Jornada Semanal, 1o. de abril del 2001 



(h)ojeadas

P o e s í a

La mirada del que se despide

Glenn Gallardo

Marco Antonio Campos,
Poesía reunida (1970-1996),
El Tucán de Virginia/UNAM/Universidad
de Guanajuato,
Mexico, 1997.


Marco Antonio Campos nació en 1949, en una década donde aparecieron varios de los poetas que escriben en la actualidad parte de la mejor poesía de nuestro país. La suya es sin lugar a dudas una de las más destacadas de su generación, siendo por ello de una índole muy personal y, podemos decir, la de un gran solitario. El poeta canta efectivamente a los demás, a los lugares que ha visitado y a los seres que ha amado, pero siempre desde la perspectiva de alguien que, como él mismo lo dice, está despidiéndose. No en balde su poesía es la de un viajero, la de una sensibilidad que ha buscado en las antípodas su propio centro, situándose cada vez más en la órbita de sí mismo.

Pero si con ello logra alejarse, al mismo tiempo consigue que nosotros, sus lectores, lo sintamos cada vez más cerca. En esta antología de su Poesía reunida, en la que se agrupan los cinco libros escritos hasta ahora por el autor ­Muertos y disfraces (1974), Una seña en la sepultura (1978), Monólogos (1984), La ceniza en la frente (1989) y Los adioses del forastero­, Marco Antonio se afirma con una voz que es más suya en cada nuevo libro. Y no es que desde un principio no hubiera tenido la intención de poner Òel corazón y la sangreÓ en sus poemas, pero es obvio que su canto, al decantarse y a medida que se canta, alcanza en sus más recientes obras una nitidez y un vuelo que provienen indiscutiblemente del rigor.

Es posible ver el itinerario poético de Campos como el de alguien que escribe en un principio desde la subjetividad y que alcanza un plano de objetividad creciente conforme pasa el tiempo. Su poesía no pierde nunca como característica la de ser un testimonio doloroso del mundo, si bien ese dolor va dejando poco a poco de ser suyo a fin de convertirse en el de los otros, en el de todos nosotros. Son temas de sus primeros libros él mismo, las mujeres, los amigos, después ­aun cuando hagan intermitentes apariciones desde un inicio­, los viajes, ciertos personajes de la historia o de la literatura, la confrontación entre el ayer y el hoy. A medida que aleja el lente, el poeta, itinerante casi siempre entre México y Europa, nos comunica el lento fluir de la vida, como si el tiempo se ensanchara y sosegara su cauce, a la manera de esos ríos a los que ama y que aparecen a lo largo de su geografía verbal: el Arno, el Neckar, el Sena o el Danubio.

Marco Antonio nos lleva con él a lo largo de un recorrido que pasa por ciudades, por calles, por hospitales de ultramar que, como los de Álvaro Mutis, son el hogar del horror y de la muerte, pero también de una vida que a ratos encuentra la paz, como en los cuadros de Van Gogh. Nos conduce por sitios en los que se hablan distintas lenguas ­desde Austria hasta el Mediterráneo, de Viena a Budapest y Atenas­ para mostrarnos que el mundo es una casa siempre ajena y siempre nuestra. Nos enseña que uno puede encontrar el pasado en el presente y hacer coincidir a una muchacha rubia con una iglesia como la de Sankt Peter, en Salzburgo. Podemos asistir en Delfos o en Atenas a un burdel o a un café y saber, como Phlebas, The Phoenteran, que también las sirenas cantan para uno y que nadie puede huir de su destino.

Su poesía, así pues, se encamina poco a poco hacía un más allá rescatado en la persecución de otros destinos, como sucede en Los adioses del viajero; Trakl, Rimbaud, Vallejo, Van Gogh, son sus emblemas dolorosos, espíritus con los que se identifica pero a los que ya puede ver con una objetividad sosegada. El bálsamo que la vida le procura está en el enrome amor que ella misma le inspira.

Porque seguramente los viajes no tienen otra motivación, independientemente de aquella que sustrae asistiendo al espectáculo de otras culturas, esa necesidad de viajar es también la de poder sentirse vivo, pues como lo dice él mismo, hablando precisamente del forastero: ÒComo si el viaje lo hiciera en el fondo sólo para no morir. En el fondo quizás, o no en el fondo.Ó (París bajo la lluvia, 2). Así la poesía surge inevitablemente ante el espectáculo del mundo, ya que la única manera de vivirlo plenamente es dejando testimonio del mismo; sus palabras, en cada poema que es como un nuevo paso hacia la comunión, fluyendo lentamente siempre dicen lo que los ojos ven y la memoria escucha: ÒÔLa poesía es memoria de la música que tocaron los dioses y que a veces logramos escucharÕ, te dijo el poeta aquel crepúsculo del verano del Õ78 mientras miraba declinar el sol en el correinado de los pájaros.Ó ¥
 
 



FICHERO
LOS LIBROS QUE LLEGAN A NUESTRA REDACCION


ciencia

¥ Balas cósmicas. Partículas de alta energía en astrofísica, Roger Clay y Bruce Dawson, traducción de Gaspar Ramírez Cabrera, uap/Reverté Ediciones, México, 2000, 229 pp.

ecología

¥ La dimensión ecológica. Nuevo reto de la educación en el siglo XXI, Jenaro M. Reyes Matamoros, uap, México, 2000, 77 pp.

economía

¥ Desarrollo económico de Puebla 1999-2005, Víctor Espíndola Cabrera (coordinador), Col. Pensamiento económico, uap, México, 2000, 151 pp.

ensayo

¥ El cazador Graco, Franz Kafka, Guy Davenport y Juan García Ponce, Col. Festina lente, Editorial Aldus, México, 2000, 75 pp.

¥ Las siete cabritas, Elena Poniatowska, Biblioteca Era, Era, México, 2000, 177 pp.

¥ Palabras sobre el mimo, Étienne Decroux, traducción de César Jaime Rodríguez, Ediciones El Milagro/cnca, México, 2000, 291 pp.

¥ Tiempo de ballenas, Jorge Ruiz Dueñas, UAM/Verdehalago, México, 2000, 99 pp.

¥ Sentimientos de la nación, Luis H. Álvarez, Alberto Athié, Tomas Calvillo, et al., Editorial Jus, México, 2000, 184 pp.

filosofía

¥ El principio de no contradicción en la lógica clásica, Teresita Mijangos, Universidad Veracruzana, Veracruz, México, 2000, 208 pp.

¥ Figuras de la alteridad, Jean Baudrillard y Marc Guillaume, traducción de Victoria Torres, Col. La huella del otro, Editorial Taurus, México, 2000, 126 pp.

¥ La crisis como esencia de la experiencia religiosa, Yeshayahu Leibowitz, traducción Leonardo Cohen, Col. La huella del otro, Editorial Taurus, México, 2000, 146 pp.

herbolaria

¥ Plantas curativas del noreste mexicano, Jorge Adame y Homero Adame, Ediciones Castillo, México, 2000, 385 pp.

ingeniería

¥ Análisis de estructuras hiperestáticas planas. Métodos fundamentales, Enrique Ramírez Valverde, Col. Textos científicos, uap, México, 2000, 434 pp.

informe

¥ Experiencias culturales del primer gobierno democrático de México, Ciudad
de México, Cultura Gobierno del Distrito Federal, México, 2000, 193 pp.

narrativa

¥ Escuadrón guillotina, Guillermo Arriaga, Col. La otra orilla, Editorial Norma, México, 2000, 166 pp.

¥ La bruja de Afkah o la tercera Diosa, León R. Zahar, Plaza y Janés, Barcelona, España, 2000, 225 pp.

¥ La ley secreta, Juan Nuño López, Col. Reino imaginario 108, Ediciones

Coyoacán, México, 2000, 162 pp.

revistas

¥ El Exilio, edición especial, Alternativa, textos de Óscar Ochoa Cruz, Efraín Velasco Sosa, Froilán Peralta, entre otros, Ediciones sub-versiones, México, 44 pp.

¥ Los Universitarios, núm. 4, enero del 2001, nueva época, textos de Hernán Lara Zavala, Juan Villoro, Carlos Velo, entre otros, unam, México, 64 pp.

¥ MasterMagazine, núm. 9, enero 2001, año 1, textos de Susana Franklin, Alfredo Martínez, Jermán Argueta, entre otros, Gilardi Editores, México, 64 pp.

¥ Novedades Educativas, núm. 121, enero 2001, año 13, textos de Jorge Larrosa, Graciela Salazar, Jean Hebrard, entre otros, Ediciones Novedades Educativas de México, México, 70 pp.

¥ Origina, núm. 95, enero 2001, año 8, textos de Norma Lazo, Alfredo Michel, Arturo Barba Navarrete, entre otros, Gilardi Editores, 72 pp.

¥ Origina, edición especial El amanecer de un nuevo siglo, año 8, textos de Leonardo Curzio, Kim Varma, Yolanda de la Torre, entre otros, Gilardi Editores, México, 80 pp.

¥ (paréntesis), núm. 6, enero 2001, año 1, textos de Francisco González Crussí, Juan García Ponce, David Lida, entre otros, Editorial Paréntesis, México, 117 pp.