Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 25 de septiembre de 2002
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Economía

Los casi 38 mil millones de dólares que llegaron al país no crearon nuevos empleos

Se usó la IED para adquirir empresas establecidas

Según la Cepal y la UNCTAD, la inversión extranjera se cuadruplicó entre 1990 y 2001

VICTOR CARDOSO

Los casi 38 mil millones de dólares que México recibió como inversión extranjera directa (IED) entre 2000 y 2001 poco se han utilizado para promover la creación de nuevos empleos, mejorar la calidad en los ingresos de los trabajadores o para fortalecer la planta productiva; esos recursos más bien han sido usados para la adquisición de empresas ya establecidas, y quienes vendieron, poco o nada han destinado ese dinero para fortalecer la economía nacional.

Para Jaime Estay, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, los recursos económicos provenientes de la IED, captados no sólo por México, sino en general en toda América Latina, han sido utilizados para "amortiguar" el impacto de flujos financieros enviados al exterior, particularmente al pago de deuda, fenómeno que -alertó- comienza a tomar dimensiones similares a las de la década de los 80.

Al participar en el seminario Teoría del Desarrollo, con el tema La inversión extranjera directa en América Latina, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, el especialista afirmó que con base en cifras de organismos internacionales, como la UNCTAD y la Cepal, entre 1990 y 2001 la IED creció en casi 400 por ciento en la región, pero no se tradujo en una mejoría económica de los países.

En ese sentido, precisó que a la IED se le asume como nacional, pero según datos de la Cepal, a principio de la década pasada, de las 100 más grandes empresas manufactureras en América Latina, 48 eran trasnacionales y para 2000 ya eran 59; mientras que la participación de esas mismas compañías globales en el volumen de las exportaciones de la región era de 78 por ciento en 1996 y llegó a 98 por ciento en 2000.

Refirió que en todos los casos son grandes corporaciones globales con un uso intensivo de capital, que cuando compran una empresa lo primero que hacen es reducir su planta laboral e instalar procesos automatizados para elevar su producción. Así un país sólo gana, si acaso, en la modernización de la planta productiva", explicó.

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