La Jornada Semanal, 5 de agosto  del 2001
(h)ojeadas

Diversidades del recuerdo
 

Teresa del Conde

 

 
 


 

Raquel Tibol,
Diversidades en el arte del siglo XX.
Para recordar lo recordado,
Galileo Ediciones/ Universidad Autónoma
de Sinaloa,
México, 2001.
 

Además de felicitar a la autora, deseo expresar algo que me parece muy necesario aunque yo aún no me haya lanzado al asunto: me refiero a la pertinencia de las antologías por parte de los historiadores y críticos de arte que han acumulado, como es el caso de Raquel Tibol y de otros, millares de escritos, no siempre fácilmente localizables. Por eso la felicitación se extiende a la Universidad de Sinaloa y a la Editorial Galileo, que acogieron esta iniciativa de quien es un pilar en la crítica de arte en México desde hace décadas. Yo empecé a leer consuetudinariamente a Raquel Tibol a partir de unas entrevistas realizadas para el suplemento La Cultura en México del periódico Novedades. Eso sucedía tiempo depués de que la por entonces destacada periodista, egresada de Facultad de Letras en su país de origen, iniciara su rica y prolífica trayectoria mexicana. Esas entrevistas redundaron en lo que conocemos como "La cortina de nopal" de José Luis Cuevas.

Seguí leyéndola en Diorama de Excélsior hasta 1976 en que ocurrió "el golpe" perpetrado durante el echeverrismo contra Julio Scherer y sus colaboradores destacados. Con el tiempo, Tibol y yo nos volvimos colegas y hemos participado en debates, presentaciones de libros, simposios, etcétera. También hemos coincidido como jurados en varios concursos a lo largo del tiempo y espero que volvamos a tener esa oportunidad, que siempre es muy beneficiosa para quienes deseamos mantenernos cerca del llamado "producto artístico".

2.- ¿El libro? su propia selección llevada a cabo a partir de la revisión de un número mucho más elevado de textos que los finalmente incluidos, no anexa ninguno de los aparecidos en Proceso. Seleccionó una serie de ensayos que en conjunto arman un libro de cariz sociohistórico y aun sociopolítico, revelador de una postura. Ella misma lo dice: con todo y el eclecticismo y la heterogeneidad, los temas tratados "cargan o suman influencias de factores surgidos en medios socioeconómicos, tecnológicos y de expansión comunicativa" que vienen a adherirse a "elementos emocionales e intelectuales propios de circunstancias concretas".

Es natural que cuando una antología es elegida por el propio autor (opción inalienable), los comentaristas, en este caso Adriana Malvido, Oswaldo Sánchez y yo, puesto que conocemos a la autora, podríamos tener en mente la propuesta de otra antología que quizá no coincida exactamente con la que se tiene a la mano. Yo recuerdo, por ejemplo, que cuando leí su prólogo al libro Mexican Painting in a Time of Change de Schifra Goldman (lo leí cuando apareció, pero recientemente hube de consultarlo para un trabajo) me pareció que lo que mayormente valía del libro era ese prólogo por ser sincero y esclarecedor, nunca complaciente. Ese texto, que a mí me iluminó, no está incluido aquí, pero quizá se integre a otra antología. También me hubiera gustado que en el rubro sobre artistas de las recientes generaciones quedase incluido lo que escribió sobre Armando Romero, quien, en efecto, se encuentra mencionado, pero no en capítulo aparte. Igual me hubiera agradado ver aquí lo escrito sobre Carlos Gutiérrez Angulo, pero ese escrito es de muy reciente aparición. Los límites temporales cuentan mucho en la edición de un libro.

3.- Hay que ver lo que sí está, analizarlo, calibrarlo, disfrutarlo. Raquel empieza con una de sus grandes pasiones escriturales: Diego Rivera y la política, tema al que dedicó un volumen completo, pero el texto que abre esta compilación es una novedad para quienes no tuvimos oportunidad de leerlo cuando apareció por vez primera publicado, hace apenas dos años. Yo sólo ahora entiendo las vicisitudes y cambios de adscripción, las simpatías y simultáneas antipatías de Diego Rivera en materia de filiación política. Es un escrito ágil y claro. Me imagino que la actitud de Diego Rivera, gentil anfitrión de Trotsky, hizo suponer a éste, igual que a André Breton, que se trataba de un pintor absolutamente trotskista. Ya vemos no sólo que no fue así, sino que "modelando" su verdad de momento, incluso declaró haber ideado una estratagema para atraer a Trotsky a su inevitable destino final a manos de Stalin. Me congratula saber que ­según Ernst Kris y Otto Kurz­ los artistas construyen su propia leyenda, y antes que confabulario, Diego es pintor, gran pintor, por eso vive. Así termina ese ensayo de Tibol, tomando como epígrafe una cita de Arnoldo Martínez Verdugo. En cualquier forma, el Manifiesto por un arte Revolucionario e independiente, en el que colaboró Trotsky sin firmarlo (lo firmaron Diego y Breton, el 25 de julio de 1938, aunque Diego poco o nada tuvo que ver en la redacción), estaba dirigido a todos los intelectuales de izquierda que refutaban alinearse a los llamados de Stalin. Es tal vez el momento de decir que la mejor monografía, la más completa que se ha escrito sobre Breton, corresponde a Mark Polizzotti. En ella se informa que dos meses antes de la llegada de Breton a México, la policía secreta soviética había dado muerte al hijo de Trotsky, Leon Sedov, en una clínica parisina. No sé si Diego sabía eso o lo ignoraba. Lo que sí es un hecho es que la recámara de Trotsky en la Casa Azul, después del asesinato de éste (recordemos que ya no vivía allí) contaba entre los enseres, con un busto de Stalin. El ataque fatal a Trotsky tuvo lugar el 20 de agosto de 1940. Ramón Mercader (Jacques Mornard) le fracturó el cráneo con una pica, y sobrevivió hasta el día siguiente. Cuando Mornard fue liberado, después de veinte años, recibió de manos de Nikita Khrushchev el Premio Lenin. No son cuestiones gratas de saber, pero ya que Tibol convoca a recordar, recordemos.

4.- Para aprehender a Ignacio Asúnsulo, si no se posee el libro de Raquel Tibol a propósito de la exposición en el Museo Nacional de Arte, es absolutamente indispensable leer con atención el capítulo que le dedica, al que sólo me referiré de pasada, para expresar una especie de "queja" que no es tal, es una pedantería de connaisseur y, si se quiere, hasta de turista cultural. Cuando Asúnsolo mira la escultura ecuestre de Carlos IV, ahora frente al munal, Tibol piensa que su creador, el valenciano Tolsá, tenía en mente el asunto leonardesco del caballo encabritado de Ludovico el Moro, que no pudo fundirse, aunque existen excelentes dibujos. Más bien lo que sí pudo recordar Tolsá fueron dos grandes caballos que allí están, en sus respectivas plazas: el Gattamelata de Padua (de Donatello) y el Colleone de Venecia (de Pollaiouolo). Ambos derivan de un anónimo formidable, el Marco Aurelio del Campidoglio en Roma. Ya no se encuentra exhibido a la intemperie. Hay allí ahora un copia.

5.- Me interesan sobremanera los estudios sobre Orozco. El primero de los dos que aparecen en el libro es inédito hasta ahora, aunque fue leído en el Congreso Internacional sobre el Muralismo que tuvo lugar en San Ildefonso en 1998. Se publicó una memoria posteriormente, pero no aparece en ella el estudio de Raquel Tibol.

A diferencia de lo que sucedió con Rivera, Siqueiros y tantos otros, ella no conoció personalmente a Orozco, pero lo ha visto por todos lados. Incluso como "el profundo pensador" que era. En este libro analiza las representaciones de los indígenas en la obra del jalisciense, deteniéndose en el simbolismo "de recia estructura geométrica", que rige como nunca, por ejemplo, en La trinchera, y en una gran mayoría de los dibujos de la Colección Carrillo Gil. Este texto trata sobre varios puntos que mueven a reflexión. Orozco, a todas luces, no era indigenista, pero representó al indígena como nadie. En el Hospital de Jesús, uno de los puntos nodales del estudio, su tema fue El Apocalipsis de San Juan. Tibol utiliza allí la palabra "simbolismo", como ya antes dije. ¿Coincide entonces con las lecturas herméticas de Fausto Ramírez y posteriormente de Renato González? Seguramente sí, porque yo recuerdo que publicó un artículo largo y elogioso sobre la ponencia que presentó el primero de ellos en Guadalajara en el coloquio del Instituto de Investigaciones Estéticas (1979) convocado por Jorge Alberto Manrique cuando éste era director del mismo.

Lo que vemos es lo que vemos. Es bien cierto que no en una, sino en más ocasiones, desde San Ildefonso en adelante, la cruz queda ahorcada por Quetzalcóatl. Me refiero a esos elementos que Orozco introduce como intervalos o puntuaciones entre una escena y otra.

En el siguiente texto sobre el mismo pintor hay una mención, tomada de las Cartas a Margarita, acerca del mercado de libros que es muy interesante y que yo había olvidado por completo. Otra hay, muy pertinente, sobre el retrato del arzobispo don Luis María Martínez, que para mí es una de las obras maestras de la retratística del siglo xx, parangonable a retratos realizados por quien uno guste imaginar: Picasso, Francis Bacon, Lucian Freud, Siqueiros, Georg Grosz.

Yo supe a través de Inés Amor, que al principio Orozco cobraba diez mil pesos por el cuadro, pero que el arzobispo no quiso dárselos. Ahora veo que en 1945 el cuadro había subido a cuarenta mil pesos y que Orozco estaba dispuesto a soltarlo a Carrillo Gil o a otro coleccionista que en él se interesara. Tenemos entonces que en ese momento nadie en la sep se dio cuenta de la enorme valía de la pintura, pues no hubo ofrecimiento alguno. En los estudios sobre Orozco que estoy comentando extraño un poco a Luis Cardoza y Aragón (aunque sí está mencionado y citado), pero no al grado en que lo está quien a la luz actual fue en realidad su contrincante en este tema: Justino Fernández. Orozco reaparece en el capítulo "Presencias del arte español contemporáneo" con una cita sabiamente elegida acerca de Picasso: "desconcierta, inquieta, hiere, apasiona". Así es.

Otra situación que no es del dominio público queda allí relatada. Diego Rivera también fue convocado a ilustrar Los de abajo de Mariano Azuela, que es la primera novela de la Revolución Mexicana, escrita en plena etapa armada. Cuando fue editada por Bretano’s años después, éstos optaron por Orozco como ilustrador, y eso sucedió una vez más por cuestión de precios. Los de Rivera resultaban más altos.

Esa sección del libro remata con una reflexión que me parece iluminadora por parte de la autora: "Decir, describir los colores no es lo mismo que combinar los colores en el cuadro con todas sus vibraciones, matices, textura" Que cierto es eso. Tal vez al redactar esas frases, ella recordaba vivamente a Tamayo.

6.- El prólogo al libro de Arnold Belkin Contra la amnesia, parece revisado por Raquel Tibol después de la muerte del pintor, que fue velado en el Museo de Arte Moderno gracias a los oficios de José de Santiago. Colocamos en esa zona fúnebre dos Muertes de Marat que el museo posee y que están entre los únicos cuadros del pintor canadiense-mexicano, generoso como pocos, que realmente me gustan, junto con una de las Lecciones de anatomía del Profesor Tulp recreando la composición de la muerte del Che Guevara. El hallazgo entre la fotografía de este acontecimiento y el óleo de Rembrandt, no se debe a Belkin, sino a John Berger, y como estamos en momento de recordar, aquí lo hago.

7.- He comentado, por razones de tiempo, sólo algunos puntos contenidos en ciertos capítulos del libro, el último se titula "El arte joven huye al futuro". Es sin duda un título sugestivo, pero no sé si el arte joven huya al futuro. En una mayoría abrumadora de casos huye, eso sí, de toda definición, ley, regla; busca una indefinición propositiva y muchas veces también parece desafanarse de proponer ideas claras y distintas. No me estoy refiriendo a la curaduría realizada por Oswaldo Sánchez y por la propia Raquel Tibol para la exposición de pintores menores de cuarenta años que tuvo lugar en 1999, que resulta coherente y que se constituye en el tema de ese capítulo. Más bien recuerdo todavía con viveza un reciente viaje al extranjero en el que pude ver muchos trabajos de artistas de las generaciones recientes. A veces me parecían prematuramente envejecidos, otras, reiteraciones de cosas vistas desde hace años. Claro, hubo excepciones.

No diría yo que el libro de Raquel Tibol es propiamente divertido; es, sin duda competente, tanto para el especialista como para el que no lo es. Se lee con gusto; no se trata pues, sólo de un libro de consulta. No obstante pronto se convertirá en fuente y todos se lo agradecemos.
 

r e l a t o 

Mundos internos

Verónica Gaymer Alcayaga

Ricardo Sigala,
Paraíplos,
Ediciones Arlequín,
México, 2001.
Historia que se repite de generación en generación es la permanente batalla humana contra los llamados de la carne; alegoría del fútil intento del hombre por entrar al paraíso. Esta serie de relatos en prosa poética nos transporta a un escenario mítico donde en el drama de seres inacabados germinan metáforas que simbolizan nuestra precaria exsistencia.

¿Qué ocurre cuando la utopía del paraíso se pierde? Sacramentos que purifican el pecado, misericordia, contrición, martirio, ángelus, oraciones, santuarios, misas y templos; todos los méritos de la fe son inútiles intentos de cruzar infranqueables muros. "Si anhelas ir al edén", dice el narrador, "nunca llegarás, pues es la región de Ninguna Parte."

Ricardo Sigala , joven autor jalisciense, obtuvo la licenciatura en Letras Hispanoamericanas y la maestría en Literaturas del Siglo xx por la Universidad de Guadalajara; desde 1995 ha sido coordinador de talleres literarios en diferentes instancias, tanto en la Casa de la Cultura de Ciudad Guzmán como en el Tecnológico de Monterrey. Su primera publicación fue Periplos, notas para un cuaderno de viajes, en 1995. Escribió su proyecto Paraíplos gracias a la beca que recibió del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes entre 1997 y 1998 en el estado de Jalisco.

Con un estilo propio, el autor nos invita a recorrer un mundo que se contorsiona entre la vida y la muerte, especie de purgatorio donde espacio y tiempo se perciben curvos. En esos perímetros, bellas mujeres desnudas son espejismos que ocultan a la muerte. Sabios ancestrales, razas perdidas entre los velos de la leyenda, vagabundos y hombres que sufren los martirios de la insatisfacción, se mezclan con monstruos y fantasmagóricas quimeras. Todos gastan sus vidas en busca del ideal, caminando en círculos alrededor de un paraíso impenetrable.

A través de parábolas intenta representar a la humanidad en su anhelo de paraíso. Profunda crítica a la limitada condición humana y rica en enseñanzas e imágenes poéticas que conducen al lector por los senderos del dilema existencial. Extraviados en una odisea hacia la perfección, los hombres caen, son tentados y cometen aberraciones. El medio y las necesidades corrompen su esencia divina.

Hay quienes criticarán la pretenciosa intención de esta epopeya que se fija el objetivo de recorrer los laberintos por donde han cruzado los grandes de la literatura, desde Homero hasta Borges con el Inmortal, y Huidobro en el viaje poético del Altazor. Ricardo Sigala se arriesga a emprender la búsqueda del hombre hacia el más sublime ideal.

Sus paisajes se inspiran en las regiones más extremas de la tierra que representan los alrededores del "paraíso que siempre está siendo sin nunca llegar a existir". Inmortalidad, edén, magia, viajes en el tiempo y el espacio, son algunos de los recursos del texto para mostrar a los hombres en su intento por igualarse a Dios. Propone que la soberbia no fue el yerro que exilió a Adán y Eva del Edén. En su inocencia primitiva, ellos cometieron el pecado de escuchar a una mágica serpiente que con la sabiduría de la palabra les enseñó a transformar sus cuerpos en lo que ellos desearan. "Piensa, Adán, si te sabes nombrar, si te creas, serás más que naturaleza, estarás más cerca de Dios."

En la historia del hombre se han detectado alrededor de treinta y cuatro mil religiones que le han servido a las culturas para explicar, con un sentido divino, los acontecimientos que estaban fuera de su alcance. Frente a la muerte, el mayor dilema existencial, el autor propone que la humanidad ya ha alcanzado la madurez necesaria para quitarse el velo, y libre de los paradigmas de los dogmas, emprender la búsqueda del paraíso dentro de sí misma.

El hablante lo culpa y se revela llamándolo "Dios irresponsable de su creación", que sin piedad castigó eternamente a sus hijos al sacarlos del paraíso y enterrarlos en la ambición siempre insatisfecha de la materia.

Es un discurso de coherencia interna con fundamentos lógicos, donde la duda, que aparece como una constante, rescata al lector de la certeza que asegura encontrar el estado de plena felicidad en un lugar fuera de nosotros. El proceso de deterioro comienza al salirse de uno mismo en la búsqueda inútil de un paraíso ajeno: "Vi en el caos y el vació la lucha entre el ser y el querer ser; vi un castillo surrealista en una alta selva mexicana." "Vi que el paraíso es del tamaño de un pensamiento y a veces sólo está en el sitio del alma."

Ricardo Sigala no se limita a contar una historia y cambia constantemente de narrador: a veces es un anónimo escriba; otras, alcanza la omnisciencia profunda y llega incluso a conocer los sentimientos de Dios; en otras más, su percepción está cubierta por la bruma y el caos en el umbral del paraíso, permitiéndole apenas distinguir lo que hay frente a sus pasos. En cuentos cortos y en capítulos que llegan sólo a ser anécdotas, logra su intención de construir un mundo infinito en las distintas perspectivas de sus habitantes. Esta característica fragmentada del texto lo convierte en un espejo donde se refleja la reducida mirada de nuestros ojos humanos. Incluso uniendo épocas y lugares no lograríamos comprender y superar las leyes del mundo exterior, y mucho menos entrar en el paraíso.

A pesar de las dificultades al emprender esta aventura literaria, la estrategia trazada para contar el intramundo de Paraíplos, alcanza su objetivo haciéndonos sentir que las puertas de la eternidad se abrirán al volver los ojos dentro de nosotros mismos, en una historia escrita y olvidada en el tiempo •

FICHERO
LOS LIBROS QUE LLEGAN A NUESTRA REDACCION

biografía
• Greenspan. Alan Greenspan, Wall Street y la economía mundial, Bob Woodsward, traducción de Ana Herrera, Col. Atalaya 66, Ediciones Península, Barcelona, España, 2001, 359 pp.

ensayo (literario)
• Nacer para escribir y otros desafíos. Ensayos, artículos, entrevistas, Enrique Jaramillo Levi, Editora Géminis, Colombia, 2000, 266 pp.

ensayo (político)
• Los veinte octubres mexicanos. La transición a la modernización y la democracia 1968-1988, Sergio Tamayo, prólogo de Bryan Roberts, Col. Estudios urbanos, uam/Área de Estudios Urbanos/Evaluación del diseño en el tiempo, México, 1999, 422 pp.

ensayo (sociológico)
• Mujeres en la élite política: testimonio y cifras, Anna M. Fernández Poncela, uam, México, 1999, 260 pp.

filosofía
• Otras mentes. Ensayos críticos 1969-1994, Thomas Nagel, Serie Filosofía, Editorial Gedisa, Barcelona, España, 2000, 286 pp.

narrativa
• Afrodita, Pierre Louys, Editorial Ágata/Edivisión Compañía Editorial, Barcelona, España, 2000, 222 pp.
• Cuentos masoquistas, Sacher Masoch, Editorial Ágata/Edivisión Compañía Editorial, Barcelona, España, 2000, 185 pp.
• El hombre sin corbata y otras fabulaciones, Paco Ignacio Taibo I, prólogo y selección de Juan Domingo Argüelles, Col. Confabuladores, UNAM, México, 2000, 246 pp.
• Hermana de mi corazón, Chitra Banerjee Divakaroni, traducción de Anita Gómez de Cárdenas, Col. El dorado, Grupo Editorial Norma, Bogotá, Colombia, 2000, 388 pp.
• La ramera Elisa, Edmundo de Goncourt, Editorial Ágata/Edivisión Compañía Editorial, Barcelona, España, 2000, 158 pp.
• Las almas abatidas, Eloy Urroz, Nueva Imagen, México, 2000, 341 pp.
• Las canciones lesbianas, Cydno de Mytilene, Editorial Ágata/Edivisión Compañía Editorial, Barcelona, España, 2000, 158 pp.
• Los palacios de la memoria, Alev Lytle Crootier, traducción de Aurora Echeverría, Grijalbo Mondadori, Barcelona, España, 2000, 309 pp.

poesía
• Cálculo de lindes (1986-1996), Rolando Sánchez Mejías, Col. Los poetas, Editorial Aldus, México, 2000, 108 pp.
• Imágenes para una anunciación, Roxana Elvridge-Thomas, Ediciones Casa Juan Pablos/Conaculta/Casa de la Cultura de Torreón, México, 2000, 36 pp.
• Sumario lírico, Fiama Hasse País Brandão, edición bilingüe, selección, traducción y prólogo de Blanca Luz Pulido, Ácrono Producciones, México, 2001, 73 pp.

revista
• Alforja, núm. XVI, primavera de 2001, textos de Margarita Laso, Thalía Oviedo, Luis María Sobrón, entre otros, Fraternidad Universal de los Poetas, México, 153 pp.
• Casa del tiempo, núm. 30-31, julio-agosto 2001, vol. III, época III, textos de Dafne Cruz Porchini, Álvaro de Campos, Luis Ignacio Sáinz, entre otros, UAM, México, 107 pp.
• (paréntesis), núm. 11, junio-julio 2001, año 1, textos de Giuseppe Ungaretti, Luis Ignacio Helguera, Vivian Abenshushan, entre otros, Editorial Paréntesis, México, 124 pp.
• Política y Cultura, núm. 13, verano de 2000, textos de Sergio de la Vega Estrada, Ma. de Lourdes Fournier, Jorge Ruiz Moreno, entre otros, UAM, México, 177 pp.
• Política y Cultura, núm. 14, otoño de 2000, textos de Irma Villalobos, Verena Stolcke, Martha Judith Sánchez Gómez, entre otros, UAM, México, 177 pp.
• Tropo a la uña, núm. 18, mayo-junio, año III, textos de Héctor Aguilar Camín, José Agustín, Amparo Reyes, entre otros, Asociación de Escritores de Quintana Roo, México, 58 pp.
• Vertiente, núm. 2, enero-febrero-marzo 2001, textos de Carolina Castro Padilla, Eduardo López, Ricardo Esquer, entre otros, Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, 70 pp.

teatro
• Minotastasio y su familia, Hugo Hiriart, Col. Teatro, Ediciones El Milagro/Conaculta, México, 1999, 123 pp. 
• Teatro francés contemporáneo, selección e introducción de Boris Schoemann, Col. Teatro mundi, Ediciones El Milagro/Conaculta, México, 2000, 657 pp.



V Concurso Nacional de Piano Edvard Grieg. Convocan La Real Embajada de Noruega y el H. Ayuntamiento de Ciudad Juárez. Del 25 al 29 de septiembre de 2001, en Ciudad Juárez, Chihuahua. El concurso se llevará a cabo en tres etapas: preliminar: 26 de septiembre de 2001; semifinal: 27 de septiembre de 2001, y final y premiación: 29 de septiembre de 2001. Los concursantes deberán enviar su cédula de inscripción junto con un cassette con media hora de duración, copia del acta de nacimiento o pasaporte mexicano y curriculum vitae, para recibirse como fecha máxima el 1 de septiembre de 2001. La edad máxima para participar es de veintinueve años once meses, debe ser mexicano o nacionalizado. El jurado estará integrado por personas de reconocida trayectoria musical. Se cobrarán $200.00, como cuota de inscripción, cantidad que será enviada mediante giro postal a: 5to. Concurso Nacional de Piano Edvard Grieg. Se proporcionarán copias fotostáticas de las partituras de los compositores noruegos que no se puedan obtener en México. Todo lo no previsto en esta convocatoria será resuelto por el Comité Organizador. El fallo del jurado será inapelable. Habrá tres premios: Primer lugar: $20,000.00, boleto de avión de ida y vuelta a Noruega, hospedaje y alimentación, y dos conciertos en Noruega, en Oslo y en Bergen. Segundo lugar: $15,00.00. Tercer lugar: $10,00.00. Informes e inscripciones en Carlos Villarreal 3048, Edificio Mayab, primer piso, teléfonos: 5613 8572 y 5611 5711, o en la página web: www.juarez.gob.mx. Coordinador: Jorge Vargas.

Premio de literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2001 para obra publicada escrita por mujeres. Convocan la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y la Escuela de Escritores sogem de la misma ciudad. La convocatoria cierra el 31 de agosto de 2001 y podrán participar todas las escritoras de cualquier región de Latinoamérica, El Caribe, América del Norte y España, con obra en las modalidades de cuento, novela, ensayo literario, poesía o teatro, publicada en español o portugués, durante los últimos tres años. Las obras podrán ser presentadas por cualquier institución cultural, educativa, editorial, o por la misma autora interesada. Deberá tener una extensión mínima de ciento veinte (120) páginas en los casos de novela y cuento, y de cincuenta (50) para ensayo, poesía y teatro. Se deberán enviar cinco ejemplares del texto, anexando un sobre con su curriculum y demás datos personales a la Escuela de Escritores sogem Guadalajara. Circ. Agustín Yáñez 2839, Guadalajara, Jalisco, C.P. 44100.

Teatro. Festival “puro teatro” para público infantil. Últimas funciones en agosto: el domingo 5 se presenta Bochinche con la obra La risa extraviada, a las 13:00 horas y el sábado 11, también a las 13:00 horas, el grupo Musicante invitará a los niños a tocar La cajita musicante. El domingo 12, día de la clausura del festival, se presentará La Troupe con su espectáculo Trúpolis, asimismo a las 13:00 horas. Todas las funciones tendrán lugar en el Teatro Isabela Corona, Eje Central Lázaro Cárdenas 445, col. Nonoalco Tlatelolco. Informes al 5782 1646.

Más teatro para niños. La compañía de teatro Imaginerías presenta Un momentito chiquito, espectáculo que combina la pantomima y el uso de juguetes poco comunes, como sillas, envases de refrescos, discos compactos y aros, para atrapar la atención de su público infantil. La cita es en el Claustro del Centro Cultural Helénico, los sábados y domingos de agosto a las 13:00 horas.