Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 26 de agosto de 2002
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Deportes

José Cueli

El Fandi y Ferrara

Antonio Ferrara y El Fandi, dos jóvenes toreros, irrumpieron en la temporada española con aire fresco y ganas de ser, y lograron regresar a los viejos aficionados a las plazas de toros. Llenos de entusiasmo y del encanto de los que están decididos a llegar, forjados por una sólida imaginación, el espíritu de estos toreros encontró, en su enlace con los toros, embrujados jirones, legendarias y mágicas huellas evocadoras del espíritu del toreo.

Salieron decididos y en lucha sin cuartel con las figuras -Enrique Ponce, Joselito, José Tomás, Pablo Hermoso de Mendoza- que resultaron lastimadas con diversas lesiones en esta competencia. Sólo se salvó de llegar al hospital El Juli, quien tarde a tarde les disputa la supremacía. Si bien es cierto que El Fandi pagó ayer su entrega con una cornada en la plaza de toros de Bilbao.

Un jirón del toreo de siempre apareció este año en España con la llegada de Ferrara y El Fandi, ambos espectaculares con capote, banderillas, muleta y espada.

Ferrara y El Fandi han logrado hacer palpitar los cosos españoles con desconocidos ritmos de pasión y acentos musicales, en especial en el tercio de banderillas que hablan de la maravilla de la luz de su gallear, recortar, correr hacia atrás, clavar de poder a poder, marcado por el tiempo de las embestidas de los toros.

Las plazas españolas con la claridad de su torería, poesía y misterio, han llevado a los cabales a despojarse de los lazos que los sujetaban a la monotonía que vive actualmente el toreo. El alma del toreo parece renovarse con las actuaciones de estos toreros en todo su esplendor. Un valor que a veces se antoja suicida marca cada uno de sus lances. Cada año la baraja taurina española se renueva, con noveles toreros que sorprenden a la afición. Algunos de ellos se consolidan como figuras. ƑSerá muy difícil o imposible que surjan no cada año, sino cada tres o cuatro, jóvenes mexicanos a los que no se les pida que lleguen poseedores de una técnica ni un oficio, sino simplemente ganas de ser y, si se puede, originalidad, y no tengamos que depender para las temporadas grandes de invierno de los diestros españoles?

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