Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 12 de junio de 2002
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Cultura

Desempolva negativos, muchos inéditos, y los exhibe en su primera muestra Fuera de moda

Rodrigo Moya se reconcilia con sus fotografías luego de tres décadas

La selección de imágenes se presenta en una galería de la Universidad Veracruzana

El México que registró en los años cincuenta ''estaba muy fregado y ahora lo está más''

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Rodrigo Moya descubrió la fotografía por casualidad, ''en una de esas coyunturas de la vida en que una cámara, un maestro y una oportunidad son la tabla salvadora después de quién sabe cuántos fracasos. Así, de suerte, cubrí la necesidad inaplazable de ganarme la vida y de 'hacer algo' antes de caer en el abismo". Empezó a ejercer el oficio en 1955, cargando cámaras y equipo desde el desayuno hasta el anochecer, con la euforia, la pasión y el compromiso que se tiene a los 20 años. Lo hizo hasta ''poco después del aciago 1968 mexicano". Entonces le cayeron encima el desencanto y la decepción. Guardó su cámara, metió en cajas sus negativos y emprendió otras actividades.

Más de 30 años después, reconciliado con el oficio y con su trabajo, Rodrigo Moya desempolva aquellos negativos, muchos inéditos, y ha decidido mostrarlos al público. Una selección de ellos conforma la exposición -la primera en su carrera- Fuera de moda, montada en la Galería Ramón Alva de la Canal de la Universidad Veracruzana, en Jalapa.

De forma paralela la revista Cuartoscuro le rinde un homenaje en su número más reciente de mayo-junio. Con ese motivo, el fotógrafo hace momentáneamente a un lado su obstinada renuencia a las entrevistas y comparte con La Jornada reflexiones sobre su trabajo, su retiro y su retorno.

Archivo heterogéneo

-La exposición en Jalapa y las fotos inéditas que publica en Cuartoscuro Ƒson una reconciliación con la fotografía, con su quehacer fotográfico?

-Ya me había reconciliado antes con la fotografía, pero sí es una reconciliación con el hecho de exponer, que siempre eludí o rechacé mientras fui fotógrafo. No me interesó excepto en una ocasión. Entonces es una reconciliación con mi trabajo, para exponerlo y sea visto. Tenía muchos años guardado en sobres y cajones.

-ƑCuáles son las razones de esta reconsideración?

-La edad y darme cuenta de quemoya_rodrigo_kjd tengo un trabajo que me tomó parte de la vida, que hice con mucha pasión, y el peligro de que finalmente quedara abandonado en un cajón. Entonces empecé a ordenarlo para que tuviera una finalidad, porque de otra manera se hubiera perdido.

-En este rencuentro con su trabajo, Ƒqué piensa de ese México que registró?

-Que estaba muy fregado y la diferencia es que ahora está más. Es decir, están más pobres y son más pobres. El país avanza, se desarrolla, pero las mismas personas que fotografié las puedes ver en el campo en mayor cantidad, con menos esperanza. Casi su única esperanza es cruzar el río Bravo. Las personas que tú vez en mis fotos siguen así.

-ƑCuáles son los temas y la propuesta de las fotos que se exhiben en Jalapa?

-Es una especie de síntesis de muestrario. Mi archivo abarca muchos temas, porque como fotógrafo de prensa uno iba a una cosa y iba a otra y a otra, y después como fotógrafo independiente abarcaba todo y un día hacía modas, al día siguiente un comercial, a los dos días fotografiaba una silla y tres días estaba fotografiando guerrilleros. Es un archivo muy heterogéneo, como el de todo fotógrafo documental.

El premio de la conmoción

-ƑCuántos negativos hay en su archivo?

-No me atreví a contarlos. Son muchos sobres y no he encontrado un método para archivar eso. Son varios miles, pero no cientos de miles ni millones. Rechazo los archivos muy numerosos porque, bueno, tienen flores pero casi todo es pastura. Un fotógrafo debe aprender a seleccionar su trabajo y no pensar que todo tiene que entrar en la historia.

-ƑCuáles de sus imágenes quisiera que tuvieran esta trascendencia histórica de la que hablaba?

-Uno no busca la trascendencia histórica y es dudoso que cualquiera de estas fotos hechas al paso tenga ese mérito. Quizá pueda documentar una época, un grupo humano, hábitos y usos; otras son una búsqueda plástica con la presencia del hombre. Algunas quizá puedan tener un valor histórico por cierto personaje o por registrar cosas que han dejado de ser. Pero como fotógrafo no busco la trascendencia histórica, sino transmitir una emoción que puede ser un reflejo de la emoción con la que trabajaba esos temas. Trabajé muy metido en mis asuntos, muchas veces conmocionado. Pienso que un fotógrafo debe conmocionarse un poco con sus temas, entrar a fondo, sentirlos e identificarse con la gente. El premio es cuando esa foto vuelve a producir ese sentimiento.

Entre lo poco que Moya había recopilado de su trabajo periodístico está un libro de fotos del Che Guevara, publicado a beneficio de la revolución sandinista.

-ƑCómo fue aquella sesión con el Che?

-Larguísima, tres horas. Estuvimos muy divertidos. Nos habían dicho que serían 15 minutos y fueron tres horas. Lo malo es que yo nada más llevaba 18 placas, no me dio tiempo de conseguir película.

-ƑCómo era él ante la cámara?

-Absolutamente normal. Fue una conversación muy amistosa,

 

muy cordial. Nos contó anécdotas de la Revolución, que había sido fotógrafo en México. En ningún momento se le sintió en una actitud de héroe consagrado de la Revolución. Era absolutamente sencillo. Se puso a jugar con mi cámara y quería tomarme una foto, pero ya no había película.

-ƑQué afinidades y diferencias encuentra entre usted y fotógrafos que también han registrado el país, como Nacho López o Héctor García?

-Respecto de Nacho López -lo digo en algún texto de Cuartoscuro-, me siento muy ligado a su trabajo; son un eslabón, que hay una continuidad en el tratamiento de la realidad mexicana, en la concepción de la imagen, con variantes de estilo, de calidad y de equipo, pero hay una enorme afinidad. Con Héctor tengo muchas diferencias en la forma de abordar la imagen, de estilo y quizá de calidad. El produce mucho, tiene 50 años tomando fotos, su producción es masiva, mientras que yo tomé fotos nada más durante 13 años.

-Entiendo que prácticamente no ha vuelto a tomar una cámara para hacer un trabajo profesional.

-Profesional no, pero sí seguí tomando fotos. Por ejemplo, registré todas las manifestaciones del cardenismo; todo el 88, la campaña del 94, la disolución del Partido Comunista, y la creación del PSUM, todas las grandes manifestaciones de los años 80. Lo hice para mí y ahí las tengo, en negativo. Después hice fotos del mundo de la pesca y del mar. Tengo mucho material también casi inédito.

-Al parecer su retiro fue enigmático. ƑPor qué se retiró?

-Porque no podía vivir de la fotografía. Mi forma de trabajar costaba mucho dinero, pues viajaba por mi cuenta; era free lance, tomaba más película de la permitida, copiaba mucho, gastaba mucho en laboratorio; eran semanas de trabajo intenso para hacer un reportaje que después me rechazaban o no me lo pagaban o lo pagaban muy mal los editores. Yo los detestaba. Me peleé con Pagés Llergo; me salí de (la revista) Impacto, mandé a tiznar a su madre a Gustavo Alatriste; así eran, muy miserables, mientras uno dejaba la zalea en un reportaje.

''Entonces la única vertiente para darte a conocer era la prensa de izquierda, que recibía con los brazos abiertos todo lo que uno les entregaba, pero también con las manos en la bolsa, no las sacaban de ahí. Es decir, no daban nada. Abandoné el periodismo y dejé de considerarme fotógrafo porque no vivía de la fotografía.''

La foto fija, antídoto contra la televisión

-La velocidad a la que ahora se mueve el mundo y el desarrollo tecnológico en los medios, Ƒde qué manera condiciona la fotografía documental?

-Lo que pasa es que hay dos formas de trabajar: la cotidiana, de la noticia, que es de ahorita para al rato, que pone muchas limitantes y juega mucho el azar para que se pueda hacer una foto magnífica. Generalmente no se dan las condiciones y el trabajo es mediocre. Y hay otra vertiente, que es la de abordar temas, ya sea para el periódico o para uno mismo; sumergirse en un tema y abordarlo con profundidad.

-ƑDe qué sirve que los medios impresos congelen una imagen que ya se vio en movimiento en la televisión?

-Tengo la tesis de que la foto fija es el antídoto contra la televisión. La televisión nos ha estupidizado al fragmentar la imagen. Pasan tantas imágenes y a tal velocidad que uno no registra el impacto de una imagen, de un detalle. Una cosa es ver la imagen detenida a que la pasen en televisión en una fracción de segundo y luego en seguida una motocicleta explotando y una muchacha tirándose un clavado y después una patinadora y luego a Bush con esa cara de tonto que tiene. No te deja reflexionar sobre la imagen.

(El número de homenaje a Rodrigo Moya en Cuartoscuro será presentado mañana a las 19 horas en el Centro de la Imagen, con la participación de Alejandro Castellanos, Eduardo Espinoza, Carlos Payán, Pedro Valtierra, Vera Milarka y Rodrigo Moya.)

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