LUNES Ť 11 Ť JUNIO Ť 2001

Ť "En el mundo existen mil 500 millones de pobres a los que no han llegado sus beneficios"

La globalización no ha podido abatir la desigualdad en materia de salud: OMS

Ť Enfermedades como el sida erosionan el crecimiento de países en desarrollo: Brundtland

CAROLINA GOMEZ MENA

En el mundo existen mil 500 millones de pobres a los que la globalización aún no les ha hecho justicia, particularmente en materia de salud, pues además de que carecen de acceso a los servicios de ésta, su precaria condición económica les impide estar mejor nutridos para enfrentar las enfermedades infecciosas, que son causa de 13 millones de defunciones al año.

Para corregir esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS), segura de que la "mala salud perpetua la pobreza" en las naciones, está empeñada en que "la globalización también funcione" para el gran número de pobres.

A raíz de ello es que en enero de 2000 creó la Comisión sobre Macroeconomía y Salud (CMS), la cual tiene como finalidad lograr que la salud "sea situada en el centro de las actividades de desarrollo".

Para la doctora Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS, ello no es algo desproporcionado o imposible de lograr, pues en junio de 2000, en la cumbre de Okinawa, los líderes (económicos) del mundo consideraron que "la salud es la clave de la prosperidad, ya que cuando es buena contribuye directamente al crecimiento económico, mientras que al ser mala conduce a la pobreza".

A un año de concluir su labor, la CMS realizará su quinta reunión consultiva, que en esta ocasión se llevará a cabo en la ciudad de México a partir de hoy y hasta el 14 de junio. En el encuentro se expondrán algunos de los principales "avances" logrados en el poco tiempo de funciones.

Las recomendaciones

Uno de los rubros en que más investigación ha realizado la CMS es sobre la relación existente entre la globalización y la disponibilidad de servicios de atención sanitaria para los pobres en los países en desarrollo, análisis que deberá traducirse en recomendaciones para mejorar el acceso a la salud de este sector.

La cumbre será inaugurada por Julio Frenk, titular de la Secretaría de Salud (Ssa), y Jeffrey Sachs, presidente de la CMS. Participarán Eduardo Sojo, coordinador de políticas públicas de la Presidencia, y Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda y Crédito Público, así como ministros de Salud de Chile, Colombia y Brasil, entre otros países.

enfermos_esperaA más tardar en mayo próximo la CMS emitirá su informe final en el que, "basada en evidencias", hará recomendaciones a los tomadores de decisiones en materia de salud de todo el mundo, con el fin de que vinculen el aumento de las inversiones en salud al desarrollo económico y la reducción de la pobreza.

La CMS está integrada por Jeffrey Sachs, su presidente, quien es profesor de economía de la Universidad de Harvard, y 18 comisionados, más seis grupos de trabajo.

Es claro para la OMS que la globalización ha traído "muchos beneficios económicos" para ciertos países, pero también que hasta ahora esta bonanza no ha logrado reducir las disparidades en materia de salud existentes entre las regiones ricas y las que no lo son.

Ello debido a la falta de "acciones concretas que aseguren que los beneficios no excluyan a los más de mil 500 millones de pobres del planeta".

En esto también coincide la Organización Panamericana de Salud (OPS), y al respecto Juan Antonio Casas Zamora, director de la División de Salud y Desarrollo Humano de esta agrupación, manifestó que la prosperidad de la integración económica no ha logrado abatir la brecha en materia de salud entre los países desarrollados y el resto del mundo, pero que ello no se constata en las diferencias entre naciones, sino principalmente en las disparidades al interior de cada una de éstas; es decir, entre sus estratos sociales.

Al respecto, el aspirante a la dirección de la OPS sostuvo que pese a que en general la situación en materia de salud ha mejorado durante los últimos 35 a 50 años en América Latina y el Caribe, especialmente en mortalidad infantil, aumento de la esperanza de vida y en incidencia de enfermedades transmisibles, subrayó que estas estadísticas no reflejan las diferencias en los niveles de salud de las clases sociales, hecho que en América Latina y el Caribe se agudiza debido a que es la región con mayores desigualdades en la distribución del ingreso, hecho que se ha recrudecido desde 1980.

Lo anterior se ha traducido en que mientras en los sectores de alto ingreso la salud alcanza niveles similares a los de la población de países con economías prósperas, en los grupos desfavorecidos ésta "mejora de manera poco sistemática y a un ritmo mucho más lento".

De ahí que uno de los principales retos en salud en los países en desarrollo sea lograr la equidad al acceso en los servicios de salud, y que en algunos de ellos, a sugerencia de la propia OMS, se instauren esquemas que procuren ampliar la seguridad social.

Desde la década pasada, particularmente a causa de los impactos económicos que han dejado diversas enfermedades infectocontagiosas, especialistas en salud y economía coinciden en que existe una relación recíproca entre los índices de salud y los de pobreza.

Según Harlem Brundtland, la evidencia es innegable, ya que "unas pocas enfermedades como el sida, la tuberculosis, el paludismo, los padecimientos infantiles y los problemas de salud reproductiva están erosionando el crecimiento de los países pobres". A tal grado que la aparición de estas enfermedades ?por su costo subsecuente? puede revertir el avance logrado en décadas de desarrollo.

Este es el caso de Sudáfrica, país cuya economía se estima estará, al concluir la primera década de este siglo, 17 por ciento por debajo del nivel que habría alcanzado sin el sida, ya que para esa fecha este padecimiento le habrá costado más de 22 mil millones dólares.

Pese a la evidencia, ni en los países desarrollados, y menos aun en los en vías de lograrlo, las inversiones en salud son consideradas el pilar para el desarrollo, y ello se denota en los exiguos montos asignados al sector, de ahí la importancia de la CMS y sus conclusiones.

A decir de Jeffrey Sachs, actualmente diversos países, particularmente "los más pobres del mundo, atraviesan por una crisis de salud pública", lo que se traduce -por ejemplo- en que dos millones de personas mueren cada año de tuberculosis, 99 por ciento de ellas en naciones en desarrollo. Al mismo tiempo crece la convicción de que el tabaquismo será "pronto" la primera causa de muerte entre los adultos en los países de bajos ingresos económicos, entre ellos México.

Si a lo anterior se le suma la pandemia de sida que "está eclipsando a todas las demás enfermedades, debido a sus dimensiones y su efecto devastador en los adultos en edad activa", debido a que a nivel mundial cada día integra a sus filas 16 mil personas -en América cada mes hay 20 mil nuevos infectados, mientras que en Africa existen poco más de 25 millones de portadores de VIH-, la situación se torna aún más preocupante.

Y es que además de limitar el crecimiento económico, el sida "está agotando los medios disponibles para combatir otras enfermedades como la diarrea, la hepatitis, el paludismo y la tuberculosis".

Según el informe 2000 de la salud en el mundo, en promedio a nivel mundial el gasto en este rubro por persona es de 60 dólares al año, es decir unos 600 pesos mexicanos. No obstante, en países pobres como los africanos, en donde se encuentra 70 por ciento de todos los adultos infectados de sida del planeta, lo que invierte cada individuo en salud son apenas cuatro dólares, que hace prácticamente imposible siquiera estabilizar la pandemia, al menos en estas naciones.

Es por esto que para la OMS "la gravedad de esta situación obliga a pensar ya en una nueva manera de enfocar la salud y el desarrollo", no sólo porque el acceso a la salud es una cuestión de derechos, sino porque "tres de las siete metas del desarrollo internacional se refieren específicamente a la salud y porque la promesa de mitigar la pobreza figura en el primer lugar de la lista".

En este sentido, numerosos han sido los exhortos a ampliar las intervenciones para combatir las enfermedades asociadas a la pobreza: en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, en la Conferencia Internacional sobre Sida en Durban, en la Cumbre sobre Paludismo en Abuja y en la reunión sobre tuberculosis en Amsterdam, sin que hasta ahora haya una acción concreta.