En el caso de la extinta Unión Soviética, Gorbachov y un sector de la nomenklatura hicieron una transición que, hasta la fecha, no se ve muy clara, pues oscila entre un parlamentarismo confuso, la falta de una legislación que dé sustento a la democracia, y la todopoderosa presencia de las mafias criminales que dominan una gran parte de la vida social y política de la confusa federación ocupada en masacrar a la minoría chechena. Hace esto tanto para cumplir una venganza histórica como para mantener una problemática cohesión entre las repúblicas federadas, basada en la preeminencia moscovita (Iván el terrible sigue vivito y coleando en las estepas sin fin).
El 2 de julio del 2000, el pueblo mexicano, harto de tantas torpezas, corruptelas, trampas y supercherías, derrotó a otro esperpento setentón que ya no podía mantener en pie su cuerpo invadido por la purulencia emanada de sus agudas contradicciones, pues no debemos olvidar que era el decano de los sistemas autoritarios de este planeta de nuestros pecados y estupideces. Muchos sesudos comentarios han hecho nuestros politólogos, profesionales o instantáneos, y muchas y muy inmaduras declaraciones han producido nuestros políticos y politicastros. Se ha especulado sobre los resultados electorales y las conjeturas han sido manejadas como verdades de a puño. Unos hablan de la inmadurez del electorado, otros se inclinan por las conspiraciones, algunos más, colonizados sin remedio, ven la mano del imperialismo meneando la sopa electoral... y así siguen las irresponsables hipótesis hablando de globalizaciones, oscuras complicidades, maniobras fantasiosas e ingenuidad rayana en la oligofrenia del electorado nacional.
Yo no soy más que un ciudadano cumplido que el 2 de julio fue a la casilla acompañando a su esposa y a una de sus hijas que está a punto de parir a unos mellizos. Los tres vimos cómo los ciudadanos expulsaron a los mercaderes y afirmaron su fe en el voto y en una democracia que apenas habían conocido en los cuatro primeros años del gobierno juarista y en los pocos meses del régimen de Madero. Voté por los candidatos del prd, el partido con cuyos principios y programas coincido, regresé a mi casa y a las ocho de la noche me vi sentado en una mesa llena de micrófonos y acompañado por mi buena amiga, la inteligente e insobornable Mayte Noriega y por Roger Bartra, hombre de pensamiento brillante y de convicción ligada a la izquierda democrática. Conforme llegaban los resultados, nuestra alegría y nuestro orgullo (nuestra ingenuidad, dirían los "críticos serios") crecían. De esa manera, el balance provisional de la jornada trató los siguientes temas:
1. El protagonista central de la transición que ahora empieza (y que encontrará toda clase de piedras en su camino) fue el pueblo de este país empobrecido, explotado y objeto de burlas y de trampas. Su "hartazgo" (Monsiváis dixit) se convirtió en un movimiento de la voluntad ciudadana, que pasó sobre inducciones, coacciones y viejas trampas del ahora extinto partido de Estado, y votó como le vino en gana. Algunos críticos aseguran que el sentido del voto fue un producto de la nueva mercadotecnia y de las manipulaciones publicitarias. Otros han visto las sombras conspiratorias. Todas esas especulaciones deben estudiarse, pero el hecho escueto nos dice que el voto favoreció al centro derecha y que los electores no se preocuparon demasiado por las coincidencias existentes entre la derecha eliminada y la derecha entronizada y, en cambio, sí contemplaron las diferencias.
2. El ife cumplió su tarea con eficacia y honradez. Merece nuestro agradecimiento y nuestra felicitación. Los consejeros hicieron patria de manera notable.
3. La izquierda fundamentalista hizo mucho daño a la democrática y esto se tradujo en una considerable pérdida de votos. Tendrá que aparecer muy pronto la nueva izquierda.
4. La transición, rompiendo todos los esquemas de la ciencia política tradicional, no se hizo por el centro sino por la derecha. Los pensadores de la izquierda tienen que analizar a fondo este fenómeno.
5. Sabemos que los milagros deben ser estudiados a fondo. Por lo mismo, podemos ver cómo, detrás de la clara manifestación de la voluntad ciudadana, están los sesenta años de lucha panista a favor de la democracia; la campaña del ingeniero Cárdenas en 1988 y su triunfo arrebatado por el sistema y, sobre todo, la movilización ciudadana que el 2 de julio le abrió las puertas a la democracia.
6. Sería tonto pensar que el pri desapareció del todo. Haciendo a un lado a los impresentables Bartlett, Madrazo, Roque, Cervera, Beltrones, Rodríguez Alcaine, Carbajal y otros muchos anacronismos galopantes, el dragón (estoy pensando en la pieza teatral de Schwartz) que antes tenía tres cabezas, tendrá que contentarse con una sola y pasar a la oposición. No está derrotado ni mucho menos, pues le quedan veintiún virreyes que ahora deben intentar convertirse en gobernadores (para gentes como Cervera o Madrazo y su delfín, Andrade, este será un esfuerzo inútil por todos conceptos), tiene mayoría en el Senado, 209 diputados federales, muchos diputados locales, ayuntamientos, regidores y los restos de las vapuleadas corporaciones. Habrá que observarlos de cerca, pues como dice el refranero que maneja erráticamente el presidente electo: "Gallina que da en comer huevos y aunque le rompan el pico."
7. Esperemos que los fundamentalistas de la derecha no presionen demasiado al futuro presidente (el recuerdo de lo sucedido a "Solidaridad" en Polonia debe poner a pensar a esas personas poco dadas a mover su materia gris) para obligarlo a plasmar en la realidad sus obsesiones, traumas e intolerancias. Tal vez el pragmatismo neoliberal (sí, sabios de la derecha intelectual, sí hay una cosa que se llama capitalismo salvaje o neoliberalismo, que nada tiene que ver con el liberalismo) se imponga a la gritería de los ayatolas furibundos. Fox ha prometido mantener la separación entre la Iglesia y el Estado, defender la educación laica, pública y gratuita, y respetar los aspectos del laicismo tan golpeados por el concordato salinista. Es claro que el Estado laico favorece tanto a las iglesias como a las instancias gubernamentales. Conocemos (y en mi caso no comparto) las ideas del presidente electo sobre economía y política social, así como su talante empresarial y globalofílico en el sentido patológico del término (me refiero a las patologías sociales que produce en los sectores desprotegidos). Todo esto es preocupante y los periodistas tenemos el deber de observarlo de cerca, pero sobre todas estas consideraciones prevalece la admiración por el pueblo, protagonista esencial del inicio de transición a la democracia. Este pueblo ya sabe que su voto vale y puede poner y quitar gobiernos. El aprendizaje será duro e intentarán sabotearlo los dinos y los bebesaurios, la izquierda fundamentalista, el integrismo de las derechas y los pleitos internos de la izquierda democrática. Ahora sabemos que los alumnos pasaron bien la primera prueba y vemos mal herido al viejo dragón. Hay motivos para la esperanza, pues este pueblo nuestro nos señaló en menos de doce horas las sencillas reglas de un sistema político llamado democracia.
Posdata empavorecida:
Los ayatolas ganaron ya dos puntos:
Censura en Jalisco y derogación de la ley que permitía el aborto en los casos de violación en Guanajuato. Lo primero es muy grave. Lo segundo es terrible e indica que los integristas están dando pasos con huarache. Ya tenemos al Obispo Onésimo, furibundo de tiempo completo, pasándose bajo la sotana los derechos humanos y proponiendo fusilamientos. Los diputados de Guanajuato cantan ya el "Cangrejos al compás, marchemos para atrás" y el señor cardenal Rivera amenaza con excomulgar hasta a los que no son miembros de su Iglesia. En el caso de Guadalajara, el Señor Cardenal (¡esos machos de Jalisco, qué bonitos!) alienta el vandalismo y paga las multas y los daños. Señor Fox, detenga, si puede o quiere, estos horrores.
Primera antología de mujeres dramaturgas. La Compañía Independiente de Dramaturgos, Actores y Literatos, A.C. (cidal) (por el género en que está registrado el cidal ya se podrá usted dar cuenta de que es una agrupación de prosapia) presentará el próximo lunes 28 de agosto el libro Teatro, mujeres y país, que, como no lo dice su título, es una antología derivada de la Primera Bienal de Dramaturgas Iberoamericanas Sor Juana Inés de la Cruz que se realizó el pasado mes de junio en la Ciudad de México. Diez obras de diez dramaturgas son recopiladas en este volumen: desde Luisa Josefina Hernández y Sabina Berman hasta Elba Cortés y Verónica Lange (duda respetuosa: ¿algo que ver con Jessica Lange? Si es sí, dígale por favor que aquí está su King Kong de petatiux). La antología está editada por Tablado Latinoamericano con el auspicio de Conaculta/Fonca. En la presentación estarán Sabina Berman, Hugo Argüelles y Reyna Barrera, y se llevará a cabo el día que ya mencionamos a las 20:30 hrs. en el Foro Rodolfo Usigli (Héroes del 47 esq. con Eleuterio Méndez, col. Coyoacán). Se lo avisamos con la debida anticipación para que lo anoten en su agenda y no me fallen, sobrinito/as.
¿Qué tan
micro debe ser una microempresa? Retomando el hilo que quedó
colgando en esta columna dos números atrás, donde sólo
alcanzamos a describir el paraíso que se convirtió en infierno
dentro del salinismo (¿o debo decir salinato?), pero que nunca analizamos
aquí siquiera mínimamente. ¿Qué fue lo que
faltó, dónde estuvo el error? En su serie de artículos
sobre "La economía moral" Julio Boltvinik ha venido analizando con
gran agudeza y sensibilidad la aberración en la que cayeron los
pequeños pero virulentos grupos de economistas puros que se apoderaron
de la economía mundial al grito de ¡viva la globalización!,
¡arriba el libre mercado!, ¡sea usted mismo su propio empresario
(que en cristiano sic pro nobis quiere decir: sea usted
a la vez su propio empleado y su patrón, su ángel y su demonio,
su víctima y su verdugo; esta situación desembocó
en una práctica esquizofrénica en donde usted, microempresario,
era simultáneamente origen y víctima del sentimiento de culpa,
tanto si la hizo como si no)! Bueno, pues en el caso específico
de las micro y medianas empresas que se generaron en las Artes Gráficas,
el problema fue triple: a) por un lado, la necesidad de crédito
expedito, suficiente y a bajo costo. Esto nunca se dio. Si bien casi le
regalaban a uno las tarjetas de crédito por cualquier lado y a la
menor provocación, el crédito empresarial era difícil
de obtener y resultaba caro. Sin embargo, nunca habíamos tenido
en el país una permisividad tal para endeudarnos, sobre todo en
el campo del consumo. Además, la cantidad de artículos extranjeros
que penetraron masivamente y a costos bajísimos, comparados con
los que nuestras empresas nacionales protegidas nos tenían acostumbrado/as,
nos enloqueció. Recuerdo que el Estado adelgazado sólo continuó
protegiendo a la industria automotriz (y hablando de delgadez estatal,
¿no es curioso que el modelo estándar de belleza mundial,
que ya de por sí tendía a la esbeltez, se volvió mórbidamente
acentuado hasta el grado de convertir en comunes un par de enfermedades
que antes eran más bien extrañas: la anorexia y la bulimia?);
y la única que pareció protegerse a sí misma, además
de los altos aranceles que debía pagar, fue la nueva tecnología,
que era y sigue siendo bastante más cara que en Estados
Unidos. Por otra parte, b) la falta de mano de obra especializada, tanto
para trabajar los equipos como para repararlos y darles mantenimiento.
(Este problema aún lo sufrimos con la así llamada plataforma
Macintosh, no así con las pc. Las computadoras de la manzana mordida
siguen siendo los Rolls Royce de la industria gráfica. ¿Cuántos
mecánicos conoce usted en México que puedan reparar un Rolls?
Pues sólo unos cuantos más existen para tratar de tú
a tú con el software o el hardware de una Mac.) En
nuestra aventura microempresarial tuvimos la suerte de que nuestro diseñador
de cabecera, Pablito Labastida, contrajera una especie de furor insaciable
por las nuevas máquinas, los nuevos programas, las más recientes
herramientas, y que las hermanas Ángela y Rosa Trujano tuvieran
una mentalidad mucho más lúcida que la nuestra para aprender
a la primera, y sin saber inglés, las intrincadas órdenes
y los complejos meandros de los programas de diseño y el procesador
de palabras. Así, quien esto escribe se lanzó a las turbulentas
aguas de la corrección (ortotipográfica y de estilo) y la
redacción directamente en pantalla, utilizando los instrumentos
que el programa Word pone a nuestra disposición (que se hagan visibles
las correcciones, que el diccionario de sinónimos aunque racista
y todo sea bastante completo, al igual que el ortográfico,
el cual también puede ser alimentado con nuevos términos
y palabras). El procesador de palabras no es una máquina de escribir
sino un complejo programa de edición que ha sido corregido y mejorado
a cada nueva versión. No puede sustituirnos porque simplemente es
una herramienta, muy motherna pero sólo eso, una herramienta.
Y por último, c) la tragedia del crack bancario, que todavía
llevamos sobre los hombros y no podemos olvidar. El Barzón, con
sus buenas y sus malas razones, no puede dejarnos olvidar el estúpido
error de diciembre de 1994. El país se encuentra en quiebra técnica,
por más que los préstamos mundiales y las cifras macroeconómicas,
que no se atreven a asomarse a la realidad de injusticia moral que engendra
el (fracaso del) sistema neoliberal, traten de decir lo contrario. Quizá
sólo a principios de la revolución industrial fue tan evidente
el abismo entre una élite de beneficiados y una enorme masa condenada
a la pobreza el hambre y (ahora peor) el desempleo. (Continuará.)