Señora directora: Nos resulta por demás equívoca y torpe la actitud asumida por la embajada de Estados Unidos al no permitir el acceso de La Jornada a la conferencia de prensa de Otto Reich.

Qué graves nos resultan los macartismos trasnochados y pretendidos bloqueos a la libertad de expresión. Siempre hemos creído que la tal democracia estadunidense es, en realidad, plutocracia encubierta. Hoy en día sólo les interesa la "macdonalización" del mundo en desarrollo. Ojalá que entendamos que la globalización sólo es en realidad colonialismo disfrazado. Reciban usted y todos los trabajadores de La Jornada nuestra plena solidaridad; actitudes como las que rechazamos no solamente niegan la libertad de expresión, sino lo que es peor, la ensucian.

Diputado Enrique Herrera, secretario de la Comisión de Defensa Nacional, grupo parlamentario del PRD

Señora directora: La respuesta del achichincle del procónsul estadunidense, perdón, del embajador, confirma el editorial de este periódico que usted dirige.

Si había alguna duda, ahora no cabe ninguna: ese gobierno y todos sus representantes no tienen remedio, para pena de casi toda la humanidad. Ellos oscurecen cada vez más el panorama que vivimos cotidianamente.

Carlos A. Montes de Oca Estrada

Señora directora: Felicidades por el hecho de no ser invitados a la conferencia de prensa que dio el fascista Otto Reich; esto nos llena de satisfacción a los lectores que tenemos un poco de sentido común.

Acerca de lo que es justo y lo que no, La Jornada se ha caracterizado por contar con personas probas en sus colaboradores, sin miedo y comprometidas con las causas de las verdaderas mayorías depauperadas por los agentes del PRI y el PAN, así como de algunos partidos disfrazados de oposición como el Verde Ecologista. Tomen la negativa de invitación a los dominios del imperio como lo que es: una prueba de que en el gremio periodístico hay gente que vale la pena.

Sergio Fernández

Señora directora: A 36 días de estallada la huelga en la UAM, ni autoridades ni sindicato tienen respuesta al levantamiento de la misma. Por un lado, los primeros se aferran a su primera posición presentada antes del 1º de febrero (aumento de 5.25 por ciento a salario y 4.08 a prestaciones; no a la recontratación de nueve trabajadores despedidos; no a la incorporación de las becas y estímulos académicos al salario, etc.) con el conocido argumento del "no hay". Por el otro lado esta un sindicato sin creatividad para diseñar tácticas de lucha a la altura de la huelga, que revela incapacidad para dirigir el movimiento y se empantana en sus luchas internas a grado tal de convertir el Comité de Huelga (máxima instancia de decisión en este delicado conflicto) en una asamblea estudiantil, donde la construcción de argumentos sensatos (con un mínimo de lógica) en pro o en contra del movimiento brillan pero por su ausencia.

Priva el viejo cliché de "el que tenga más saliva traga más pinole". Como conclusión de estas dos posiciones tenemos, parafraseando a Kurnitzky, una vertiginosa inmovilidad. Un sinsentido del movimiento que, parece, no importa a ninguna de las dos partes y, peor aún, se hace de cuenta que los cerca de 45 mil alumnos sin clases no existen. Están excluidos del discurso de los patrones y también del de los tra- bajadores (académicos y administrativos).

Entonces, ¿por qué nos pe-leamos? ¿Por los espacios físicos? ¿Por los escasos y pequeños cotos de poder en la universidad? Esta es la lógica que esperan encontrar los enemigos de la educación pública, lógica que les estamos entregando y, paradójicamente, nos hacemos llamar, tanto autoridades como trabajadores, defensores de la universidad pública.

Si el conjunto de universitarios asumiéramos con verdadera voluntad la defensa de los espacios públicos, y antes que nada de las universidades públicas, marcharíamos juntos, trabajadores (académicos, autoridades, administrativos) y alumnos, hacia los lugares donde verdaderamente debemos dar la batalla y que el mundo contemporáneo impone, pero esto es sólo una sarta de buenos deseos, la realidad concreta es que nos hemos enfrascado en discusiones "arcaicas" entre universitarios, cuyo resultado ha sido, además de las repercusiones económicas y sociales, hacernos perder de vista al verdadero enemigo, que no se encuentra en la mesa de negociaciones.

Areli Benítez Saucedo, profesora de la UAM

Señora directora: El martes 5 de marzo me enteré, por medio de La Jornada, de la agresión física a los voluntarios del Condonmóvil en un recorrido por la ciudad de Querétaro.

Espero que la Comisión Estatal de Derechos Humanos, así como el Ministerio Público local conozcan los hechos y tomen las medidas necesarias a fin de sancionar a los agresores y a los agentes judiciales por su negativa a intervenir en los acontecimientos.

Por otra parte, es recomendable que el gobierno del estado indemnice o repare los daños que hayan sufrido los voluntarios, así como el Condonmovil.

Me parece que no podemos guardar silencio y permitir que esta hermosa ciudad se convierta en un reducto de vándalos de ultraderecha o neoinquisidores.

Esperando la atención que sirva prestar a la presente, le envío un cordial saludo y una felicitación por su excelente periódico.

Atentamente

Enrique Adar

Señora directora: Sobre la carta de Sergio López Menéndez, publicada en La Jornada el sábado 9, respecto a la muerte del toro Clavellero, salvo por algunos rasgos de antropomorfismo, he de decir que me parece extraordinaria y que me ha emocionado. La imagen del toro saliendo mansamente de la plaza mientras lo mira una multitud que deseaba ver su sangre, es contundente: quienes viven con pasión la tortura difícilmente pueden exigir un México mejor. Votan por el cambio y se regocijan en su anquilosamiento moral.

Luis Ernesto González

Querida Carmen: Nunca, ni durante los gobiernos más reaccionarios en los últimos 60 años, se había dicho, explícitamente, que lo más importante para el presidente de la República era el capital (subrayo República, porque se puede pensar que Fox es todavía presidente de la Coca Cola).

Lo sabíamos, pero no se decía. Ahora resulta que lo más importante es la inversión, de preferencia extranjera como es el caso de la fructosa. Los productores de caña en México, así como millones de mexicanos, se pueden morir de hambre o sobrevivir con menos de dos salarios mínimos, y los dueños de los ingenios azucareros pueden quebrar, al fin y al cabo son mexicanos. ¡Viva México!

Atentamente

Octavio Rodríguez Araujo

Solicita preservar orquesta Carlos Chávez

Señora directora: Con todo respeto me dirijo a usted para solicitarle la publicación de la siguiente misiva, dirigida al presidente Vicente Fox Quesada.

El 5 de marzo asistí a un concierto de música clásica interpretado por la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez en el auditorio Blas Galindo del CNA. Ahí nos enteramos que un funcionario pretende desmantelar dicha orquesta. No sé las razones que argumente para llegar a esa decisión. Como público asiduo a estos conciertos protesto enérgicamente ya que tenemos pocos eventos de esa índole a precios accesibles. ¿A dónde más podremos asistir a ese tipo de eventos culturales? ¿No es motivo de atención del gobierno que usted dirige fomentar la cultura en todas sus expresiones? ¿Acaso debemos seguir al margen de la cultura por decisiones de sus subalternos y dejar al público privado de los más elementales medios de expresión artística?

Lo peor es que todos esos músicos pasaran a las filas de desempleados, como un servidor que firma al calce, y no precisamente porque no busquemos empleo, sino por la política de marginación que llevan a cabo discrecionalmente los funcionarios, como el que pretende desmantelar la citada orquesta y dejar fuera de su empleo a mucha gente. Tengo varios años de asistir a esos conciertos; ojalá intervenga en favor de la orquesta para seguir disfrutando de su trabajo.

Víctor Rodríguez Gómez

A recordar la entrada de la marcha del EZLN al Zócalo

Hoy nos reuniremos en el Zócalo para conmemorar un año de la entrada de la Comandancia General-CCRI del EZLN (11 marzo 2001). De las 12 a las 20 horas habrá pintura para niños, videos sobre la marcha (en pantalla gigante), música y mesas de información.

Invitan diversos colectivos de la sociedad civil y organizaciones políticas. Responsables: Enrique Avila (FZLN) y César Castañeda (sociedad civil).

A exposición fotográfica Del Color de la Tierra

Del 10 al 27 de marzo de 2002 en la estación del Metro Pino Suárez para conmemorar el primer aniversario de la Marcha por la Dignidad Indígena.
Convoca el Espacio de la Sociedad Civil: María Luisa Moncayo, Rocío Eslava, Yolanda Coxtinica y otras firmas.