La Jornada Semanal, 29 de octubre del 2000
 

LAS   ARTES  SIN  MUSA 
 
    Diálogo multimedia 

    Héctor Perea

    Dos de los acontecimientos más relevantes de la temporada otoñal española han sido los estrenos de la ópera D. Q. Don Quijote en Barcelona y del espectáculo obs (Obsesión por la Fura). Tanto el primero de los montajes, que obtuvo por parte del público del Liceo catalán y de la prensa especializada un frío recibimiento, como el exitoso OBS, desplegado bajo una carpa en el goyesco y emblemático –diría José Emilio Pacheco– parque de la Bombilla de Madrid, son proyectos de La Fura dels Baus. Y ambos comparten la característica de ser productos multimedia.

En cuanto al segundo de los trabajos, que recuerda al Fausto visto en México hace poco más de un año e incluso en algún momento repite una de las escenas, si no podemos decir que mantiene al espectador en el filo de la butaca es sólo porque se lleva a cabo en un galerón sin gradas ni asientos. Aunque, eso sí, el espectáculo está pletórico de grandes estructuras móviles y equipos multimedia. Durante toda la acción el público se la pasará con los pelos de punta, tratando de asimilar por un lado escenas de una sexualidad y una violencia absolutamente explícitas, y por otro evitando el embate de los carros entubados y de los propios actores, que andan de un lado a otro como una moto.

La utilización en la obra de lentes especiales y pantallas de proyección tridimensional, de cascos de realidad virtual, cámaras de visión nocturna y musicalización tecno a tope de volumen, encontró su complemento natural en el portal de internet animado por el grupo catalán. A través del sitio el otro público de OBS, el internauta, ha podido seguir pasajes diversos de esta aventura dramática en tiempo real y, de esta forma, experimentar algunas de las complejas sensaciones que desencadenan su contenido y su forma mecánica.

El portal, que lleva el nombre del grupo, contiene en este momento tres espacios. Uno general e informativo sobre La Fura dels Baus –o Hurón del Baus, traducción del enigmático rótulo que logró Alberto Ruy Sánchez– y dos dedicados a las obras que se representan simultáneamente. En la página sobre la ópera del Quijote los internautas pudieron colaborar, antes del estreno en Barcelona, en la elaboración de la partitura musical. En la otra sección, la dedicada a OBS, como ya indiqué, pueden navegar por la propuesta virtual de la pieza.

A manera de introducción a esta nueva faceta que explora el grupo, en el sitio La Fura dels Baus (http://www.lafura.com) han escrito Carles Padrissa y Alex Ollé: "El teatro digital es la suma de actores y bits 0 y 1 que se desplazan por la red [...] En el siglo XXI, la concepción genetista del teatro (del engendramiento hasta el parto de la puesta en escena) dejará paso a una organización de experiencias interactivas e interculturales. El teatro digital hace referencia a un lenguaje binario que relaciona lo orgánico con lo inorgánico, lo material y lo virtual, el actor de carne y hueso con el avatar, el espectador presencial con el internauta, el escenario físico con el ciberespacio."

La aplicación al teatro o a este género de acciones de elementos tomados de las nuevas tecnologías y, sobre todo, del hipertexto, ha llevado a Padrissa y Ollé, creadores de La Fura dels Baus y de todo este asunto, a considerar el "nuevo tipo de narración" dramática como un acercamiento a los mecanismos del pensamiento y del sueño. No sé cuántos de los que han accedido a ambas formas de exposición de OBS han conseguido adentrarse en ese sustrato onírico o conceptual de la obra diseñadas por La Fura. Lo que sí resulta claro es que, como experiencia inmediata, más allá de una aventura de ideas o sueños puros a lo que el espectador-partícipe de OBS accede, tanto en vivo como en la navegación a través de la red, es a una cadena de imágenes estridentes, de violentos giros físicos y conceptuales, de ruidos acústicos y de cultura, que golpean en verdad la conciencia y, en sintonía con los medios utilizados, logran reiniciarla.

OBS resulta una obra absolutamente coherente con su tiempo. O cuando menos, responde a ciertas facetas de nuestro mundo. Artefacto que rinde culto a la alta tecnología, la representación es ante todo un compendio de rituales antiguos y modernos que guardan su propia historia referencial. OBS es un icono, un retablo en el que se despliegan las pasiones humanas. Igual resuenan en la obra los ecos de un Macbeth ancestral –no tan viejo si uno atiende a lo que se desarrolla hoy en algunos enclaves europeos y del medio oriente– como los de la vida novelada de Truman o de cualquiera de los sujetos de esa suerte de terapia televisiva hispana que fue El gran hermano y es hoy El bus.

La combinación de teatro e internet ha servido a La Fura dels Baus para conseguir que su ya acostumbrado ejercicio de arte y de crítica cultural se despliegue sin límites ni fronteras. Gustos, ideologías y sensibilidades aparte, vale la pena acceder al portal catalán simplemente para ver hasta dónde pueden estirarse los resortes de la red de redes y en qué forma ésta engloba otras vertientes de la tecnología y de la creación.

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