Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 17 de abril de 2002
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El Ajusco, ''paciente en estado crítico''

Taladores, saqueadores de tierra, cazadores furtivos e invasores causan acelerada destrucción de la zona

RAUL LLANOS /I

Catalogado por las autoridades federales como una de las nueve zonas de ''ingobernabilidad'' en el país en materia ambiental, el Ajusco enfrenta un acelerado proceso de destrucción provocado por taladores, saqueadores de tierra, grupos de invasores y cazadores furtivos, quienes arrasan con la flora y la fauna. Entre las especies en vías de extinción están el teporingo, el ratón de los volcanes, la lagartija de collar, el gavilancillo, el halcón de cola roja, la víbora de cascabel y el venado cola blanca, mientras que cerca de seis mil pinos y encinos se pierden anualmente, algunos de más de 70 años de edad y 30 metros de altura.

A toda hora y en cualquier lugar es posible cruzarse con camiones con cargamentos ilegales de tierra y sorprender a cazadores furtivos. En un recorrido por el Ajusco también se observan árboles aserrados, paupérrimas casuchas en espacios de conservación y enormes hoyos como si fueran lagunas secas.
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Mireya Imaz, directora general de Ecología en Tlalpan, señala que hay parajes en los cuales se desmantelan autos robados, ''y más de una vez han dejado por ahí uno que otro cuerpecito (cadáver)''.

 En su opinión, la explicación de tal deterioro es la indolencia y la indiferencia que mostraron durante muchos años las autoridades federales, capitalinas y delegacionales, quienes desatendieron su responsabilidad y permitieron los asentamientos irregulares, la tala clandestina y la sustracción ilegal de tierra o piedra volcánica.

José Valles, director de la Región 2 de la Comisión de Recursos Naturales (Corena), afirma: "Ahora que nos hemos abocado a aplicar la ley en el Ajusco vemos que nos enfrentamos a grupos de delincuencia organizada; por ejemplo, en el caso de la tala, forman una larga cadena delictiva que va desde el corte del árbol hasta la venta.

''Tienen transportes, radios, maquinaria, monitores que les avisan de nuestras operaciones y hasta armas exclusivas del Ejército o escopetas que no han dudado en utilizar cuando los hemos sorprendido. Incluso hay casos de secuestro de guardas en algunos parajes o brechas.

"Nosotros no tenemos la competencia para andar armados, lo único con lo que estamos armados es con una credencial de la Corena y con la intención de cumplir nuestro deber. A pesar de eso tratamos de frenar su ilícita actividad".

Imaz resume así la situación ambiental del Ajusco: "Tenemos un paciente muy débil, en estado crítico, que está en riesgo y que, o le inyectamos vitaminas y le hacemos una transfusión de sangre de inmediato, o entraremos en un proceso irreversible de pérdida de ese espacio".

Señala que uno de los "síntomas" más alarmantes de esa situación son las grandes tolvaneras que transforman la zona "en una enorme masa café de tierra", como en las épocas secas del ex vaso de Texcoco o en Nezahualcóyotl.

Gran biodiversidad en la zona

El Ajusco forma parte del cinturón verde que corre de la zona de los humedales de Tláhuac hasta Cuajimalpa y de ahí hacia la sierra del Chichinautzin (en los límites del Distrito Federal con Morelos), donde se concentra tres por ciento de la biodiversidad del mundo.
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 La zona también llegó a integrar ese 80 por ciento de suelo de conservación que hasta hace un par de décadas tenía Tlalpan, la delegación más grande del Distrito Federal, y que ahora se ve reducida a 65 por ciento.

Pese a ello, aún se concentran más de 60 especies de mamíferos, alrededor de 200 de aves, 70 de reptiles y anfibios y más de 200 especies de árboles y plantas con flores, como el palo loco, el oyamel, el encino, el pino, el agave, la jarilla o matorrales como la higuerilla.

Y todavía más: en esta zona se localiza la mayor parte de los 11 volcanes inactivos que tiene la demarcación.

En entrevista, la funcionaria precisa que "la crisis grave del Ajusco se inició en la década de los 80, cuando se dio un viraje crítico en el deterioro del lugar; luego en los 90 se aceleró, se agudizó críticamente, y veinte años puede sonar mucho, pero no son tantos y menos en términos de la evolución de la ciudad". Agrega que a partir de ese momento se incrementaron desmesuradamente los asentamientos irregulares en suelo de conservación promovidos por personas con intereses partidistas, y quienes a la fecha continúan con esa actividad.

"Tenemos gente de todo, de PRI, PAN, PRD y hasta un líder de la Iglesia del Fin del Mundo, con quienes surgieron asentamientos como Zorros, El Llano, Ecoguardas, Los Duendes, entre otros." Precisamente a la entrada de Los Duendes, localizado a un costado de la carretera Picacho-Ajusco, se constató que la tierra está ilegalmente fraccionada con muros de roca volcánica y en los árboles identificado el nombre de su propietario: "Eva Mireles Patolín", "Reyes Mireles", "Mónica Romero Arenas" y hasta un teléfono para vender el terreno: 5646 2784.

"Aquí cualquiera viene, pone su letrero con un teléfono para venderlo y como nadie tiene papeles de nada, igual y se vende a algún incauto", asegura la directora de Ecología.

De cerros mordidos y topos gigantes

Otro de los graves problemas que aquejan al Ajusco es la extracción indiscriminada de tierra, la cual después es vendida en Xochimilco para macetas. Durante el recorrido por este punto de la ciudad se confirmó que las laderas de los montes y cerros son prácticamente "mordidas" por las palas de los tierreros" quienes en menos de una hora llenan sus camiones y se van.

La única autoridad que otorga permisos para esa explotación es la Semarnat, encabezada en su delegación metropolitana por Norma Ruth. "Con ellos ?dice Mireya Imaz? hemos tenido una relación muy ríspida porque les hemos pedido que sustituyan ese aprovechamiento de tierra por procesos más sustentables de uso de suelo, pero no nos escuchan.

"Cuando tú arrasas capas y capas erosionas el suelo de manera tal, que para que se regenere ?si es que eso sucede? deben pasar más de cien años, pero eso en la mayoría de los casos no ocurre, porque una vez que deterioras ese espacio se vuelven rellenos de basura u otra cosa. Hay procesos, como el de la composta, con los cuales no tienes que deteriorar el ambiente, no tienes que perder el suelo y ojalá eso lo entendiera la Semarnat."

Y es que en parajes como Tonaya o en Santo Tomás Ajusco se observaron grandes espacios devastados, como si fueran lagunas secas, pero son producto de esa explotación irracional de la tierra. Este panorama irónicamente lo completa el proyecto de "tinas ciegas" de la administración delegacional pasada, que en la idea de recarga de los mantos acuíferos se dieron a la tarea de abrir hoyos por doquier. "Parecía que había pasado un topo gigante por todos lados. Tan sólo este año ya cancelamos 60 mil tinas ciegas en Ajusco, Parres, Topilejo, pues ecológicamente no es sustentable", asegura Mireya Imaz.

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