Jornada Semanal,  10 de junio del 2001

 
Dos poetas

Dos poetas, Jeannette L. Clariond y Guadalupe Morfín, la primera regiomontana y la segunda tapatía y, hasta hace poco, ombudsgirl ejemplar de la Nueva Galicia, nos entregaron estos ejemplos de su trabajo reciente. Desde hace tiempo, Jeannete traduce con talento y cuidado a Charles Wright y, en este poema, se acerca a la manera con que el poeta anglosajón escribe sus textos. Guadalupe Morfín se ocupa de una flor “efímera y vencida”, el modesto diente de león que nos recuerda el hermoso cuento de O’Henry. Esa flor diminuta nos conduce a la morada del padre.

Poema medio a la manera de Charles Wright

Jeannette L. Clariond

Supongamos la palma de mi mano, las líneas en la palma de mi mano.
¿Qué me pueden decir? Días de luz, un arco iris violeta, introspección.
El todo es la parte. Un estar atados como frondas de laurel,
fina ristra de hiedra. Qué más pueden decir, que:
El hexámetro es la medida de la perfección.
Pitágoras nos dio el Universo.
Una roca es geometría, golpeteo de marea, vaivén.
Soy y soy sólo concordancia magnética, efluvio, espejo y más que espejo reafirmación.
Blanco sobre blanco. Río,
el alma aún por configurar.
Transformación, transfiguración, transubstanciación.
Un día me pregunté la altura de los montes. ¿Crecerán mis nietos a contemplar la hondura de su
cresta, la nieve en su fulgor?
Frágil es la transparencia. Lo nuestro, duración real,
piedra en la pendiente.
El sol se hundirá, la cordillera resplandecerá
naranja
en el horizonte. Y yo,
arena en desierto, esperaré a que tus ojos
miren la espesura
que se desvanece sin extraviarse al centro.


En vísperas

Guadalupe Morfín Otero

Ya no los lirios ni el alcatraz altísimo
ni siquiera el geranio y mucho menos la rosa
tan sólo el diente de león
tan sólo el viento
con el diente de león entre los labios
tan sólo esa flor
efímera y vencida
que nadie arranca del todo de las huertas
tan sólo el diente de león
avanza hasta mis manos y me besa

persistente vigilia me sostiene
en el vilo del alba
ya no los lirios ni el alcatraz
el geranio y la rosa

como el diente de león
efímera y eterna
la palabra sacude sus excesos
y echa a volar tras las puntas

del silencio

en un cono de luz
sus filamentos
hacia el hogar enfilan
con su danza.