Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 11 de febrero de 2002
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Editorial
 

MEDIO ORIENTE: LA UE COMO FACTOR DE PAZ

SOLEn lo que resultan claros seguimientos a las declaraciones formuladas la semana pasada por el canciller francés, Hubert Vedrine, en las que, en nombre de Europa, tomó distancia de las políticas de Washington en Medio Oriente y contra el terrorismo, diversos representantes del viejo continente han abundado en señalamientos sobre la improcedencia de las estrategias internacionales estadunidenses y en la insistencia de una percepción europea propia --y distinta a la del gobierno de George W. Bush-- para resolver la incesante, creciente y exasperante violencia entre los extremismos israelí y palestino.

El sábado, el comisario de la Unión Europea, Chris Patten, pidió a los gobiernos europeos oponerse a la "marcha unilateral" de Washington, y criticó la política exterior "peligrosa, absolutista y simplista" de Estados Unidos.

Ayer, los cancilleres de la UE, reunidos en Extremadura, expresaron su disposición a cooperar para la creación de un Estado palestino, medida que consideraron un paso obligado en la consecución de una paz estable en Medio Oriente. En esta perspectiva, Europa formulará una serie de propuestas que serán presentadas dentro de una semana por España, país que ocupa, por ahora, la presidencia rotatoria de la UE.

En momentos en que la violencia se recrudece en Israel y la martirizada Palestina, y cuando la descalificación al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, por parte de Ariel Sharon y de George W. Bush, hace imposible cualquier avance en el proceso de pacificación, las voces oficiales europeas parecen ofrecer una alternativa para destrabar el conflicto.

Desde que el actual mandatario estadunidense se estrenó en el cargo, Washington abdicó a su condición de factor de paz en Medio Oriente. Bush hijo hizo evidente y descarada su alianza política y militar con los sectores más belicistas de la clase política israelí --de los que el actual premier Sharon es el máximo exponente-- y eliminó con ello toda posibilidad de que su país siguiera siendo mediador en el conflicto. Por su parte, Sharon decidió mantener a su interlocutor palestino como rehén en un local de la ANP en Ramallah; así, por mucho que Washington y Tel Aviv se lo exijan, Arafat se ve objetivamente imposibilitado de ejercer algún control en los sectores palestinos que, exasperados por la ocupación, los abusos y las atrocidades de Israel, no ven más salida que el terrorismo estéril y devastador.

En tales circunstancias, cabe esperar que el viejo continente sea capaz de introducir, en Medio Oriente y en el mundo, un factor de racionalidad y sensatez y un contrapeso a la errática, delirante y violenta política exterior de Estados Unidos.
 

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