Carlos Bonfil

Festival Mix de Diversidad Sexual

El séptimo Festival Mix de Diversidad Sexual en Cine y Video se presenta del 10 al 18 de mayo en la Cineteca Nacional, y del 15 de mayo al 6 de junio en el Centro Cultural Universitario y en la Biblioteca de México. La propuesta este año es muy variada y no privilegia la producción estadounidense; de hecho, sus largometrajes más interesantes son europeos, y sus revisiones incluyen desde la proyección de Ludwig, rey de Baviera, de Visconti, versión larga en video, hasta una retrospectiva de cortometrajes de Roberto Fiesco y Julián Hernández, realizador este último de Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor, también presente en el festival. Algo distingue sin embargo a esta edición de las anteriores, y es cierto énfasis en una temática poco difundida en nuestras pantallas: la vivencia del sida en la comunidad homosexual. Destacan un largometraje italiano, Los días (Laura Muscardini, 2001); otro francés, producido para la televisión, El hombre que yo amo (Stéphane Giusti, 1997); un documental impactante, El regalo (Louise Hogarth, 2002), y Shanghai panic, de Andrew Yu Su Cheng, 2001. Sin poder reseñar este último largometraje, aún no proyectado, cabe señalar la novedad que representa este atisbo a una producción china crecientemente atenta al tema de la diversidad sexual, y en la que sobresale la calidad de la obra del hongkongués Stanley Kwan (Rojo, Actriz, Lan Yu), inexplicablemente desconocida en nuestro país.

Los días es una incursión inusitada en la intimidad de un ejecutivo bancario, deportista infatigable, enfermo de sida, obligado a ingerir a diario dos docenas de pastillas, que súbitamente descubre la pasión amorosa. Su nuevo compañero, un mesero llamado Andrea, jovialidad y salud perfecta, anhela compartir todo con su amante, incluso su enfermedad. Variación sobre el tema de Las noches salvajes, del francés Cyril Collard, primer relato fílmico de la seropositividad en primera persona, Los días es un relato desencantado sobre la fragilidad de un compromiso amoroso contrariado desde su inicio por un espectro de fatalidad.

De modo más optimista, y con un tono de enorme frescura, El hombre que yo amo es otro recuento de una seducción amorosa a la sombra del sida. Martín, joven seropositivo, oculta su padecimiento a Lucas, el instructor deportivo heterosexual al que ha decidido conquistar con su tenacidad y encanto. Una agradable comedia de enredos, con una madre encubridora, preocupada más por el bienestar de su hijo enfermo que por sus viejos prejuicios personales, y una novia tiránica y celosa, incapaz de aminorar el "síndrome samaritano" del galán que se le escapa. La lenta capitulación de Lucas a la seducción prohibida e irresistible, y la victoria, tan breve como exultante, de un Martín revitalizado por una pasión sin porvenir, son los ejes dramáticos de esta singular comedia romántica.

El plato fuerte de esta selección Mix/sida es sin duda El regalo (The gift), escalofriante recuento de las actividades, en nada clandestinas, de quienes organizan en Estados Unidos fiestas de seroconversión voluntaria. Fiestas, orgías, encuentros por sitios de internet y chateo, donde personas infectadas con el virus del sida, ofrecen transmitirlo a receptores complacientes (gift giver, donador de regalo, busca a bug chaser, cazador de microbio, para una infección compartida). El documental recoge los testimonios de personas hartas alguna vez de estar saludables, ansiosas por infectarse con el virus "de moda", arrepentidas luego por el desenlace, y los contrasta con las declaraciones de quienes reivindican el orgullo de haberse infectado deliberadamente -sexo sin límites y sin condón, luego de dos o tres estancias en el hospital. Un grupo de enfermos veteranos reflexiona sobre el absurdo de esta situación, preguntándose si en San Francisco puede existir hoy algún cuarentón homosexual que haya podido sobrevivir a la catástrofe del sida y a esta espiral de irresponsabilidad suicida. El documental, sobrecogedor y brillante, no incurre en sensacionalismo ni en moralismos, describe, eso sí, y de modo explícito, una realidad inocultable, señala las limitaciones de las campañas preventivas en Estados Unidos, y concluye con un saldo estadístico elocuente: la infección por VIH en ese país de dos adolescentes cada minuto. Esta cinta se exhibe de nuevo el próximo jueves en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario.

Al margen del sida, pero en un limbo de dependencia profesional y afectiva, Mix presenta hoy, en la Cineteca, la cinta más reciente del catalán Ventura Pons, Manjar de amor (Food of love), hablada en inglés e inspirada en la novela The page turner, de David Leavitt. Un pianista famoso vampiriza a un admirador novato y sin talento. Una comedia de crueldad e ironía, donde la pasión es ejercicio pleno del autoengaño y del sometimiento voluntario.

Desafortunadamente, la mayoría de estas cintas, y la mayoría de sus espectadores, no tienen todavía derecho a la atención mínima de un subtitulaje electrónico en español --una limitación ya crónica de este festival.