Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 13 de febrero de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura

Circula primera versión al castellano de En el viñedo del texto, libro del escritor vienés

Iván Illich mostró las paradojas de la era civilizada: Castañón

Enderezó la crítica a la cultura basada en la explotación de los fósiles, dice el editor del FCE

''Los lectores nos parecemos cada vez más a monjes y las editoriales a redes monásticas''

CESAR GÜEMES

Dice Adolfo Castañón a partir de su lectura de En el viñedo del texto, del vienés Iván Illich (1926-2002), que ''estamos entrando a un mundo en el cual los lectores de los libros nos pareceremos cada vez más a monjes y quizá las editoriales se asemejen cada vez más a redes monásticas". Etología de la lectura: un comentario al Didascalicon de Hugo de San Víctor es el subtítulo del volumen editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), con lo cual se puede acceder a él por primera ocasión directamente en castellano.

Este logro pertenece a Castañón, editor en jefe del FCE, quien habla del autor de obras ya clásicas como Energía y equidad, Némesis médica, La sociedad desescolarizada y La convivencialidad.

Contra la homogeneización

El volumen, en el que Ilich analiza el tratado que escribiera San Víctor en el siglo XI, tiene para Adolfo Castañón un claro referente al momento actual: ''En uno de los ensayos de Illich, incluido en El espejo del pasado, se habla del divorcio entre la pax económica y la pax popular. Hace una arqueología de las relaciones entre ambos elementos. Esto tiene mucho que ver con nuestro presente. En ese texto se hace ver cómo el mundo que conocemos está sustentado en una explotación sistemática de los recursos fósiles que producen energéticos. Esa explotación no puede ser universal, en el sentido de que si lo fuera los recursos se acabarían mucho antes de lo previsto.

''La crítica a la cultura basada en esa explotación es una de las claves del pensamiento de Illich, quien nos ha enseñado a ver las contradicciones de la sociedad civilizada, de cómo tenemos escuelas que no educan, hospitales que no curan o medios de transporte que en realidad nos mantienen detenidos. Además de ello aporta una voz importante al hacernos ver que ese modo de desarrollo es una especie de regalo envenenado. No es que el progreso sea criticable, sino su homogeneización, porque es la globalización de un concepto de pax económica que contradice los acuerdos económicos de los distintos pueblos. El 'déjenme tranquilo' de los japoneses no es el mismo que el de los mexicillichanos, hondureños o polacos. Así que el 'déjenme tranquilo' de la civilización capitalista, tecnológica, fundada en la explotación de los recursos fósiles, es otra."

Búsqueda de mezclas

Illich ha ayudado a concebir modelos alternativos de desarrollo en sus diversos trabajos, que por cierto llamaba panfletos -continúa Castañón-: ''Una de las ideas centrales de su planteamiento es la voluntad de buscar mezclas. Esto es, no le decimos del todo no a la explotación de los recursos mencionados, pero vamos a ver cómo auxiliamos a los motores de explosión interna con el uso de la bicicleta. De esa gran discusión, en los últimos años Illich deriva hacia una investigación en torno de lo que podemos llamar la mentalidad alfabética, el surgimiento del hombre letrado, del hombre editorial, el origen de la comunicación. Y encuentra en el personaje Hugo de San Víctor, nacido en el siglo XI, una clave para sustentar el origen de la mentalidad alfabética respecto al texto tal como lo conocemos".

En los viñedos del texto, dice el autor de Por el país de Montaigne, ''Illich escarba en estos orígenes de la imaginación editorial, que de alguna manera es la matriz de la inteligencia de la comunicación en el mundo moderno. El libro se titula así porque existe una connotación de la palabra página que se relaciona con la idea de terreno cultivable. Una página sería una tarea, una faena, un predio a cultivar. Según esta metáfora, el texto es un espacio cultivado y lo que produce es un fruto llamado lectura y espiritualidad".

-El libro, que este año cumple una década de haberse editado en inglés, resulta completamente actual para el lector en castellano.

-Desde luego: resulta ser una ventana a la alta cultura de la Edad Media. Y en la medida en que ésta se encuentra presente en lo que llegó a México en la Colonia, podemos decir que es también una ventana a nuestro pasado más profundo. Con el estallido del universo de la Ilustración, el libro, que había sido la figura central en el siglo XIX y primera mitad del XX, se vuelve periférico y vuelve a entrar en el universo de la comunicación masiva a un espacio parecido al que tenía en la Edad Media, cuando no había imprenta. Estamos entrando a un mundo en el cual los lectores de los libros nos pareceremos cada vez más a monjes y quizá las editoriales se asemejen cada momento más a redes monásticas.

Comunicación y convivencia

-Parece que la caída de la lectura ante el embate de los medios electrónicos acabará por hacer verdad esa última frase.

-No es exacta la relación entre minorías económicas y minorías intelectuales. El hecho de que concibamos a las universidades, las editoriales y los periódicos como receptáculos del conocimiento no significa que no haya por ahí eremitas que lean por su lado, y tampoco que exista una ecuación en la cual la suma de la potencia de las clases económicas y políticas dé por resultado a la clase intelectual.

''Por eso es importante constatar en este libro de Illich cómo el texto es el espacio de comunicación y convivencia entre la comunidad y el lector.''

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año