Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 30 de marzo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Política

Gabriela Rodríguez

Nueva izquierda católica

No todo en el mundo es avance de la derecha. A las palabras de Fidel Castro en la cumbre de Monterrey, que cautivaron las notas informativas de los periodistas del mundo, hay que agregar una nueva toma de posición de la izquierda en América Latina.

En plena Semana Santa, el Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo ha sido asignado al grupo Católicas por el Derecho a Decidir (CDD). Se trata de un reconocimiento que hacen 42 organizaciones de varios estados de la República Mexicana al trabajo que han realizado mujeres feministas católicas desde adentro de las instancias religiosas en defensa de los derechos sexuales y reproductivos, así como por la equidad de género.

El premio se otorga justamente cuando CDD acaba de lanzar la campaña mundial Condones por la vida, que busca revertir la postura de 4 mil 435 obispos católicos del mundo que prohíben entre sus mil millones de feligreses el uso del condón y que han distorsionado la información al desacreditar la efectividad de este dispositivo preventivo. Anuncios, desplegados, espectaculares en cruceros de ciudades de América Latina, Africa, Asia, Europa y Estados Unidos afirman: "Prohibir el condón es condenar a muerte por sida a millones de seres humanos" y "Al pueblo católico sí nos importa. ƑY a nuestros obispos?"

El acto es una afrenta histórica ante la posición de la Santa Sede. Esa ciudad antidemocrática de 0.44 kilómetros cuadrados, gobernada por una jerarquía totalmente masculina nominada por la voluntad divina, con una población de mil habitantes (sacerdotes, oficiales y empleados laicos) que no se unieron al consenso de la plataforma de acción de la cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres. En la también llamada "Iglesia de los hombres", el rezago en género es vergonzante: 12 por ciento de mujeres ocupan puestos de cancillería, sólo 4 por ciento son jueces en tribunales diocesanos, y 8 por ciento directoras de finanzas y administración. La política vaticana utiliza tácticas totalitarias para silenciar a cientos de víctimas de abuso sexual de sacerdotes, y mientras se condena a la hoguera a homosexuales, a lesbianas y a quienes participen en acciones por la despenalización del aborto, se prohíben los anticonceptivos y se ataca la educación sexual escolar. El catecismo sexual emitido por el Vaticano en 1966 (The Truth and Meaning of Human Sexuality) promueve la ignorancia y niega el derecho a la información sexual entre niños, niñas y jóvenes, hace un llamado a madres y padres de familia para rechazar la enseñanza sobre el "sexo seguro", así como para desacreditar el condón y condenar el uso de anticonceptivos, para que las y los menores no puedan protegerse de abusadores, de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH/sida (La Santa Sede y los derechos de las mujeres, CDD, 2000).

Las posiciones dentro de la Iglesia católica en México se polarizan al agregar los derechos sexuales como parte de la lucha por la justicia y la pobreza; es un nuevo posicionamiento del movimiento de la teología de la liberación que representara don Sergio Méndez Arceo, luchador incansable de los derechos humanos.

El paso significa el abandono del desprecio a las feministas y a los usos del cuerpo que había caracterizado a los grupos católicos de derechos humanos en México y en América Latina; es una forma de deslindarse de esa visión del sexo como poder individual que amenaza a una Iglesia empeñada en controlar a la sociedad. Es también una estrategia para recuperar a las nuevas generaciones ante el alejamiento progresivo de los valores sexuales respecto de los valores religiosos, ante esa muestra de secularización del sexo que significa que 56 por ciento de los jóvenes mexicanos recurran hoy al condón. Y es reacción evangelizadora al rasgo de la laicidad en nuestra cultura, cuando 79 por ciento de las juventudes afirma que las creencias religiosas no tienen influencia en sus actitudes sexuales y para 92 por ciento no tienen influencia en sus preferencias partidistas (Encuesta Juventud 2000, SEP/INEGI/IMJ).

El premio Méndez Arceo es expresión de resistencia ante la nueva derecha mundial, esa alianza entre empresarios, políticos y jerarcas eclesiales que en México determinó que el presidente Salinas diera la pauta para la recuperación de lo político entre los jerarcas eclesiales, y que llevó al presidente Bush a tratar de revertir los derechos reproductivos en Estados Unidos y a establecer el Día Nacional de la Santidad de la Vida Humana hace dos meses (Desde la fe, 17/marzo/2002).

Incluir dentro de las organizaciones católicas de derechos humanos la disputa por los derechos sexuales y reproductivos es reconocer que el cuerpo sigue siendo depositario de la construcción de juicios morales sobre las personas y, por lo mismo, expresión material y privilegiada del ejercicio de las libertades.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año