Rodeado de afecto, el técnico confiesa que ya extraña el futbol

Me resistía a salir del Atlas; tenía mucha fe en el proyecto: Meza

Muestro mucho interés por los jugadores porque son mis amigos, mis familiares, expresa

MARLENE SANTOS A. /I

En el futbol con facilidad se cae en buenas y malas rachas; se goza y se sufre casi con la misma intensidad.

Al técnico Enrique Meza le ha tocado ver las dos caras de la moneda; tras el éxito en equipos como Morelia, Toros Neza y Toluca probó el infortunio en la selección nacional y recientemente en el Atlas.

No obstante, donde se declara un hombre de éxito en toda línea es en su vida familiar y en el cultivo de amistades sólidas y duraderas, dentro y fuera del balompié.

Las llamadas telefónicas de familiares y amigos son una constante en su domicilio. De ellos recibe frases de apoyo y regalos de valor, no tanto económicos como artísticos y con grandes dosis de afecto.

A unas horas de viajar al extranjero, para observar futbol y entrenamientos de otros clubes, sonríe.

Con orgullo habla de su esposa Laura; revela que su hija Viviana acaba de recibirse de médica veterinaria; que Enrique, de 22 años, quien juega en Necaxa, y Guillermo, de 19, se dedican al futbol, pero también estudian.

"Dicen que tener una familia feliz es gozar de un paraíso anticipado y yo tengo una familia feliz. Nos llevamos bien, nos queremos y comprendemos.

"Los técnicos somos mentores"

"Me encuentro contento, pero extraño el trabajo, me hubiera gustado tener buenos resultados... Yo me resistía a salir del Atlas, tenía mucha fe en ese proyecto, me dolió mucho la salida.

"Todavía despierto pensando que sigo viviendo en Guadalajara, abro los ojos y miro la habitación, entonces me doy cuenta de que estoy aquí...

"Pero en los equipos también formamos familias, compartimos triunfos y derrotas. Tengo sólo tres hijos a los que quiero mucho, pero entre los jugadores tengo muchos más, y es que los técnicos somos un poco mentores", expresa.

-Es importante saber guiar al joven que de pronto se encuentra con fama y dinero. Ya ve usted los casos de Luis Hernández y Cuauhtémoc Blanco -se le indica.

-Todo lo que se dice de ellos me resulta novedoso, no me gustan esas situaciones. A Luis lo conozco desde que era un jovencito y siempre ha sido un jugador alegre, buen muchacho para mi gusto.

"Pero como jugador que fui sé que sobran oportunidades. Dicen que el hombre sabio ama a la mujer que eligió. Es una frase que recuerdo haber leído.

"Yo digo que cuando uno se va a casar habría que aprender a querer y a comprender, las dos cosas necesariamente. Pero cada cabeza es un mundo.

"Entonces es una escuela muy peculiar, de las más importantes de la vida, porque de ahí surgen los hijos. Yo quisiera que todo eso (sobre Luis y Cuauhtémoc) no fuera cierto. Tendría que escucharlo de sus labios. Me interesan mucho los futbolistas porque son mis amigos, son mis familiares.

"Sin embargo, resulta que a veces los jugadores nos creemos un poco artistas, šde verdad nos la creemos!, lo malo es cuando se hace daño a otros, cuando se trae al mundo a seres que no pidieron venir y surge todo lo que hablamos. Igual esto pasa en otros ámbitos donde la gente es un poco más famosa que el resto."

-ƑConsidera parte de su trabajo colaborar en la formación de los jugadores?

-A los técnicos nos pagan por enseñar a jugar a un equipo, por tratar de hacerlo que gane y actúe bien. Pero el trabajo no termina ahí. Un futbolista finaliza muy temprano su día de trabajo y le quedan muchas horas libres, tiene amistades y le sobran invitaciones de todo tipo.

"Al joven hay que ayudarlo a abrazar la profesión, pero también a respetarla muchísimo. Un buen jugador de futbol no sólo necesita habilidad en la cancha, sino también debe ser buen hijo, buen hermano, buen estudiante, buen padre de familia, buen ciudadano."

Me involucro de forma natural

-ƑY al técnico le da tiempo de realizar toda esa labor cuando al mismo tiempo le exigen resultados, triunfos?

-No puedo evitar involucrarme, lo hago en forma natural y me preocupo de tal manera por ellos (los jugadores), que cuando andan en problemas intento ayudar a solucionarlos. Hubo uno que me dijo: 'Profe, es mi vida'.

"Y tenía mucha razón, pero yo sentía la obligación de decirle lo que pensaba. Siempre hay la oportunidad de encaminar, de decirles que inviertan su dinero y no se vuelvan locos, aunque al final uno está expuesto a recibir el cortón."

-Decía un jugador en un draft que la mayor parte del tiempo viven en una falsa burbuja, viajan en avión, comen bien, ganan mejor, se hospedan en lujosos hoteles, tienen médico de cabecera y acaban perdiendo piso.

-Es verdad. Creemos que el juego nunca va a terminar, gastamos más de lo que merecemos y en la recta final estás sin un centavo, alcohólico, sin preparación y hasta en soledad.

"Muchos cambian de carro dos o tres veces al año, y así como lo cambiamos queremos cambiar de mujer šlo he visto muchas veces! Todo eso lo entiendo, lo comprendo, aunque no lo puedo aceptar.

-ƑRegalar libros es parte de su mismo plan de orientar?

-Soy un humanista, cuando encuentro un libro que me gusta mucho trato de compartirlo. Lo hago porque creo que siempre hay una posibilidad de mejorar. Y no estoy diciendo que yo sea mejor, simplemente estoy en esa búsqueda diaria de intentar mejorar todos los días, pero en una competencia conmigo mismo.

"En ese afán viajo mucho, por lo menos una vez al año. Voy a Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Italia, España, Francia o Inglaterra, veo entrenamientos y permanezco con el propósito de aprender algo, a pesar de que no soy un tipo muy inteligente."

-En esos viajes, Ƒqué observa, de qué toma nota?

-Me gustan más los entrenamientos que los partidos. No quiero saber cómo se desarrolla una jugada, sino para qué. En el juego a veces se ocultan verdades importantes, o al revés, surgen errores monumentales que vienen precedidos de algo; Ƒcomo qué? pues una falla técnica, mental, un equipo que trabaja bien o mal. Eso es lo que busco conocer.