Ojarasca 73  mayo 2003


 

oficios7Reunión de ancianos indígenas

La voz más nueva

Chapala, Jalisco. Entre el 19 y 21 de marzo se celebró un encuentro de ancianos de comunidades y pueblos indígenas de todo el continente americano (nombrado por ellos mismos como Abya Yala según la lengua kuna), desde todos los rumbos de la resistencia indígena que crece y florece entre el círculo polar y la Patagonia. En su declaración, afirman que se reunieron:

Previendo nuestro futuro como pueblos, teniendo como marco una guerra más que es contra la humanidad, por la irracionalidad del que se siente poderoso y dueño del dinero en su mundo, aquel que las voces del mundo no convencen para parar la guerra.


Después de tres días de parlamentar, ancianos y ancianas enfatizaron:

No se puede estar de acuerdo con la destrucción en nombre de la paz y de la libertad, y mucho menos en el nombre de Dios, como lo dice y pregona quien está haciendo la guerra. Compartimos con el mundo la tristeza de una guerra que empezaron los hombres que se creen más poderosos que Dios y cuyo odio no pudo ser aplacado por la voluntad de paz en este momento.


Fueron palabras fuertes las de los viejos sabios de Abya Yala, al decir:

Cuando un gobierno nos discrimina, cuando nos ignora, cuando nos desconoce, cuando nos reprime sentimos y reafirmamos aún que no nos representa... siguen los gobiernos sin respetar y sin cumplir nuestros acuerdos, los de nuestras tierras y territorios, los convenios, los que suponían la paz y mantienen la guerra, los de San Andrés, los de Guatemala, como si no hubiéramos dicho nada, los gobiernos antes que escucharnos nos reprimen, nos ignoran y nos discriminan; en este sentido, nos pronunciamos enérgicamente contra la política migratoria, racista y discriminatoria del Estado mexicano, para con nosotros los pueblos indígenas mexicanos, de centro y del sur de nuestra tierra, aquí y allá. Nuestros hermanos de los países de Colombia, Ecuador, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Perú, no están presentes por negárseles su libertad de tránsito por nuestras tierras, siendo hostigados y faltándoles al respeto en su dignidad como personas por parte de las embajadas, cónsules y oficiales de migración y aduanales en su intento por estar con nosotros; reprobamos la actitud del gobierno que cada vez se preocupa más por reproducir el esquema de dominación que también le es impuesto por su vecino del norte, quienes se dicen dueños del dinero y se creen dueños del mundo y en su delirio de grandeza hacen la guerra.
También las mujeres elevaron sus quejas y reafirmaron:
 
Hasta aquí hemos venido a manifestarnos y hacernos presentes mujeres que en este encuentro hemos levantado dignamente nuestro espíritu, en el nuevo amanecer de una nueva relación que nos reconozca como iguales... las mujeres estamos dando claridad en la oscuridad que se avecina, en la tiniebla que agobia al mundo.
Al plantear sus demandas concretas, ancianos y ancianas de todo el continente recalcaron:
 
Aquí estamos los ancianos de América, agradeciendo a los concejos de ancianos wixaritari, agradeciendo al concejo de mayores nahuas de Ayotitlán y a quienes con ellos han hecho posible que nos encontremos, para decir que somos una misma sangre; lo único que nos divide es que tenemos distintos idiomas, y en este encuentro nos hemos dado cuenta nuevamente que no son tan distintos nuestros pensamientos y nuestros problemas.


Entre las exigencias que se consensaron en el encuentro destacan las siguientes: cumplimiento legal e inmediato de los Acuerdos de San Andrés; ratificación y ejercicio con rango de ley para el Convenio 169 de la OIT; respeto a la totalidad de los lugares sagrados como parte de los territorios indígenas; respeto a los saberes tradicionales, la defensa del maíz natural y el rechazo a la "contaminación que sufre el maíz por productos químicos y experimentos transgénicos"; respeto a los modos de desarrollo y vida armónica propios de los pueblos; respeto irrestricto de las formas de organización y representación indígena por parte de gobiernos y partidos políticos, solicitando a éstos no ser "instrumento de división"; respeto a los territorios indígenas y al principio de "primero en tiempo, primero en derecho", el pleno respeto de plantas sagradas y la libertad religiosa de los pueblos indígenas, a los sistemas educativos propios, a la medicina tradicional, y una protección efectiva de los recursos naturales de los pueblos indígenas.
Así, el encuentro exigió que se respete su derecho a ser ellos mismos quienes decidan la esencia de los proyectos gubernamentales dirigidos a ellos y demandaron a Naciones Unidas y a la Organización de Estados Americanos retomar sus palabras y aspiraciones en los proyectos que emprendan.
Para fines prácticos, el encuentro de Chapala, auspiciado por la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas-UACI, de la Universidad de Guadalajara, continúa los esfuerzos de reunir a los mayores de las comunidades de todo el continente (hubo representantes de los pueblos y naciones amuzgos, cherokee, chol, dakota, guachichil, lakota, mazahua, nakota, mixteco, opata, ochidaway, otomí, popoluca, aymara, kariri-xoco, salasaca, miskito, kuna yala, quechua, aymara amazónico, nahua pipil, nahua-nonualco, kokama, maya quiche, maya kakchiquel, miya guaraní, wixaritari, nahua, chontal, chichimeca, purépecha, rarámuri, seri, tzeltal, tepehua, tzotzil, triqui, tojolabal, ñah-ñhu y zapoteco) y quizá sus palabras sean tan sólo un cotejo de las exigencias que desde hace años vienen elevando los pueblos en su afán por ser escuchados. Sin embargo, el peso de la representación, y la diversidad de voces, hace de éstas un recordatorio de que los pueblos siguen empeñados en no dejarse, siendo más ellos.



Distrito Federal, ca. 1940-46
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