Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 28 de julio de 2002
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Política
ATENCO: EL CONFLICTO

Servicios Periciales ignoró petición de realizar exámenes de salud al hoy occiso

Evidencias de negligencia legal y médica en el tratamiento del labriego Espinoza Juárez

La declaración ministerial del habitante de Atenco es clave en las investigaciones

SILVIA CHAVEZ GONZALEZ CORRESPONSAL

Tlalnepantla, Mex., 27 de julio. José Enrique Espinoza Juárez, habitante de San Salvador Atenco fallecido el miércoles, fue perseguido el 11 de julio por policías estatales y municipales, quienes frente a una casa del municipio de Acolman lo alcanzaron y golpearon; así quedó asentado en su declaración ministerial, la cual fue integrada a un expediente de 33 hojas. Dicho documento fue proporcionado por la Procuraduría de Justicia del estado de México a las instancias correspondientes para "facilitar" el seguimiento médico aplicado al ahora occiso.

A las 10:50 de la noche del 11 de julio -después del enfrentamiento entre policías estatales y ejidatarios-, Espinoza Juárez rindió su declaración preparatoria ante el Ministerio Público de la Subprocuraduría de Tlalnepantla.

Narró que policías estatales impidieron el paso a un grupo de al menos 170 ejidatarios de San Salvador Atenco, que pretendía sostener una entrevista con el gobernador Arturo Montiel Rojas.

Espinoza Juárez dijo tener 49 años de edad y no ser ejidatario, aunque aseguró no estar de acuerdo en la construcción del aeropuerto en tierras ejidales, porque en ellas está la propiedad de su suegro, Rito Merino Ramos, y además su casa sería afectada al quedar en el polígono de tierras expropiadas por la Federación, "por eso es que hacemos nuestras peticiones, pero no nos hacen caso y tenemos que hacer manifestaciones, ya que van a afectar mi vivienda", declaró.

Dijo que en un foro promovido por el quinto regidor perredista del ayuntamiento de Texcoco conoció un plano con sello del gobierno del estado de México, de esa forma supo que su colonia y seis ejidos desaparecerían.

El 11 de julio al mediodía, Espinoza Juárez, en un microbús de la ruta Valle de Texcoco y acompañado por 30 personas más (entre ellas su esposa María Merino García), llegó al punto en donde, dijo, dos grupos se agredían, uno de policías y otro de ejidatarios, estos últimos llevaban palos y machetes, y que al momento descendió de la unidad para auxiliar a sus compañeros.

Narró que los policías estatales lanzaron gases lacrimógenos "y nos empezaron a replegar, nosotros empezamos a retroceder y corrimos hasta llegar al pueblo de Santa Catarina Acolman, unos tratamos de subirnos en camionetas, microbuses y coches particulares. Yo traté de meterme a una casa, pero me cerraron la puerta, en ese lugar me golpearon policías tanto estatales como municipales".

De acuerdo con el expediente proporcionado por la procuraduría estatal, el agente del Ministerio Público de Ecatepec, Antonio Alonso Durán, solicitó a la Subdirección de Servicios Periciales aplicar distintos estudios médicos a Espinoza Juárez, entre ellos el de "química sanguínea"; sin embargo, en la relación de documentos no aparecen los resultados de estos análisis, centrándose en la existencia de más de 11 lesiones físicas visibles y no se especifica el tipo sanguíneo, ni que padecía diabetes.

En el expediente proporcionado por la Procuraduría de Justicia estatal, el subprocurador Roberto Figueroa Velázquez consideró fundamental la secuencia del trato legal y hospitalario dado a Espinoza Juárez. Destacó la existencia del oficio, con fecha del 12 de julio, enviado al director general del hospital de traumatología del IMSS de Lomas Verdes, Juan Carlos de la Fuente Zuno, para que a Espinoza se le diera atención médica, pero dijo desconocer por qué no se le diagnosticó la diabetes que padecía.

Figueroa Velázquez consideró que este documento es fundamental como "prueba" del primer momento en que Espinoza Juárez ingresó a la sala de urgencias del hospital referido, en donde 20 minutos después fue dado de alta. Pero al día siguiente ingresó por segunda ocasión en estado crítico, para perecer días después.

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