Temor de que se dispare el dólar con la apertura del corralito bancario

Comienzan esta semana las jornadas de la vergüenza nacional en Argentina

Ya desde los años 60 el interior del país mostraba las consecuencias del abandono

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 1o. de diciembre. El drama del hambre se recrudece en Argentina mientras la guerra sucia desatada en el oficialista Partido Justicialista (peronista), el aumento de las tarifas de los servicios públicos, la posibilidad de que la Corte Suprema declare la inconstitucionalidad de la pesificación de los depósitos, y la apertura del corralito este lunes con temores de que se dispare el dólar, aparecen como sombras amenazantes cuando se acerca el aniversario del cacerolazo que tumbó al gobierno de Fernando de la Rúa el 20 de diciembre de 2001.

La conmemoración también ha sido teñida por la guerra sucia, y todos los movimientos de desocupados coinciden en sus denuncias sobre ofertas de dinero por parte de sectores ligados al ex presidente Carlos Menem para que realicen saqueos en estos días, con la intención de provocar "un diciembre negro". Mañana comienza una serie de movilizaciones. Los próximos 4 y 5 de diciembre se realiza la marcha de la resistencia encabezada por las Madres Fundadoras de Plaza de Mayo y otras organizaciones civiles. Algunos sectores proponen que el 6 de diciembre comiencen las jornadas de la vergüenza nacional, en las que todos porten un lazo negro. "Los corruptos nos enlutan a todos y matan a nuestros niños", es uno de los lemas de los grupos civiles que aluden a las cifras de un informe de Unicef según el cual en Argentina hay unos 20 millones de pobres, con siete de cada diez menores en la pobreza.

El problema de la pobreza no es nuevo, aunque se disparó este año ante la crisis que sacude al país como un terremoto. Ya en los años 60 el interior del país mostraba las consecuencias del abandono. En 1983, cuando comenzó la transición democrática, la pobreza estaba instalada con rasgos de gravedad. El huracán neoliberal -que comenzó durante la última dictadura militar (1976-1983)- no dejó nada en pie, pero con el retorno de la democracia también se encubrió la miseria, con el asistencialismo de emergencia.

Entre 1992-93, la epidemia de cólera ya reveló la cara de la otra Argentina, del país oculto que agonizaba en el interior y en los arrabales de las grandes ciudades. El desempleo masivo que llegó con las escandalosas y corruptas privatizaciones, la rebaja de salarios, la quita de la seguridad laboral y social que implicó el plan económico del menemismo no hicieron sino disparar la tragedia.

Desde la provincia de Tucumán, Felipe Yapur, del diario Página 12, escribe que "en 1983, en los estertores de la dictadura militar, Tucumán mostró una de las primeras imágenes de las consecuencias que arrojó el modelo de exclusión social y concentración de la riqueza que se impuso a fuerza de secuestro, tortura y genocidio. Eran rostros de niños flacos, tristes y de estómago edematizado, postrados en camas de un hospital El Niño Jesús que se venía abajo, que morían y a los que las autoridades militares de esa época ni siquiera prestaban atención. Detrás de esos chicos había padres y madres sin trabajo ni esperanza que habían soportado la crisis económica y el hambre que provocó el onganiato (dictadura de Onganía) en los 60. Muchos de esos niños, los que sobrevivieron, hoy son los padres de los desnutridos que por estos días se mueren en el mismo hospital al que hace 20 años nadie repara ni reacondiciona".

En tanto la lucha entre el presidente Eduardo Duhalde y el ex mandatario Carlos Menem toma dimensiones de extremo peligro. Ya en 1998 Menem lanzó todas sus dardos para evitar que triunfara Duhalde, en las internas de su mismo Partido Justicialista. Ahora, la impunidad que Menem logró asegurándose la lealtad de la Corte Suprema colocando ahí a sus hombres posibilita al ex presidente no sólo boicotear a Duhalde por medio de sus amigos en Washington, sino también sacar del camino a quien se interponga en su ambición de llegar al poder por tercera vez. Como demostró a lo largo de su administración, no escatima recursos. Y si no, basta recordar la cantidad de testigos de temas de corrupción asesinados a lo largo de su administración (1989-99).

En estos momentos nadie duda de que es la mano de Menem la que impulsa a la desprestigiada Corte Suprema a declarar la inconstitucionalidad de la pesificación de los depósitos hecha por Duhalde. Esto provocaría un caos cuando el gobierno se prepara para levantar este lunes el corralito sobre los pesos encerrados, creado hace un año por el ex funcionario económico de la dictadura y ex ministro de Economía de Menem y De la Rúa, Domingo Cavallo, y mientras los argentinos soportan un nuevo aumento de tarifas.

Además, la Ley de Acefalía votada rápidamente en el Congreso el jueves pasado posibilita a Menem presentar su candidatura, aunque éste, pese a su enorme poder, no remonta en las encuestas ni siquiera para ganar las internas partidarias. Por eso la lucha se extendió a Washington, donde el menemista embajador Diego Guelar, ahora separado del cargo, hizo circular la versión de que sus contactos con el Tesoro estadunidense "dicen que el FMI no va acordar con este gobierno sino con el próximo".

En este contexto esta noche llegó aquí el presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, dispuesto a dar su apoyo a Argentina y buscando reactivar el Mercado Común del Sur. El líder izquierdista brasileño se entrevistará mañana con Duhalde y con el intendente de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, entre otros.