El monto no utilizado, 13 veces el presupuesto del Poli

IPN: subejercicio en el gasto daña a ciencia, tecnología y educación

JOSE GALAN

Los subejercicios en el gasto público y los recortes a los presupuestos federales dañan a organismos como el Instituto Politécnico Nacional, que carecen del margen de maniobra que tienen las universidades autónomas y que dependen de las políticas del gobierno federal, afirmó el director general de esa institución, Miguel Angel Correa Jasso, quien aceptó que es necesaria una política de Estado no sólo para la educación superior, sino también para la ciencia y la tecnología.

Sin embargo, el funcionario y economista recordó que el gobierno federal está obligado a la flexibilidad en la política fiscal, porque, indicó, ''con rigideces no me llevo mucho, porque son frágiles. Por eso creo que habría que saber por qué la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no quiere que se gaste el dinero".

El martes la Auditoría Superior de la Federación reveló en un informe entregado a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados haber detectado un subejercicio de 71 mil 330 millones de pesos en los dos primeros años del gobierno de Vicente Fox, luego de anunciar que entregará a ese órgano legislativo los resultados de la revisión de la cuenta pública del primer año de la administración federal antes del 31 de marzo.

La cifra referida es 13 veces superior al presupuesto del Politécnico para 2003. En el primer año el monto del subejercicio fue de 34 mil 678 millones de pesos y en el segundo fue de 36 mil 662 millones, sumas que según Hacienda se destinaron a reducir la deuda pública.

''Pienso que el gobierno federal ha puesto en marcha estas prácticas de recorte al gasto programado como una medida incluso de recorte a la inflación, lo que se inserta en las políticas de equilibrio fiscal, lo que tiene su parte positiva, aunque sabemos que no contar con suficientes recursos puede tener algún costo político", agregó Correa Jasso.

"Con el subejercicio se mejoran las finanzas públicas, se abate la inflación, pero no se apoya el crecimiento".

En particular los organismos como el IPN que, por estar sectorizados con la Secretaría de Educación Pública, sufren en carne propia los recortes.

"Para el Poli esas medidas constituyen un sacrificio que, desde donde estoy, no las puedo justificar", añadió Correa Jasso.

"Por ejemplo, cuento con un parque vehicular 98 por ciento obsoleto. Hay graves problemas de infraestructura en edificios, redes de energía eléctrica e hidraúlicas. Si se mantiene esa política nos va a ir muy mal. Saldremos perjudicados, porque no tenemos un paraguas como la autonomía de las universidades públicas y dependemos de las políticas del gobierno federal. Sin una nueva ley orgánica resultamos muy perjudicados".

Por otra parte, a la luz de ese subejercicio, "queda clara la necesidad de una política de Estado hacia la ciencia y la tecnología que, por cierto, debe ser flexible. Una política de Estado que sea razonable para que no se invite a los recortes presupuestales pero que las instituciones científicas y de investigación puedan contar con el apoyo estatal suficiente para realizar sus labores sustantivas".