I. Sintética periodización Para
una referencia sobre la evolución de la mentalidad
colectiva frente al homosexual en las últimas décadas:
años 40: igual a "degenerado", luego había
que castigar. Años 50: igual a "enfermo",
luego había que curar. Años 60 y 70: igual a "singular",
luego había que respetar la diferencia. De los años 80
en adelante: igual a "cualquiera", Luego no hay
que hacer nada. Nota. La evolución de la mentalidad
colectiva frente al homose xual no ha sido uniforme; así,
hay gente que ha quedado anclada en alguno de los ayeres
señalados.
II. "Pan con pan, comida de sonso"
Allá por los años 40, se decía que había
sociedades secretas de homosexuales que, desde el clóset,
manejaban una porción de poder, "y te caerías de
espaldas si supieras quiénes son". Por lo demás,
ni hablar: el gay era una figura emblemática para las
burlas, véase el filme El último tren a Brooklyn. Ahora...
las cosas han cambiado tantito: dejando el clóset por la
"marcha del orgullo", y de ésta a ser alcalde
en Berlín o París; la condición de homosexual es un
hecho aceptado dentro y fuera del poder.
Pero en aquellos años... un refrán que estaba en boga
era por demás elocuente: "pan con pan, comida de
sonso". Quería decir que la diversión aparecía
cuando se juntaban hombres con mujeres, no hombres solos,
no mujeres solas. Y con eso estaba todo dicho; a nadie se
le ocurría preguntar más, pero si llegaba a hacerlo, la
reacción era unánime: ¡degenerado!
III. Homosexualidad y comunismo
Recuerdo que en una ocasión platicaba con mi compañero
de partido (Comunista Argentino) gerente de la editorial
"Lautaro" de Buenos Aires. ıl, siempre en
función de "cuadro del partido" (léase:
funcionario) que habla con intelectual, es decir, "ampliamente
comprensivo a la vez que bajando línea", pasó a
relatarme esta anécdota. Su querido dirigente Benito
Marianetti hacía el elogio de Federico García Lorca
cuando fue interrumpido por un compañero:
-¡Pero ése era homosexual!
-¡ıl podía...! -fue la rápida respuesta del
dirigente comunista.
No encuentro más clara pintura de época y a la vez
reconocimiento de la imposibilidad de encontrar una lógica
antihomosexual. Por un lado, uno de esos comunistas más
papistas que el papa, condenaba al poeta en nombre de la
convención moral, por entonces dominante. Por otro lado,
el dirigente del partido absolvía al poeta: si habías
logrado la fama, si te llamabas Lorca, Proust u óscar
Wilde, estabas disculpado.
Esto acarreaba curiosas consecuencias. ¿Un camarada quería
ser gay? Muy bien, no problem: a condición de antes
alcanzar la fama. Y no en cualquier ámbito, sino en
literatura, arte, tal vez un arquitecto de gran renombre
o una estrella del cine; en suma, áreas afines a la estética.
Imagínense en aquel entonces un gay en política o
dentro de las fuerzas armadas... recuerden los problemas
que tuvo Clinton, cuando fue presidente, con ese
paquetazo.
La conclusión cae de su propio peso. O bien la
homosexualidad era un defecto perdonable en los genios y
digna de reprobación en los demás mortales o un
privilegio al cual sólo podían aspirar los genios... así
que: ¿defecto o privilegio? En ambos supuestos, a unos
les tocaba, a otros, la mayoría, no les tocaba, dicho
sea sin albures. Muy injusto. Aquí, nada de "comunismo".
Y de cualquier modo, necesitabas sobresalir. De no
lograrlo, mejor te sumabas al coro de los burladores como
parte del culto al dios machismo.
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