martes 23 de julio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Marcos a la medida

Haber sido homosexual

n Marcos Winocur

I. Sintética periodización

Para una referencia sobre la evolución de la mentalidad colectiva frente al homosexual en las últimas décadas: años 40: igual a "degenerado", luego había que castigar. Años 50: igual a "enfermo", luego había que curar. Años 60 y 70: igual a "singular", luego había que respetar la diferencia. De los años 80 en adelante: igual a "cualquiera", Luego no hay que hacer nada. Nota. La evolución de la mentalidad colectiva frente al homose xual no ha sido uniforme; así, hay gente que ha quedado anclada en alguno de los ayeres señalados.

II. "Pan con pan, comida de sonso"

Allá por los años 40, se decía que había sociedades secretas de homosexuales que, desde el clóset, manejaban una porción de poder, "y te caerías de espaldas si supieras quiénes son". Por lo demás, ni hablar: el gay era una figura emblemática para las burlas, véase el filme El último tren a Brooklyn. Ahora... las cosas han cambiado tantito: dejando el clóset por la "marcha del orgullo", y de ésta a ser alcalde en Berlín o París; la condición de homosexual es un hecho aceptado dentro y fuera del poder.
Pero en aquellos años... un refrán que estaba en boga era por demás elocuente: "pan con pan, comida de sonso". Quería decir que la diversión aparecía cuando se juntaban hombres con mujeres, no hombres solos, no mujeres solas. Y con eso estaba todo dicho; a nadie se le ocurría preguntar más, pero si llegaba a hacerlo, la reacción era unánime: ¡degenerado!

III. Homosexualidad y comunismo

Recuerdo que en una ocasión platicaba con mi compañero de partido (Comunista Argentino) gerente de la editorial "Lautaro" de Buenos Aires. ıl, siempre en función de "cuadro del partido" (léase: funcionario) que habla con intelectual, es decir, "ampliamente comprensivo a la vez que bajando línea", pasó a relatarme esta anécdota. Su querido dirigente Benito Marianetti hacía el elogio de Federico García Lorca cuando fue interrumpido por un compañero:
-¡Pero ése era homosexual!
-¡ıl podía...! -fue la rápida respuesta del dirigente comunista.
No encuentro más clara pintura de época y a la vez reconocimiento de la imposibilidad de encontrar una lógica antihomosexual. Por un lado, uno de esos comunistas más papistas que el papa, condenaba al poeta en nombre de la convención moral, por entonces dominante. Por otro lado, el dirigente del partido absolvía al poeta: si habías logrado la fama, si te llamabas Lorca, Proust u óscar Wilde, estabas disculpado.
Esto acarreaba curiosas consecuencias. ¿Un camarada quería ser gay? Muy bien, no problem: a condición de antes alcanzar la fama. Y no en cualquier ámbito, sino en literatura, arte, tal vez un arquitecto de gran renombre o una estrella del cine; en suma, áreas afines a la estética. Imagínense en aquel entonces un gay en política o dentro de las fuerzas armadas... recuerden los problemas que tuvo Clinton, cuando fue presidente, con ese paquetazo.
La conclusión cae de su propio peso. O bien la homosexualidad era un defecto perdonable en los genios y digna de reprobación en los demás mortales o un privilegio al cual sólo podían aspirar los genios... así que: ¿defecto o privilegio? En ambos supuestos, a unos les tocaba, a otros, la mayoría, no les tocaba, dicho sea sin albures. Muy injusto. Aquí, nada de "comunismo". Y de cualquier modo, necesitabas sobresalir. De no lograrlo, mejor te sumabas al coro de los burladores como parte del culto al dios machismo.