.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

P O L I T I C A
..

México D.F. Domingo 25 de mayo de 2003

Guillermo Almeyra

Dos peligros para la independencia política

Cuando todavía existía gente que conocía la literatura clásica y sabía ubicar Sicilia en el mapa, se decía que había que evitar, en política, tanto a Escila como a Caribdis (o sea los mortíferos escollos situados a izquierda o a derecha del estrecho de Mesina contra los cuales las mareas podían arrojar a los navegantes incautos). Ahora, sin metáforas, hay que escapar tanto de un seco dogmatismo que lleva a ver en Hugo Chávez y en Lula, o en Néstor Kirchner, neopresidente argentino, sólo el carácter burgués reformista de su política, como del ingenuo seguidismo de los que quieren sacar las castañas del fuego con la mano del gato o sea, que esperan que un gobierno burgués "progresista" (Perón, el peruano Velazco Alvarado, el panameño Omar Torrijos, Hugo Chávez, Lula o Kirchner) pueda hacer una política que mantenga la independencia del país y abra la transición a una vía anticapitalista.

Los primeros, por ejemplo, ven -correctamente- que Lula no sólo cambió su vestimenta y su peinado, sino que dejó de ser el combatiente sindical para convertirse en un político que intenta hacerse aceptar por el capital financiero internacional y por la derecha brasileña; ven que el Partido de los Trabajadores (PT) está dirigido por una mayoría encorbatada de gente integrada en las instituciones o que la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) está a la derecha de Lula aunque, por su carácter mismo, resista a algunas medidas de éste que afectan a los asalariados, o que el mismo Movimiento de los Sin Tierra (MST) se ajustó demasiado a las necesidades de su alianza (conflictiva) con el gobierno del PT. Pero al destacar el carácter burgués del gobierno y del presidente brasileños no ven ni la forma precisa de esa burguesía y de ese gobierno ni la relación dialéctica que existe entre base y dirección en el PT, en la CUT, en el MST y en el diálogo entre quienes eligieron a Lula para lograr un cambio y el ex "sapo barbudo" convertido en esperanza de la gente contra la cual luchaba. Es decir, no ven que los terratenientes y el capital financiero no pueden tener su presidente y dependen ahora de la transformación del gobierno de los oprimidos y que éstos, que pudieron construir la vía hacia una esperanza, no la van a abandonar sin lucha. El hecho de que la burguesía internacional mantenga el termómetro político debajo de la lengua de Lula o que el New York Times diga que Kirchner es "izquierdista" no les dice nada. Para ellos lo que cuenta es el carácter burgués de la política de ambos. Pero hay burgueses y burgueses. Y las contradicciones interburguesas (entre los capitales europeos, por ejemplo, y Estados Unidos, o entre las burguesías nacionalistas de los países dependientes y el imperialismo) son un elemento clave en la lucha de clases y en la política, como enseñó Marx en El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. No todos los gatos son pardos, además de que los gatos, pardos o no, se pelean.

Los segundos, en cambio, ven que Kirchner dice que se puede vivir sin el Fondo Monetario Internacional, declara que tomará alguna medida keynesiana y estatalista de defensa del mercado interno (aumento del salario mínimo, continuación de obras públicas suspendidas, supresión del IVA a los alimentos) y se pelea con Menem y con los miembros argentinos del capital financiero internacional, pugna por reforzar el Mercado Común del Sur en oposición al Area de Libre Comercio de las Américas y declara que someterá a referendos cada paso importante de su política. Pero, en vez de apoyar puntualmente cada medida que permita mejorar la situación de los trabajadores y fortalecer la independencia del país, dan un crédito de confianza sobre palabra, ignorando que el nuevo gobierno es una continuación (algo más nacionalista) de la política de Duhalde y de la concepción peronista de la unidad nacional entre explotados y explotadores que debe ser enterrada. En nombre del (necesario) apoyo a tal o cual política del gobierno nacionalista y de su defensa frente a los ataques imperialistas, ignoran el carácter burgués del mismo y abandonan su propia independencia política. No saben golpear juntos, pero marchar separados porque no tienen como brújula los sujetos de la posible transformación (los oprimidos) y se guían por el principio falso de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo y por una visión de la política que espera todo del aparato estatal, no de la sociedad civil organizada.

Se reproduce así lo que sucedió en México en la década de 1930. No se podía ser anticardenista cuando Lázaro Cárdenas estaba a la izquierda de Lombardo Toledano y del Partido Comunista y armaba a los campesinos para defender las tierras ocupadas o expropiaba el petróleo desafiando las amenazas de invasión estadunidenses y británicas. Pero tampoco se podía ser cardenista cuando el presidente sometía al aparato estatal a los obreros y campesinos y tenía una política de reforzamiento del capitalismo en México. Había que entender la diferencia social que existía entre el cardenismo militante de los explotados y el cardenismo de los beneficiados, así como las diferencias existentes entre los políticos "burgueses" Lázaro Cárdenas o Múgica y los burgueses Avila Camacho...

El problema es que, para muchos en la izquierda, la memoria no cuenta y el estudio de la historia es demasiado arduo. Pero si no se aprende del pasado, es inevitable errar en el presente.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email