Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 17 de junio de 2002
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Deportes

COSAS DE FUTBOL

Josetxo Zaldúa

Llegó la de arena en el peor momento y ante un rival con el que duele especialmente perder. Cada equipo fue fiel a su estilo, sobre todo Estados Unidos.

La selección mexicana comenzó a descomponerse cuando Javier Aguirre sacó de la cancha a Ramón Morales, que falló clamorosamente en el primer gol estadunidense, y metió a Luis Hernández, que se la pasó todo el tiempo lanzándose unos maravillosos clavados.

Lo cierto es que con Morales fuera Estados Unidos se movió con más tranquilidad, porque el campo de acción mexicano se estrechó, olvidándose de la banda izquierda y permitiendo que Claudio Reyna se moviera con entera libertad.

Sorprendió también el cambio de Mercado por Vidrio. Para colmo de desgracias el segundo gol estadunidense llegó desde la banda que ya protegía Mercado. Los aparentes desatinos del Vasco Aguirre culminaron cuando sacó a Torrado y metió a García Aspe, que se ganó una tarjeta amarilla a los pocos minutos de saltar a la cancha.

Es fácil ser técnico desde la periferia. Es claro que el entrenador nacional tuvo sus razones para realizar los cambios ordenados. A él le tocará ahora dar explicaciones, pero lo cierto es que falló porque fue clamorosa la desorientación que sus órdenes produjeron en los jugadores.

Es lamentable perder con Estados Unidos, sobre todo porque además se perdió la oportunidad de llegar al selecto grupo que integran los cuartos de final.

La lógica decepción no debe, sin embargo, hacer olvidar que la selección mexicana realizó tres muy buenos partidos antes de caer ante Estados Unidos. Echar ahora lodo sobre técnicos y jugadores no sirve para ahondar la herida. No se hizo el ridículo y tampoco los estadunidenses son mancos.

Lo que importa es hacer un trabajo serio y sistemático en las fuerzas básicas, como hacen en el vecino país, por ejemplo. Si no se riega el vivero no habrá resultados jamás.

Lamentablemente los directivos del futbol nacional, con sus caprichosas decisiones, parecen empeñados en dinamitar todo intento encaminado a modificar las bases de nuestro balompié.

Hay que felicitar a la selección. Lo merecen de sobra.

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