Lavagna anuncia que solicitará crédito puente

El gobierno de Argentina rechaza fijar control cambiario y de precios

AFP, REUTERS Y DPA

Buenos Aires, 3 de mayo. El gobierno de Argentina desestimó este viernes fijar controles cambiarios y de precios para frenar la inflación, de 20 por ciento en lo que va del año, al tiempo que rechazó la dolarización sin romper relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Así lo dio a conocer el ministro de Economía, Roberto Lavagna, en rueda de prensa, en la cual también reveló que Argentina solicitará en los próximos 30 días un "crédito puente" de países y organismo multilaterales, entre ellos el FMI, con el propósito de cancelar un vencimiento por 800 millones de dólares con el Banco Mundial (BM).

"Un sistema de control de cambios será artificial y lo que haría es aislarnos del mundo", expuso, aunque reconoció que la profunda depreciación del peso, con un tipo de cambio en torno a las 3.15 unidades por dólar este día, "no está reflejando la realidad, porque significa un producto bruto per cápita de 2 mil dólares, que Argentina, seguro, no tiene (...) también era una ficción el PIB per cápita de 9 mil dólares que había en la convertibilidad".

Rechazó además que el gobierno tenga previsto aplicar precios fijos o la ley de abastecimiento, un mecanismo para controlar los precios indirectamente, con el objetivo de contrarrestar la elevada inflación, y aseguró que habrá un libre funcionamiento del mercado.

Lavagna agregó que la próxima semana se debatirá en el Congreso la ley empresarial de quiebras y la derogación de la de subversión económica, que atiende las reformas recomendadas por el FMI.

Por otra parte, el ala disidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a una huelga general y movilización hacia la Plaza de Mayo para el próximo martes. Se trata de la primera medida de fuerza de la central obrera, que dirige Hugo Moyano.

El líder sindical afirmó que la medida es una señal de protesta contra la política económica y social y en rechazo al "sometimiento" de Argentina al FMI, tras asegurar que "el actual gobierno es una continuidad de los anteriores, Menem-Cavallo y De la Rúa-Cavallo".

Además, centenares de personas invadieron la calle de San Martín, en el corazón financiero de Buenos Aires, donde instalaron un club de truque de mercancías de todo tipo, como actitud indirecta de protesta frente a la grave crisis económica.

En el denominado microcentro porteño se formaban las usuales colas para entrar en las casas de cambio y los bancos, en busca de dólares; los ahorristas la emprendieron con insultos y hasta piedras contra el vallado que rodea la sede del Ejecutivo, donde trataron de impedir el ingreso de los invitados a la jura de los ministros del gabinete.

Esto ocurría al tiempo que el presidente, Eduardo Duhalde, tomaba protesta a los ministros Alfredo Atanasof, que pasó de la cartera de Trabajo a la jefatura de Gabinete, así como a Graciela Caamaqo, al frente del Ministerio de Trabajo, además de Jorge Marzkim, en el del Interior.

De esta manera, Duhalde avanzó en el anunciado recambio de gabinete, iniciado hace una semana, cuando Lavagna asumió la cartera de Economía, en remplazo de Jorge Remes Lenicov.

De otro lado, la juez María Servini de Cubría resolvió que no existen pruebas suficientes para responsabilizar al ex presidente Fernando de la Rúa de la sangrienta represión policial durante la revuelta popular del 20 de diciembre pasado, que forzó su renuncia.

Servini de Cubría, que lleva la causa adelante, impulsó la falta de mérito a De la Rúa y al ex ministro del Interior Ramón Mestre, y procesó con prisión preventiva al entonces jefe de la policía, Rubén Santos, por las cinco muertes ocurridas durante la represión.