Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 25 de septiembre de 2002
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ENTREVISTA /HUGO CHAVEZ, PRESIDENTE DE VENEZUELA

Los golpistas no quieren diálogo, sólo el poder

ANTICHAVISTAS, DIVIDIDOS; BUSCAN DESTITUIRLO CONSTITUCIONALMENTE

Después del efímero aunque cruento intento de golpe de Estado del 11 de abril, las tareas del mandatario se han multiplicado, "y noto en el pueblo venezolano un despertar colectivo luego de la asonada, como si la revolución bolivariana hubiera renacido con mayor vigor"

STELLA CALLONI ENVIADA

Caracas, 24 de septiembre. Es difícil seguir los pasos del presidente Hugo Chávez, porque se desplaza con rapidez asombrosa. Trabaja sin descanso y, como dice una anciana seguidora desde sus primeros tiempos, "se multiplica como el pan". Lo acompañamos a Barquisimeto, be-lla y antigua ciudad que cumplió 450 años el pasado 15 de septiembre, y el recibimiento popular fue impactante.

Algunas mujeres nos detienen para pedir solidaridad y "verdad", cuando caminamos por la plaza del lugar junto al periodista chileno Manuel Cabieses.

p-chavez-hugoElisa, una mujer de 47 años, llora junto a su hija adolescente y to-mándome la mano suplica que no dejemos sola a Venezuela y que los periodistas digamos al mundo la verdad que silencian los medios de comunicación en su país.

"No queremos que se vaya Chávez, si él se va o si le hacen algo puede llegar a ser como Colombia, que nunca tuvo paz después que mataron a Jorge Eliecer Gaitán. Los venezolanos no queremos vi-vir muriendo todo un siglo. Tenemos derecho a tener el gobierno que elegimos", dijo.

Ese es en general el clima que nos va rodeando desde Caracas. Chávez hablará en el acto junto a los gobernantes locales, luego va hacia una escuela, en momentos en que el gobierno ha dispuesto avanzar en la creación masiva de los prescolares Simoncito.

Desde allí -con el fondo de la bullanguería de niños jugando en un parque nuevo y una multitud que afuera lo escucha, interviene, aplaude y espera incansable hasta verlo de cerca- transmite bajo una carpa su programa televisivo Aló Presidente. Su comunicación con la población es abierta, espontánea, alegre, desprejuiciada y esencialmente libre de ambas partes.

Las tareas de Chávez se han multiplicado después del efímero, aunque cruento golpe de Estado que por dos días tuvo en suspenso a su país y a América Latina, el pasado 11 de abril, y dice que aún sin cerrar las heridas del gran dolor que significaron las víctimas de lo que considera una acción delirante, "ha sucedido como un despertar colectivo que puso todo en movimiento", como si la revolución bo-livariana hubiera renacido con ma-yor vigor.

Sabe -lo que por otra parte es evidente- que está sometido a una guerra de medios informativos, y que aquí sucede el hecho inédito de que el gobierno aparece resolviendo la situación como si fuera el vehículo "clandestino" de la información, inventando estrategias de comunicación alternativa para llegar al pueblo.

Aló Presidente es un programa televisivo visto masivamente; es una forma de contacto y respuesta a la ofensiva mediática que se ha renovado en estos tiempos.

"Hemos entrado a una época muy desafiante, pero nosotros seguimos trabajando sin descanso, a pesar de todas las obstrucciones, los obstáculos, las campañas; hemos tendido la mano, pero sectores de ellos (los golpistas) no quieren la mano ni el diálogo, sólo el poder, como sea, violentando los principios democráticos que dicen defender", dice Chávez a La Jornada.

Aquí la oposición está abiertamente en el golpismo. El propio ex presidente Carlos Andrés Pérez ha escrito en un periódico europeo que a Chávez sólo se le puede sa-car violentamente.

Adios al camino radical

Pero ahora algunos sectores co-mienzan a alejarse de las acciones más radicales. Se busca destituir a Chávez por vías judicial, militar (quizá menos), política, económica, y es la prensa, en ma-nos del poder económico, la que marca las líneas para cubrir todos esos frentes, la única estructura visible y más coherente de la es-trategia golpista, por lo que algunos analistas hablan ya de "terrorismo mediático" en el país.

"Lamentablemente algunos sectores de la oposición parecen no haber entendido nada. Son ciegos, no vieron ni ven la reacción de este pueblo y tratan de encubrir con nuevas operaciones sucias y la-mentables la verdad sobre aquellos sucesos del golpe de Estado. Y eso, cuando ya están en nuestras manos pruebas irrefutables de lo que sucedió el 11 de abril, y tenemos mu-cho más", señala.

"Hace pocos días -agrega- apareció un video en el cual un periodista internacional hizo revelaciones públicas sorprendentes y relató cómo lo llamaron el día del golpe, en la misma mañana, y mucho an-tes de que cayera el primer muerto en esos acontecimientos a manos de francotiradores, que no eran nuestros precisamente, y esos golpistas estaban tranquilamente ya grabando un mensaje, donde de-cían que el presidente Chávez estaba matando al pueblo y que ya ha-bía seis muertos. Es decir, aún no había muertos y ya se habían preparado para empezar con muertos y cargarlos a nosotros. Ellos estaban preparando esas muertes. Las pruebas siguen saliendo. Y tenemos otras filmaciones de periodistas extranjeros".

Y cada vez "hay más hilos que atan el esquema de una conspiración cobarde, una acción canallesca. Tenemos, y lo hemos hecho público, otro video muy importante donde vamos investigando y uniendo hilos y pruebas irrefutables, y resulta que yo soy el culpable del golpe, de las muertes, de todo. Está claro hasta para un ciego de qué se trata esta campaña", dice el presidente.

Añade que "por eso sigue siendo extraordinario ese hecho que significó la reacción cívico-militar para rechazar el golpe de Estado, cuyos primeros actos demostraron hasta dónde se iba a llegar contra el pueblo de Venezuela y cuál era la estrategia terrorista, porque eso era lo que se iba a implementar luego, masivamente, sobre el pueblo y los seguidores de la revolución bolivariana. Es un hecho inédito en el mundo lo sucedido, cuando un pueblo junto a los militares patriotas barrieron con una tiranía que mostró su rostro verdadero en horas".

Chávez advierte que la población venezolana ratificó en su acción antes y en su actitud ahora la confianza en la democracia y en los procesos electorales, "y por eso pide justicia, pero lamentablemente las presiones y otros métodos han llevado al Tribunal Supremo a decir que no hubo golpe, y la gente siente esto como una temible im-punidad. Hay quienes no quieren ver lo obvio y resulta que a un presidente que repone el pueblo lanzado a la calle lo quieren sacar en nombre del pueblo. Es una historia increíble, del mundo al revés".

El mandatario recuerda que el gobierno ha estado bajo una intensa presión después de aquella asonada: " Esta presión creyó poder actuar sobre aquellas heridas. Son grandes heridas y también en lo personal ver a algunos amigos participar de aquella acción. Uno debe decirlo, porque así se siente. Sin embargo, ese dolor dura un tiempo y después uno cura esas heridas porque el bálsamo es el pueblo".

Afirma que es increíble para él cuando ve a la gente que lo abraza, "me espera, me demuestra amor y lealtad. Eso cura todo y también demanda. Pero la oposición se niega a mirar esa realidad. Es que por un traidor hay 100 mil que no lo son, y éstos son de una enorme y poderosa dignidad".

operacion desgaste

Chávez cree que la oposición hizo muy mal sus cálculos, "y sigue haciéndolo. Ellos vinieron jugando a que tenían el apoyo popular. Jugaron al desgaste y publicaban en-cuestas en las primeras planas de sus periódicos diciendo que me había venido abajo, que sólo 20 por ciento me apoyaba, y creo que terminaron creyendo su propia falsificación. Ese experto, que habló de que teníamos sólo 20 por ciento y que ya no contábámos con respaldo popular, sabía que no era cierto. Pe-ro todo eso era y forma parte de la campaña desestabilizadora".

La oposición pensó que el pueblo "nos iba a traicionar, y trabajaron fuerte para dividir a las fuerzas armadas, con la tesis de la cubanización, de la guerrilla colombiana.

Recurrieron a cuanto encontraron, y lo siguen haciendo como si nada hubiera pasado, y trazaron planes que se derrumbaron por ineficaces y falsos".

Fue un trabajo sicológico, dice, y "pensaron que el pueblo y las fuerzas armadas iban a aceptar lo que estaban haciendo, aun a regañadientes o por el terror, y se llevaron la gran sorpresa, los de aquí y los que los apoyaron fuera del país. La reacción fue increíble. El pueblo tomó las calles junto a soldados, los patriotas de verdad. Entonces, los golpistas se encontraron frente a la realidad y ahora, por más que continúan teniendo el apoyo me-diático, es muy difícil lavarse el rostro después de esos hechos".

-La oposición parece muy desesperada en sus distintas acciones. ¿No es esto muy peligroso?

-Nosotros hemos retomado la ofensiva. En estos días mostramos ese video al que hice referencia y que fue una exposición pública de Otto Neustadt, ex corresponsal de CNN, en la Universidad de Caracas. No es posible volverse atrás de eso, de ese impactante testimonio, porque hay muchos testigos y aún pretenden decir que no hubo golpe cuando en todo el mundo se reconoce que sí sucedió. ¿Y qué es sino un golpe de Estado la detención de un presidente constitucional y la disolución del Congreso, la Constitución, la justicia, de todo? ¿Y qué es si no la matanza, la persecución de miles de personas en pocas horas, todo aquello que ya se conoce muy bien a nivel mundial?

"Se han desprestigiado enormemente, pero están desesperados porque no quieren que pase el tiempo y se reconstruya lo que intentaron destruir. Lo que pasa es que con su acción han terminado ayudando a que se fortalezca un proceso popular indetenible, además de que nuestro gobierno ha comenzado a recibir mucho apoyo externo. Hemos sido serios, reconocido errores y nos hemos dedicado más de lleno a las demandas prioritarias de una sociedad que viene golpeada desde hace muchos años, y a todo aquello que ahora está en la primera línea de las necesidades de nuestra gente. Y en esto no nos detienen aunque hagan las campañas más increíbles. Ahora buscan golpes económicos, mediáticos, institucionales. Y pasan los días y Chávez no cae... y entonces desesperan, atacan y siguen desprestigiándose, y se dividen".

-¿Qué ha pasado a nivel pueblo?

-Bueno, sólo hay que verlo. Por donde voy la gente está allí multitudinariamente demandando que no afloje, y hay quienes se desesperan ante la impotencia de las campañas que hacen contra nosotros y el pueblo. Pero es asombroso cómo todo resurgió con más fuerza. Por ejemplo, hace tiempo tratábamos de conformar un movimiento estudiantil. Después del golpe se ha constituido la Federación Bolivariana de Estudiantes. Después del golpe también se realizó el Congreso Nacional de Trabajadores que lleva hacia una Central Bo-livariana, con los campesinos, los indígenas. Los golpistas debieron analizar que los trabajadores nunca pararon, se negaron a seguir la ofensiva mediática y el llamado al paro y a la huelga general.

"Nunca se paró el país, a pesar de llamados, amenazas y la feroz ofensiva mediática, que ni siquiera logró confundir a mucha gente La educación no paró, ni la salud, salvo algunos sitios, pero al sistema nacional no pudieron pararlo. Funcionó la administración pública, las industrias siderúrgicas, los grandes sindicatos no se plegaron, aunque no están todos con nosotros, tampoco pararon los trabajadores petroleros, pero los funcionarios de la elite tecnocrática hicieron su sabotaje desde las computadoras, retiraron tarjetas e impidieron la normal salida de petróleo. Los propios militares han reflexionado y generado nuevas formas organizativas. Habíamos perdido muchos contactos orgánicos con cuadros medios. No los atendíamos como es debido. El intento de golpe de Estado nos ha llevado a la autocrítica, en todos los aspectos. Y en-tonces, crecen los partidos a nuestro alrededor; hemos sido desbordados por la masa, por un pueblo que se dio cuenta de sus posibilidades mediante la movilización.

"Después de haber vivido esas horas trágicas de un partido perseguido, la mayor parte de sus dirigentes presos, en la clandestinidad, incomunicados varios ministros, escondidos otros, y un grupo de ellos que se fue a las calles y organizó los movimientos populares, que estaban decididos a impedir que se acabara el proceso democrático y marchaban en un lugar y otro. No teníamos radios, televisión, periódicos, pero Radio Bem-ba funcionó, las redes funcionaron, y esto que sucedió fue algo inédito en el mundo. Recientemente en Jo-hannesburgo una mandataria africana muy querida me dijo 'usted es un milagro ambulante', y yo le respondí que el milagro ambulante es el pueblo de Venezuela".

-Durante el intento de golpe fue clave la decisión de altos oficiales y tropas de no prestarse a violentar la Constitución, y fueron claves para rescatarlo a usted actuando junto al pueblo. ¿Qué ha sucedido en estos meses en lo militar?

-Aunque fue muy dolorosa la traición de algunos militares, debemos analizar que los golpistas tenían más de 20 generales y almirantes y no lograron alzar ningún batallón, y eso nunca se dijo, porque no pudieron hacerlo, además de esa campaña macabramente planificada, donde hablaban anticipadamente de los muertos que pensaban provocar para achacarlos al go-bierno; la actuación del pueblo y los militares patriotas dice mucho más de lo que yo pueda decir.

"Sucedió, sí, y hay que decirlo, que como anularon las comunicaciones muchos militares se confundieron. Sólo circulaba la información de los golpistas y se decía que Chávez estaba matando al pueblo, cuando eran ellos los que tiraban contra nosotros. Eso dejó paralizados a algunos oficiales honestos, que no apoyaron el golpe. Otros no creyeron en los golpistas y se dieron muy dignas y gloriosas posiciones en ese mapa militar de esos días. Gente que al frente de tropas, consultando con ellas, decidieron en conjunto no acatar al mando golpista y le dijeron no, cuando yo ya estaba detenido, dispuestos a enfrentarse a lo que fuera, hasta en batallones muy lejanos en la selva. Hay una historia escrita con nombres y figuras ya conocidas y otra no escrita de lo que sucedió en esas horas y que produjo el hecho inédito de parar un golpe que estaba respaldado con tanto poder local y externo... Bueno, y todo eso hizo reflexionar a muchos militares y también a nosotros en el gobierno.

"Como dice mucha gente, fue el despertar en pocas horas después de tocar la pesadilla y darse cuenta de que pudo ser realidad. Todos aprendimos y vimos nuestras propias debilidades y errores, y también nuestra enorme fortaleza, que es la fortaleza del pueblo. Nosotros analizamos también si teníamos o no una acción alternativa ante una situación como la que se planteó. Nos obligaron a verlo todo, y ahora hay una gran conciencia después de ver hacia dónde se hubiera podido llevar al país".

-Hay antes y después del golpe.

-Hay un antes y un después del golpe, donde se marcó en qué parte no estábamos haciendo lo que no-sotros debíamos hacer, y valoramos lo que estábamos haciendo bien como para molestar de tal manera al poder establecido. Y ahí vimos lo que es el poder de un pueblo movilizado. Yo había dicho alguna vez, en una entrevista, que ese poder que se está transformando en contra del poder establecido tiene que ser muy grande, y si no lo movilizamos, no lo aceleramos, no le damos sentido estratégico, no se podrá terminar con tantas injusticias del poder establecido que, aunque débil, tiene muchos y poderosos elementos de control.. Y allí, en esas horas, se vio el gran poder del pueblo, el milagro de su presencia.

-¿Cómo ve el frente opositor, que en estos días aparece como muy apresurado por sacarlo del gobierno, tanto que hasta anunciaron un septiembre negro?

-Hay señales de fisuras en esa oposición, y algunos sectores parecen desvincularse de la ruta golpista. La alianza entre ellos, lo que los une, es estar contra Chávez, pero eso no es suficiente; no tienen liderazgos sino competencias feroces, y los dueños de los medios asumen posiciones políticas muy claramente definidas, toman partido abiertamente y sus directivos tienen intenciones políticas. La Central de Trabajadores de Venezuela busca también protagonismo político y pierde imagen acompañando a las cúpulas empresariales en lugar de luchar por los derechos de los trabajadores. No hay sector que tenga una fuerza verdadera, y a medida que pasan los meses y Chávez no se va, se desesperan y cometen errores burdos que los desnudan ante el mundo. Hacen marchas y fracasan, como el trancazo que intentaron Y eso enoja al pueblo, y cada paso que dan no hace sino mostrar quién es quién en este país.

"Un pueblo al que descalifican a diario, al que humillan en sus periódicos, que ve todos los días cómo inventan calumnias, un pueblo que ve que el Tribunal Supremo de Justicia determina que no hubo golpe después de todo lo sucedido y de lo que ha dicho la comunidad internacional, es un pueblo que pide y exige justicia. Hay sectores de oposición irracional, absolutamente irracional, y hay otros que parecen ver la realidad, y se nota en declaraciones pú-blicas, en los mensajes que hacen llegar por debajo. Hay una oposición que se viene deslindando de esa otra que está pegada a la que llaman 'agenda oculta del golpe'. Hay también muchos que se avergonzaron de haber participado cuando vieron la realidad, los sucesos que sacaron a lo más terrible del fascismo durante el golpe".

-¿Qué posibilidades tienen?

-Están buscando varias acciones a la vez, en lo económico, lo político, en la vía de la justicia, por donde sea y como sea, mintiendo, tratando de transformar a víctimas en victimarios, intentando llevarme a juicio por el golpe que ellos dieron. Es increíble lo que vemos, lo que el mundo ve, y hasta me acusan de delitos de lesa humanidad, por cercenar la libertad de expresión... y la única expresión masiva es la de ellos, que manipulan y tergiversan. Esa desesperación los hace equivocarse una y otra vez.

"A pesar de las posiciones de la Comisión Tripartita (Organización de Estados Americanos, Naciones Unidas, Fundación Carter), que está trabajando para el diálogo, no ceden muchos sectores. No quieren diálogo. Han intentado todo. Presiones, chantajes, trataron de quitarnos la mayoría en la Asamblea. Todo se ha hecho y se hace. En la Asamblea, mediante presiones y chantajes, podrían voltear la mayoría, pero jamás van a lograr los dos tercios que necesitan para enjuiciar al presidente, como intentan desesperadamente. Sólo podrían afectar el voto de leyes que necesitamos". 

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