Lunes en la Ciencia, 11 de febrero de 2002

Más que cifras

Mirna Servín

La reducción del apoyo financiero para la investigación por parte del Conacyt no sólo es cosa de números, tiene nombres y apellidos, y la suspensión o retraso de sus proyectos afecta distintas áreas de la investigación científica del país.

Aunque cada año hay propuestas que no son aceptadas, la comunidad científica resiente este periodo como uno de los más difíciles y en el cual se excluyeron incluso aquellas iniciativas de probada calidad académica y dirigidas por científicos de reconocida trayectoria en su área.

Tan sólo en el laboratorio del doctor Rodrigo Medellín Legorreta habrá un recorte "de cuatro estudiantes de doctorado y de 10 a 12 estudiantes de licenciatura y alrededor de 20 artículos no serán publicados", situación que también repercute en la evaluación posterior del científico.

Medellín, investigador del Instituto de Ecología, solicitó apoyo para estudiar "el impacto ecológico y económico de los murciélagos guaneros en los agroecosistemas". Esa especie ayuda a controlar aproximadamente 150 toneladas de plaga cada noche en la región noreste de México, así que se reduce la cantidad de plaguicidas que se usan y las consecuencias de éstos en las cosechas.

"Queríamos ganarle el paso a otros países para calcular cuánto realmente se ahorra el agricultor por tener esas colonias de murciélagos, difundir el valor de una especie con tan mala fama y promover su conservación".

Sin embargo, el doctor afirma que con el presupuesto que les da la UNAM, la opción es cerrar el laboratorio y olvidarse de esta investigación.

Fuera de lo usual, el doctor Medellín no ha recibido comunicación del Conacyt respecto a por qué no se aceptó su proyecto -como generalmente se hace- y espera que la institución reciba recursos adicionales para apoyar iniciativas con buena calificación académica que se quedaron fuera del plan inicial.

En este punto coincide Graciela Meza Ruiz, investigadora del Instituto de Fisiología de la UNAM, quien durante alrededor de dos décadas había recibido apoyo para su trabajo, ahora dice estar optimista ante la sensibilidad mostrada por Alfonso Serrano Pérez, director adjunto del Conacyt, quien hace poco mantuvo una reunión con investigadores y les informó que este mes habría un fondo extra y que se considerarían algunos proyectos excluidos.

Meza Ruiz, doctora en bioquímica, dijo que les dará "el beneficio de la duda, porque dijeron que ya sin evaluación se iban a tomar otros proyectos más para apoyarlos".

Por su parte, el investigador emérito del Instituto de Física de la UNAM y miembro del Consejo Consultivo de Ciencias del gobierno federal, Fernando Alba Andrade, al que tampoco se le otorgó financiamiento para ejercer este año, refiere que este recorte influirá principalmente en la formación de jóvenes talentos que trabajan en los institutos de investigación. Sin embargo, al igual que la doctora Meza, espera que cuente con esos recursos estos meses y afirma que aunque lamenta el suceso, el apoyo de la UNAM le permitirá seguir con su investigación.

El doctor Alba, quien trabaja en producir películas fotovoltaicas de muy bajo costo y en grandes áreas para utilizar la energía solar como fuente de energía eléctrica, dice que "la investigación científica es esencial para el país, por lo que se requiere que se promueva más en vez de reducirla".
 

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