A PLENO ZACALO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Marchas contra la ciudad

ASFIXIADOS EN CONTAMINACION, calor, furia, retrasos, los defeños hemos atravesado una de las peores semanas viales del año. ƑEl motivo? Marchas que violan la ley y que provocan el desquiciamiento del tráfico y de la vida. Vivimos nuestra condición de rehenes ante la decisión desesperada de un líder sindical sin bases; apenas lo sigue 10 por ciento de los trabajadores y la mayoría de las áreas del Gobierno del Distrito Federal han mantenido sus actividades.

LAS MARCHAS EN la capital, que el año pasado fueron más de 500, se incrementan en años electorales y a veces estas movilizaciones tienen un fondo político de la peor especie. Difícilmente rendirán los frutos que sus perpetradores esperan. La gente ha despertado a la democracia y está cada vez más consciente de sus derechos y obligaciones. Los artículos 112 y 113 de la Ley de Transporte y Vialidad del Distrito Federal, aprobada por la Asamblea Legislativa en diciembre de 2002, establecen que las autoridades deben preservar el control de corredores viales que garanticen la seguridad y movilidad de la ciudadanía en caso de alguna emergencia o acontecimiento natural o humano. "Las vías primarias, dada su naturaleza y destino, son de interés público y se consideran estratégicas, por lo que no podrán utilizarse para otro fin que no sea el tránsito vehicular, con excepción a lo establecido en el artículo 107 del presente ordenamiento".

EL ARTICULO 107 aclara que durante las manifestaciones sólo se podrán usar las vías primarias para efectuar cruces momentáneos. Las demostraciones de esta semana han bloqueado la calzada de Tlalpan, las calles del Centro, el Eje Central, y Reforma, entre otras, pero el trastorno impactó y desorganizó a toda la ciudad. Miles, millones de horas útiles, de vida útil dilapidados. ƑPara qué? Para dañar la popularidad del jefe de Gobierno y el posicionamiento de su partido. La gente se da cuenta, por ello el diluvio de injurias que reciben los manifestantes.

LOS CIUDADANOS HEMOS dado muestras de tolerancia extrema en estos días. Las autoridades no han caído en las provocaciones y se han atenido al marco legal. Los reclamos pueden canalizarse a través de mecanismos existentes de concertación, gestión y negociación. Pero esto no sucede ni sucederá.

EL PUEBLO CLAMA: šya basta! Y espera que se garantice el orden público. Es cierto, las manifestaciones deben ser respetadas, pero no la amenaza ni el uso de violencia. Y cerrar las vías primarias es violencia. Todo ciudadano tiene garantías que son incompatibles con estos abusos. La Constitución garantiza el derecho al libre tránsito, a la seguridad jurídica y personal, al ejercicio de las profesiones, a la salud y al ambiente apropiados. El ejercicio de una garantía no puede violar los derechos humanos de los demás gobernados. El respeto al derecho ajeno es la paz.

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