México D.F. Domingo 18 de mayo de 2003
A PLENO ZOCALO
José Agustín Ortiz Pinchetti
Tepito city en la megalópolis
TEPITO PERMANECE EN estado de sitio. La presencia de las policías combinadas parece haber suspendido las ejecuciones y la tranquilidad vuelve al lugar. El barrio bravo, enclavado al noreste, en el corazón de la ciudad, se ha singularizado por su actividad comercial, no siempre sancta. Se convirtió en una especie de alternativa para lo inconseguible. Está poblado por gente con alma y firme raigambre, con conciencia cívica y de autodefensa. Imposible declararlo inexistente.
TEPITO ES PARTE del mosaico de subculturas capitalinas: pueblos, aldeas, vecindarios, centros habitacionales devorados, integrados, producidos por la megalópolis. Una galaxia urbana que se mantiene unida y diversa simultáneamente. ƑQué es lo que nos mantiene unidos a los capitalinos? ƑQué incentivos provocan nuestras respuestas y la respuesta urbana magnífica, caótica, confusa, vital? ƑEn qué nos identificamos la gente de Tepito y los pobladores de los demás barrios y colonias de la ciudad de México?
EMPECEMOS POR LA geografía. Antes de cualquier obra humana en este lugar, la geografía nos proporcionó un entorno con ciertas características. Este constituye nuestra primera base común. Nos referimos a la cuenca del valle de México, un enorme espacio en forma de platón oval o rectangular, cerrado por macizos montañosos de hasta 5 mil 400 metros de altura. En el fondo de este lecho convergen las venas de agua que bajan de las sierras circundantes y que formaron los lagos antiguos. Si las vías de drenaje que existen se cerraran, volverían a aparecer estos lagos.
NUESTRO VALLE HA estado habitado desde hace más de 20 mil años y la abundancia de agua y de otros recursos, entre ellos un clima de bondad excepcional, convocaron a los pobladores. Cuando los españoles ganan la ciudad en 1521, Cortés y sus capitanes aceptan como inevitable fundar su propia ciudad en el emplazamiento de la antigua.
LOS ESTIMULOS ANTIGUOS se han convertido en los retos del presente. La abundancia de agua, que otrora facilitaba la navegación y el comercio, ha dado paso, en la ciudad de hoy, a una escasez grave que las autoridades enfrentan como un problema prioritario a resolver. Existen planes y políticas públicas que acercan a los gobiernos metropolitanos y que tendrán que cumplirse, más allá de los intereses políticos, si permanece nuestra voluntad de quedarnos.
EL CERCO MONTAÑOSO, que antes representó una defensa natural para la ciudad, plantea hoy un nuevo desafío en relación con la contaminación. Tendremos que azuzar la inventiva para ir venciendo con recursos novedosos este problema de la modernidad. Yo, que soy un optimista incorregible, apuesto a que la capital volverá a contener lagos, lo considero casi inevitable. Y volverá a tener una atmósfera translúcida. Es parte de nuestra agenda pendiente. [email protected] |