Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 11 de agosto de 2002
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Política

Jenaro Villamil

Marcos, rumores y sombras

En sociedades cerradas o gobernadas por regímenes que privilegian el control y el mando, el rumor se vuelve una práctica corriente, una fórmula de resistencia frente a la censura y la impunidad de los poderosos, pero también un mecanismo de propaganda y contrapropaganda de la mentira política.

En México los rumores han sido el pan y la sal de una cultura política caracterizada como sometimiento negociado de la sociedad frente al Estado. La escasa o nula credibilidad en la información generada por los medios permitió que la práctica del rumor creciera como el reflejo más claro de la desconfianza y la despolitización. Rumores que iban desde los amoríos presidenciales y los saqueos constantes de fin de sexenio, hasta amenazas fantasmales como el Chupacabras -surgido en pleno derrumbe de expectativas- y la extendida incredulidad en la verdadera identidad de Mario Aburto. Según diversos observadores, el rumor en México, a diferencia de otros países, ha sido más un síntoma de resistencia frente a la acción del poder. La operación inversa ha sido errática o dirigida a minar la fuerza del adversario político. El control gubernamental de los medios garantizó durante décadas que en sus rendijas se colaran los rumores inducidos desde alguna camarilla para afectar a los adversarios de la nómina.

Los rumores inducidos que aún se dan como notas exclusivas continúan, pero con una eficacia casi nula. No se trata de "filtraciones" (información parcial entregada en forma selectiva y discrecional), sino de "especies", "chismes" o simples especulaciones de la redacción en consonancia con algún "tiralínea". Esta semana se generó el caso de un rumor fallido desde los medios impresos. El rumor se observó así:

El lunes 5 de agosto, el periódico Ovaciones publicó como nota principal que el subcomandante Marcos estaba herido, que cayó en una trampa "estilo vietnamita" (Ƒserá napalm o ántrax?) y se lesionó de gravedad una pierna. Citando "información confidencial" se publicó como un hecho que el doctor regiomontano Oliverio Welsh Lozano lo atendió "gracias a la intermediación de Rosario Ibarra de Piedra". En su cintillo, Excélsior publicó una versión similar con el encabezado: "Marcos cayó en una trampa de guerra y lo operaron de una pierna en NL". Este periódico citó "información de inteligencia federal" como la fuente. El rumor se trastocó porque La Crónica, el mismo día, destacó como nota principal que Marcos está enfermo no por una trampa vietnamita, sino por un padecimiento pulmonar. "Glesmiasis se llama su mal, si es que lo tiene", decía la nota. El Universal Gráfico, al día siguiente, mezcló ambas versiones. El mismo martes 6 de agosto, en su artículo en El Universal, Rosario Ibarra desmintió el rumor y subrayó:

"En la susodicha nota mendaz... se afirma que el doctor Oliverio Welsh Lozano fue a quien pedí que atendiera al Sub. Pues bien, hace más o menos un mes, el citado galeno, digno de todo mi respeto y gratitud, fue quien me operó una oreja y solamente a contados amigos y familiares les manifesté por teléfono" (subrayado original que no requiere del espionaje para explicarse).

Algunas agencias internacionales -como Dpa- hicieron circular esta "especie" y hubo intentos en medios electrónicos por abundar. El noticiero de CNI-Canal 40 hizo referencia al incontable número de rumores que han rodeado la figura del subcomandante Marcos desde 1994. Incluso, no pocos columnistas han afirmado que se pasea por Barcelona y le otorgan un don de ubicuidad que lejos de desacreditarlo refuerzan su mito y carisma.

Caso inverso y representativo de un rumor exitoso es el que se documenta en una encuesta entre habitantes del volcán Popocatépetl en 1999 y 2001. Realizado por el equipo de investigadores de la UAP entre una base de 430 habitantes de las cuencas Nexapa, Cuautla-Yautepec y Chalco-Texcoco, el estudio revela que más de 80 por ciento de los habitantes había escuchado que "Carlos Salinas vendió el volcán a los japoneses", y un promedio de 40 por ciento afirmó que sí cree en este rumor. Llama la atención el caso de los encuestados de Chalco-Texcoco, otrora sede de la república de Solidaridad: 82 por ciento había escuchado ese rumor y 39.8 por ciento lo cree, contra 42.8 por ciento que no y 18.1 por ciento que no sabe.

El otro rumor exitoso entre esas comunidades es que "la erupción es un invento para robar tierras". En Cuautla-Yautepec 54.9 por ciento lo había escuchado y 49.2 por ciento lo cree. En Chalco-Texcoco, sólo 43.9 por ciento lo había escuchado, pero 48 por ciento de ese universo lo cree. El índice más alto es el de la cuenca Nexapa: 64 por ciento lo había escuchado y 39 por ciento lo cree.

Según los investigadores, estos rumores no surgieron de ninguna primera plana periodística, sino de versiones informales que se generaron en la farmacia de un poblado y entre los mismos habitantes. La sombra del despojo los acompaña desde años atrás en una relación muy peculiar con Don Goyo.

En el caso de la enfermedad de Marcos, la sombra de este dirigente que se mantiene como un punto de referencia político, aún en el silencio, parece preocupar más allá de lo racional a quienes saben que existe un territorio de resistencia real.

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