Ojarasca 55  noviembre de 2001

Agua Santa

Pat Mora


Fe tzotzil

A salvo en su rebozo turquesa,

descifra estrellas, raíces, viento,

repite cuentos que huelen a humo,

historias de tortugas,

cangrejos y peces que nadan encima de los árboles,
 
 

traza mundos escritos por las golondrinas,

escucha el chirriar de la lluvia, siente el mañana

en sus palmas, a salvo

en su rebozo turquesa,
 
 

arroja maíz seco para oír sus secretos como ojos

agachados junto a ella como advertencias,

sigue a sus dedos

temblando sobre torrentes invisibles

muy por debajo de sus pies, fluyendo

en los listones púrpura

que serpentean más allá de sus trenzas.
 
 

Ella trae la esperanza en vasijas

para regar a los dioses,

transforma las flores

en mariposas,

las hojas de maíz

en pájaros verdes
 
 

atraviesa el cristal

con listones de lluvia, segura

en su rebozo turquesa,

atraviesa el túnel

de los cañones de fusil,

atraviesa los ojos de los soldados,

sombras de ceniza,

hacia las maltratadas puertas de madera,

tejidas de tambores, humo, flautas,

un altar que navega en el incienso,

segura en su rebozo turquesa.
 
 

Una alfombra de juncias le punza los pies,

una alfombra de velas agita alas blancas,

ella canta

na-na-na-na-na-na-na,

sostiene una mano vendada,

la frota con huevos y posh

para que el hombre cojo encuentre una mujer joven

que lo llene de hijos,

segura en su rebozo turquesa
 
 

ella implora: llévatelos a los soldados,

sombras de ceniza,
 
 

ella escucha los espejos que hay en los velos

San Martín, Teresita, la Virgen,

el Santo Niño de Atocha,

torrenciales espíritus flotantes,

tocan sus labios los pies fríos como una piedra mojada,

humo y espejos,

entre sombras de ceniza, la Cruz,

y Su rostro blanco como hueso pulido,

ella abre los brazos, y canta

na-na-na-na-na-na-na,

escurre la sangre,

los listones rojos sobre mejillas, brazos, piernas,

a Sus santos pies brota un rojo,

heridas las manos,

segura en su rebozo turquesa,

entre sombras de ceniza,

Su piel blanca como hueso pulido,

fría como una piedra humedecida,

como la tapa de vidrio,

Su cabeza envuelta en espinas sobre alas blancas,

los ojos cerrados
 
 

listones de lluvia através del cristal,

cañones de fusil, un túnel de ojos,

segura en su rebozo turquesa

entre sombras de ceniza.

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Fotos: Juan Rulfo

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Pat Mora: Poeta mexicana-estadunidense, a caballo entre el Chihuahua de sus antepasados y el Texas que le corre bajo los pies y atraviesa ambas lenguas. En su libro Agua Santa/Holy Water, (Beacon Press, Boston, 1995) emprende, en inglés, una muy chicana búsqueda del México de abajo, ese eterno retorno a unas raíces donde ya no la esperan Coatlicue, la Guadalupana, ni La Llorona. Quedan el mito, la fábula, la memoria. Mora también ha escrito Casa de casas, Nepantla: ensayos desde la Tierra de Enmedio, Fronteras y algunos libros para niños. 
 

(Traducción: Hermann Bellinghausen)

 
 
 
 
 
 
 
 
 

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