social del patrimonio ambiental y cultural.

"En nuestra propia visión y hábitat, los indígenas somos expertos en nuestros territorios. Por eso la confederación consideró importante concursar, para demostrar las capacidades de los pueblos indígenas para promover su propia gestión en el uso de sus territorios."

Habla uno de los dirigentes de esta organización, fundada en 1982, Saúl Chávez, quien tras recordar la tragedia de varios pueblos y lenguas bolivianas en peligro d extinción, comenta que la confederación tiene como objetivos principales la titulación de sus tierras, la consolidación de sus derechos y el respeto a su cultura tradicional.

El proyecto ganador consta de 21 investigaciones sobre plantas y animales, de las que han surgido varias publicaciones que se han distribuido en bibliotecas, aunque también se han producido varios videos.

Una utopía realizable

La ''guerrilla'' ha resurgido en la Sierra Maestra cubana y, como en los años 50, recorren los pueblos en camiones portando banderas nacionales y mantas incendiarias. Sin embargo, no cargan fusiles, pues los han sustituido por utilería, vestuarios, maquillajes, máscaras, títeres y las ganas de hacer teatro.

Se trata del proyecto sociocultural comunitario e itinerante Guerrilla de Teatreros, impulsado desde 1992 por el Consejo Provincial de las Artes Escénicas y la Sala Teatro José Joaquín Palma, de Bayamo, Cuba.

En ese extenso territorio de la provincia de Granma, comenta el director René Reyes, estos "guerrilleros del arte" recorren más de 800 kilómetros para llevar la cultura a 240 comunidades y otros asentamientos, con lo que más de 45 mil habitantes de la región disfrutan o participan de las actividades teatrales, con especial énfasis en los niños.