Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 23 de noviembre de 2002
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Política

Los latinoamericanos pagan 3 mil mdd anuales por las remesas; en Japón no cuesta nada

Critican expertos costos por envío de dinero desde EU

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 22 de noviembre. Los brasileños que residen en Japón envían dinero a su país por medio del Banco de Brasil, sin cuota alguna, por lo que los expertos aquí se preguntan por qué los mexicanos y otros migrantes en Estados Unidos tienen que pagar miles de millones de dólares cada año para enviar fondos a sus países.

"El mercado más grande, por mucho, y el reto más grande todavía es el sistema financiero estadunidense", comentó hoy Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un foro sobre remesas.

Iglesias y otros especialistas se preguntaron por qué es posible desarrollar en otros países sistemas de bajo o nulo costo para el usuario en el envío de dinero, pero estos mecanismos apenas empiezan a discutirse en Estados Unidos, nación de donde se envían a América Latina unos 18 mil millones de dólares cada año; por mucho, el monto más grande girado desde cualquier país en el mundo.

El alto costo del traslado de dinero es el problema prioritario que enfrentan los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos, quienes constantemente mandan fondos a México y a otras naciones, según un nuevo sondeo. La mayoría -83 por ciento- de los migrantes que de forma constante mandan recursos a América Latina utilizan Western Union, MoneyGram u otras empresas de traslado de fondos, de acuerdo con el encuestador Sergio Bendixen.

Estas personas pagan 3 mil millones de dólares en cuotas para enviar 18 mil millones a América Latina; aproximadamente 10 mil millones del total se destina a México.

Pero en su nuevo y extenso sondeo de actitudes de los migrantes latinoamericanos en torno a las remesas, encargado por el Pew Hispanic Center y el Fondo de Inversión Multilateral del BID, Bendixen también detectó que más de tres cuartas partes de éstos carecen de información sobre mecanismos alternativos para mandar dinero a casa y han investigado poco para determinar mecanismos menos costosos.

Esta falta de conocimiento fue particularmente notable -señaló el encuestador, con sede en Miami-, ya que el envío de remesas es una alta prioridad para la mayoría de los encuestados, entre los cuales 30 por ciento mandaba dinero a su país de origen incluso antes de pagar sus rentas y solventar sus gastos en Estados Unidos.

Los expertos señalan que es posible reducir las cuotas aquí. "Los bancos españoles y otras instituciones financieras ahora están vinculados con organismos de microfinanzas ecuatorianos para reducir 75 por ciento el costo de enviar remesas entre ambos países", señaló Iglesias.

Los brasileños en Japón tienen aún mejores condiciones. La mayoría de estos sistemas cuenta con un mecanismo por el cual los migrantes depositan fondos en cuentas de banco en el país en que residen, mientras que sus familiares o amigos en sus naciones de origen usan tarjetas bancarias para tener acceso a esos recursos.

Aunque más de la mitad de los encuestados por Bendixen en Estados Unidos tiene cuentas bancarias, sólo 9 por ciento las usa para trasladar dinero a sus países de origen. Cuando Bendixen les informó sobre sistemas menos costosos, 91 por ciento de ellos señaló que los usarían "si pudieran". Algunos bancos aquí empiezan a ofrecer estos servicios, pero muchos aún cobran demasiado a gente que envía montos relativamente pequeños de dinero en cada transacción.

Roberto Suro, director ejecutivo del Pew Hispanic Center, agregó que muchos migrantes carecen de suficiente identificación oficial para abrir una cuenta o temen no cumplir los requisitos. "La gente también expresa miedo de que al acudir a una institución financiera y dar sus nombres, los denuncien a las autoridades", comentó Suro en el foro realizado hoy en el BID.

El Pew Hispanic Center cree que una parte de la solución a este problema es convencer a los latinoamericanos de que ingresen al sistema bancario. Cerca de 90 por ciento de las comunidades anglo y negra cuentan con algún tipo de relación con el sistema financiero, pero para la comunidad latina, esa cifra es más cercana a 50 por ciento, señaló Suro.

"Un factor que está cambiando muy rápidamente esta situación en el último año es el esfuerzo de los consulados mexicanos en torno a las matrículas consulares", insistió Suro, quien señaló que 740 mil matrículas se emitieron en los primeros nueve meses de 2002. Los mexicanos residentes en Estados Unidos pueden obtener estos documentos sin importar su condición migratoria, y ahora son aceptados por 66 empresas bancarias como identificación legítima y suficiente para abrir una cuenta.

Además, 13 estados reciben ahora la matrícula como documento válido para obtener una licencia de manejo, y unos 800 departamentos de policía lo aceptan como identificación válida.

"El sistema de la matrícula es tan exitoso, que migrantes de algunos países centroamericanos están pidiendo a sus consulados hacer algo parecido", dijo Suro. Agregó que hay indicios de avances en estos rubros, pero que los que envían remesas y las instituciones financieras "no han acabado de darse la mano".

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