Jornada Semanal, 8 de abril del 2001
 

Marcela Sánchez


Time to Swing: Ballet Moderno de México/Andante-Danza

Año 2001. Las compañías Ballet Moderno de México y Andante-Danza deciden fusionarse para seguir en la búsqueda de la excelencia. El grupo está integrado por los bailarines Paola Aguirre, Bianca Marroquín, Karla Hernández, Luisa Fernanda Trigo, Olivia Luna, y por los bailarines y coreógrafos Rafael Rosales, Rodolfo y Saúl Maya. Basta revisar la trayectoria de sus integrantes para reconocer su amplia experiencia y dedicación, a pesar de su juventud. Rodolfo y Saúl Maya han realizado estudios de licenciatura en la Juilliard School de Nueva York. Han trabajado en compañías como la Randy James Dance Company. En México han trabajado en la compañía Antares de Adriana Castaños y en Contempodanza de Cecilia Lugo. Por su parte, Rafael Rosales trabajó desde 1988 y durante varios años en la compañía de Ballet Independiente, bajo la dirección de Raúl Flores Canelo. Ha sido bailarín invitado en compañías como Antares, Contempodanza, Púrpura Danza-Teatro, Utopía Danza-Teatro, La Cebra Danza Contemporánea y Mnemosine.

El grupo tiene entre sus propuestas lograr que cada una de sus presentaciones sea un espectáculo que trascienda el tiempo y el espacio a través del movimiento. “Creemos que bailar es ejecutar, nunca imaginar los pasos en la mente. El bailarín tiene que sudar moviéndose, el coreógrafo tiene que sudar moviendo al bailarín.”

Time to Swing, su primer trabajo en conjunto, se presentó al aire libre junto a la fuente del Centro Cultural Universitario de la unam. El marco musical del espectáculo está conformado por extraordinarios jazzistas y autores como John Coltrane e Itzhak Peerlman, así como por los pianistas Oscar Peterson y Herbie Hancock. Coreógrafos y bailarines logran un juego espléndido de movimientos que atraviesan los ritmos del jazz. La danza adquiere un desarrollo propio a través de entrelazamientos múltiples entre cuerpos y música que parecen desarrollar un reflejo recíproco. El swing, jazz tocado por las grandes bandas para ser bailado en la década de los años treinta, es recuperado en plenitud por el grupo.

La propuesta parece sencilla: varios jóvenes caminan despreocupados y de manera sorpresiva se adueñan del espacio para ejecutar largos trazos con el cuerpo. Frente a nuestra mirada pasan el desenfado, la sensualidad, el erotismo, la aparente improvisación y los movimientos cotidianos que se mezclan en un solo acto: el gozo de bailar. Quintetos, tríos, dúos y solos se turnan a lo largo del espectáculo. Se reivindica la idea de una danza pura y de la recuperación del movimiento en cuanto tal, en una dimensión intrínseca y concreta que, dirigida a la solución del movimiento físico que avanza paralelo y en afinidad con la música, crea un movimiento libre que no se limita ni se encierra en ella. El lenguaje puro del cuerpo, la recuperación de la técnica dancística como un medio que permite a los bailarines expresar la sensación de plenitud al ejecutar movimientos virtuosos, estéticos y de una alta especialización, pueden percibirse en este trabajo artístico; con él, los coreógrafos demuestran el dominio de su oficio como una artesanía fina. Entre sus propuestas cabe mencionar de manera especial el solo bailado por Bianca Marroquín, ejecutado con rigor y dominio; asumiendo la propuesta del coreógrafo, Marroquín logra la constante ruptura de movimientos contenidos a los que sigue la fluidez corporal que nos lleva a una fascinante secuencia de hallazgos.

La carrera dancística de Rodolfo y Saúl Maya comienza de forma paralela en la Escuela Nacional de Danza entre 1984 y 1988. De 1984 a 1988 ambos trabajan como ejecutantes en el grupo Utopía Danza-Teatro bajo la dirección de Marco. A. Silva, con quien realizan giras por México, Cuba, Costa Rica, Nicaragua y Estados Unidos. En 1989, Rodolfo Maya obtiene el primer lugar del X Premio Nacional de Danza inba-uam. En 1998 recibe la maestría en Bellas Artes bfa en la New York University. Ha participado como ejecutante en otras compañías como The Juilliard Dance Ensemble y 2nd Avenue Dance Company. Por su parte, Saúl Maya realiza la residencia para bailarines en el Alvin Alley American Dance Center de Nueva York de 1993 a 1994. En 1996 fue finalista en el XIV Premio Intercontinental de Danza inba-uam. El año pasado recibió la beca de los proyectos de Coinversiones y Fomento del Fonca.

Rafael Rosales tiene una larga e importante carrera como ejecutante en compañías mexicanas con las que ha realizado giras tanto nacionales como a otros países: Estados Unidos, Alemania, España, Canadá, Chile y Colombia. En 1996 ganó el primer lugar al mejor ejecutante masculino en el Premio Intercontinental de Danza inba-uam. En 1999 decide formar su propia compañía, Andante-Danza. Ha sido acreedor de la beca del Fonca en 1995, 1996 y 2001.