Lunes en la Ciencia, 17 de junio de 2002


Su uso daña el riñón pero aumenta la tasa de vida en quienes reciben transplantes de órganos

La ciclosporina, vital pero nociva

Mirna Servín

Contar con la posibilidad de trasplantar un órgano en humanos fue un éxito científico, aun cuando conseguir los órganos necesarios para los pacientes en espera sea todavía una problemática nacional y mundial que merma la aplicación de este avance. Sin embargo, para aquellos pocos que logran saltar este obstáculo, aún les queda un largo camino ųa veces de por vidaų para conservar aquello por lo que tanto tiempo tuvieron que esperar.

He aquí donde la investigación sobre fármacos y su funcionamiento en nuestro organismo entra en acción, ya que lograr que el tejido que se trasplantó sea aceptado por el cuerpo como propio ha sido una de las principales batallas para conservar la vida de un paciente.

Desde los años 80, la primera opción de tratamiento en nuestro país y en el mundo para evitar el rechazo de un órgano trasplantado es un medicamento inmunosupresor llamado ciclosporina, el cual aumentó la tasa de sobrevida hasta 90 por ciento a corto plazo. Paradójicamente, esta misma sustancia que incrementa sustancialmente la vida de dichos pacientes, ocasiona daño agudo o crónico en las funciones del riñón.

Entonces, Ƒcuáles es la opción? Si se suspende la ciclosporina, el cuerpo detecta el nuevo órgano como un elemento extraño y lo rechaza, pero si se continúa consumiendo por largos periodos, se vuelve tóxica para el riñón y daña su función, lo que puede desencadenar problemas como hipertensión y hasta la pérdida del órgano.

"El efecto adverso de la ciclosporina es que ésta activa una serie de factores vasoconstrictores que disminuyen el flujo que llega al riñón y por lo tanto esos pacientes tienen una función renal disminuida", explica la doctora Norma Bobadilla del Instituto de Investigaciones Biomédicas y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, quien ha trabajado alredciclosporinaedor de 10 años en conocer los efectos de dicho medicamento sobre el riñón y en encontrar opciones que disminuyan este problema.

Las principales líneas de investigación, explica Bobadilla, se enfocan a conocer los mecanismos por los cuales el riñón se daña y de esta manera llegar a alternativas farmacológicas que impidan su toxicidad. La doctora Bobadilla destaca que aunque ya hay distintos medicamentos alternos a la ciclosporina en el mercado, muchas veces todavía se sigue midiendo su eficacia, y sus costos son inaccesibles para la mayor parte de la población mexicana.

En ese sentido, la especialista desarrolla ahora ųcon la experiencia acumulada en otros proyectos sobre el temaų uno de sus trabajos más prometedores para evitar el daño producido por la ciclosporina, que es el medicamento más comúnmente usado para trasplantes de corazón, hígado, riñón, cornea y otros.

"Se ha observado que la aldosterona participa en la progresión del daño renal, por tanto, el estudio que estamos llevando a cabo tiene como propósito bloquear sus receptores con medicamentos específicos durante la nefrotoxicididad por ciclosporina. Los resultados han sido fascinantes porque este tratamiento evita tanto en la caída de la función renal como la aparición de lesiones estructurales, dando lugar a la recuperación del riñón."

Esto podría ser realmente una terapia que puede funcionar a nivel clínico, explica Bobadilla, a la vez que reconoce que aún están en las etapas experimentales y que su desarrollo requiere de varios años de trabajo y una inversión cuantiosa para llevar la aplicación de esta investigación de animales a humanos.

Aunque este proyecto forma parte de su trabajo actual, los resultados del trabajo de la doctora Bobadilla no se reducen sólo a lo mencionado, ya que en el Instituto Nacional de Cardiología la investigadora también obtuvo información valiosa sobre la participación del óxido nítrico en el mantenimiento de la función renal y cuáles son los mecanismos de progresión cuando se produce daño en el riñón

"El papel del óxido nítrico, un vasodilatador en el organismo, es muy importante cuando hay toxicidad en el riñón. Se encontró que el riñón responde aumentado su producción de óxido nítrico para contrarrestar el efecto de la ciclosporina, lo que fue una línea de evidencia muy interesante, ya que con la estimulación de esta molécula podríamos remediar el daño". Sin embargo, el fármaco que se utilizó para aumentar la síntesis de óxido nítrico también puede presentar efectos secundarios indeseables en los modelos de estudio, refiere la investigadora.

De acuerdo con Norma Bobadilla, este tipo de investigación es vital, pues a pesar de los efectos colaterales de la ciclosporina, es indispensable su uso en México, ya que es menos cara que otras sustancias en el mercado, aunque realmente su costo es alto. Por ejemplo, un tratamiento de ciclosporina puede costar de 5 mil a 6 mil pesos al mes, "por lo que es urgente en nuestro contexto social una mayor investigación sobre su uso y cómo evitar sus efectos colaterales".

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