viernes 2 de agosto de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Entrepanes

Adagio lamentoso por Pagán

n Alejandra Fonseca

"¿Qué podemos hacer?", preguntó José mientras se sentaba en la banqueta. "No sé", respondí. "¿Qué sugieres que hagamos?" Ambos guardamos silencio. Con gran preocupación llegó buscándome a la casa. Salí inmediatamente cuando mi prima abrió la puerta y me advirtió con gravedad: "Te buscan". Mirarlo fue dolerme. Me conmovieron su tristeza, su dolor y su impotencia. "Necesitamos al maestro PagánÉ él nos ayudabaÉ Ahora, ¿qué vamos a hacer?"
De 23 años, tiene sida. Casi adolescente se le detectó seropositivo. Ni gay, ni promiscuo, ni prostituto. Una transfusión y se jodió su vida. Hijo de familia decente, fue difícil para todos entender por qué, pero con ayuda de buenos amigos y amigas, y de algunos psicólogos y médicos, entre ellos el doctor Rafael Pagán, transitar a la conciencia y la responsabilidad de ser seropositivo y llevar una buena vida fue un poco más llevadero.
-José -le dije-, cuando se comete una injusticia tan grave como ésta, y donde hay tantos afectados, no sólo hay que ser contestatarios y respondones con la misma enjundia que la del agravio, hay que ser guerreros, con todo, para reparar el daño.
-Lo sé, pero estamos tan afectados que no podemos pensar con claridad. El maestro Pagán siempre nos daba aliento, ahora ¿de dónde lo sacamos para él?
-çnimo, José, estamos haciendo algo, tiene que regresar.
-¿Así es como gobierna el PAN, sin importarle los derechos de la gente? -dijo en un sollozo, y continuó- ¡Pinchi voto útil del que nos advirtieron tanto!
No pude responder.
José es atendido integralmente en el CUISS (Centro Universitario de investigación sobre Sida) de la UAP (Universidad Autónoma de Puebla) desde hace tres años. Junto con Pagán, se sabe traicionado por el gobierno federal, principalmente por la delegada en Puebla, Guadalupe Hinojosa Rivero.
-¿Estás solo José? -pregunté sin saber lo que hacía.
-¿Cómo te puedes sentir en un mundo donde a mi edad tienes una enfermedad terminal? ¡Me vale madres cómo la adquirí porque es igual de todas maneras, me voy a morir pronto! Pero de repente la vida fue buena y encontré apoyo, volví a confiar y regresó mi esperanza -replicaba con dificultad por el llanto contenido-. ¡Y se lo lleva la chingada! ¿En qué pinchi mundo vivimos?
Me senté junto a él en la banqueta. Recargué mi cabeza en mis manos.
-Hay que luchar, aprender a ser guerreros, José.
-¿Contra quien?, ¿contra Fox?, ¿contra Creel?, ¿contra la servil de la Lupe Hinojosa?
-Contra todo lo que ellos significan, porque son lo mismo. Con ellos nunca vamos a estar bien, ya lo sabemos. ¿Qué es lo mejor que te enseñó Pagán?
-A creerÉ
-¿Y?
-A confiarÉ A no sentirme solo porque él me ayudaba, siempre estaba junto.
-Pues a marchar, José. Nos toca estar junto a él, a no dejarlo solo. Sólo así se hace justicia. Recuerda José: En verdad eres justo, Señor, si peleo.