Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 21 de mayo de 2002
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Política
José Blanco

El imperio inicuo

Pasan los años y las décadas y el tema migratorio aparece puntual en todas las agendas de las reuniones interparlamentarias entre México y Estados Unidos. Frente al nudo asfixiante, el imperio sigue dando largas y ofreciendo de vez en vez un té de borrajas.

La regularización de al menos 3.5 millones de mexicanos indocumentados que viven en Estados Unidos, que allí trabajan, crean riqueza, reciben los menores salarios y pagan impuestos, parece cada vez más lejana, si no es que ha quedado ya cancelada. La regularización fue la mayor apuesta del presidente Fox en su new deal con Estados Unidos, pero todo parece indicar que está destinada al fracaso. Pocas veces esa salida se ha visto más lejana que en la 41 Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos que tuvo lugar la semana pasada en Guanajuato. Las posiciones fueron polares. Los delegados mexicanos urgieron avanzar ya hacia la firma del convenio de regularización, y los estadunidenses contestaron que el problema "se ha convertido en un desafío" después de los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre. Es claro que la política migratoria de Estados Unidos tiene que tornarse más alerta frente a eventuales nuevos ataques terroristas; pero también es claro que entre esos ataques y los numerosos mexicanos indocumentados que allá vivían con anterioridad no hay relación alguna.

Tancredo, el representante republicano por Colorado, señaló que regularizar la migración ilegal es "un tema místico". Vaya usted a saber qué arcanos significados tiene en la cabeza este representante al referir tan ascética expresión, pero es claro que está a ultranza contra la regularización. De paso, qué significativa sincronía el nombre de este señor con el tema que lo ocupa. Tancredo era una suerte de toreo que consistía en permanecer el que la ejecuta sobre un pequeño pedestal resistiendo en absoluta inmovilidad la aproximación y contacto con el toro. Como puede suponerse, el riesgo de una cogida por la bestia se aproximaba a 100 por ciento. Tancredo y compañía corren el riesgo de que la migración se les transfigure en minotauro o de plano en un avieso e implacable miura.

La necesidad estadunidense de la fuerza de trabajo mexicana a lo largo de todo el siglo xx ha sido más que documentada y diversos estudios indican que en el futuro esa necesidad aumentará. La riqueza creada por los mexicanos residentes en Estados Unidos está fuera de duda: esa riqueza, se dice pronto, es mayor que el producto interno bruto mexicano. La demanda de fuerza de trabajo aumentará porque Estados Unidos está desde hace dos décadas en una cruzada por elevar sustancialmente la educación de su propia sociedad, lo que irá dejando sin oferta de trabajo las plazas que requieren menos calificaciones.

Como se sabe, el "problema" para Estados Unidos es la migración mexicana pobre. Con los ricos que llegan con sus millones de dólares, no hay problema. Bienvenidous. Qué simpáticous los marriachis. No lo hay tampoco con la población universitaria altamente calificada, que no es escasa. Puede corroborarlo fácilmente el premio Nobel Mario Molina.

Pero para los pobres, prácticamente todos provenientes de las áreas rurales, la alternativa de la migración puede ser el infierno. La muerte en el paso de la frontera; el hacinamiento inverosímil en el que pueden "vivir" en las farms gringas; la discriminación racial; la constante negación de sus derechos humanos; los deprimidos salarios frente a la media estadunidense, las golpizas por la policía, el desgarramiento social y psicológico al separarse de sus comunidades. Pero a todo eso están dispuestos con tal de hallar trabajo e ingreso para ellos y sus familias.

En ese contexto, Tancredos y cretinos quieren cerrar la frontera. Al mismo tiempo, el genio de Bush le aconseja autorizar el ejercicio de 190 mil millones de dólares al amparo de la Ley Agrícola 2002-2011, lo que significa un incremento de 18 mil 900 millones al presupuesto aprobado por la Cámara de Representantes para este año. Al anunciar este subsidio que se aplicará al campo por 10 años, Bush no pudo sino expresar un bushismo más: "Esto permitirá a los granjeros y rancheros planear y operar basados en realidades de mercado no en mandatos gubernamentales": realidades de mercado, con subsidios gigantescos: cheers! Como es obvio, esta medida quebrará a numerosos proyectos agrícolas en México, lo que incrementará el flujo de migrantes hacia Estados Unidos, que pueden hallar la frontera cerrada.

Entre tanto, en México apoyamos decididamente la vida campesina, negando una ley indígena que procure el arraigo y las salidas productivas a las comunidades. Es decir, ponemos, con esa negativa, y con mil otras políticas, nuestro propio impulso hacia la emigración del infierno. La revisión profunda del TLC, en su capítulo agrícola, es ya una necesidad impostergable. Estados Unidos quiere libre comercio sólo en los bueyes de mi compadre.

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