La Jornada Semanal, 30 de julio del 2000



Germaine Gómez Haro

Artes visuales

ARTE ALTERNATIVO EN OAXACA

Hoy por hoy, Oaxaca es considerado como el epicentro artístico de nuestro país por la rica atmósfera cultural que ha ido in crescendo desde la década de los ochenta. Su auge se debe, en gran medida, a la proliferación de artistas plásticos que han dado vida e impulso a las galerías locales. Pero no cabe duda de que esta efervescencia cultural es el resultado de la intensa labor de difusión de las artes que ha emprendido Francisco Toledo a través de la creación de centros culturales que propician la interrelación entre las diversas manifestaciones artísticas.

Se dice que en Oaxaca brotan artistas debajo de las piedras, y prueba de ello fue la megaexhibición presentada el pasado mes de enero en la antigua fábrica de tejidos de Vista Hermosa, bajo el título ``San Agustín 2000. Arte de Oaxaca'', la cual incluyó a cerca de 300 artistas, la gran mayoría locales, con la participación de algunos invitados que han trabajado en esa región. Como es de imaginarse, es una muestra organizada por convocatoria abierta para dar democrática cabida a todos los interesados en exponer su trabajo. El resultado fue un mélange de dulce, de chile y de manteca. Sin embargo fue interesante comprobar, casi a manera de censo, la sorprendente cantidad de artistas visuales activos en ese estado.

Aunque resulte indudable el buen número de artistas plásticos oaxaqueños de merecido reconocimiento, es imposible negar que, en algunos casos, el éxito comercial ha provocado la autocomplacencia en diversos jóvenes, cuyo desarrollo creativo ha caído en el estancamiento y, por ende, presenciamos una soporífera repetición de formas y estilos que se han vuelto estereotipos. Es necesario que los artistas jóvenes oaxaqueños respiren aires frescos y, sobre todo, que salgan de su terruño y se enfrenten a la creación internacional. Así les decía Tamayo a sus coterráneos: ``Conserven sus raíces y universalícense.'' Por eso resulta grato el surgimiento de un grupo de artistas independientes que actualmente desarrollan propuestas alternativas en la ciudad de Oaxaca, al margen del circuito de las galerías comerciales. Esto ha propiciado en la capital oaxaqueña la creación de espacios de exhibición que dan cabida al arte conceptual y fomentan la instalación y el performance.

Muestra de ello fue la exposición presentada recientemente en el Museo de la Ciudad de México, titulada irónicamente ``¿De Oaxaca?'', en la que participaron diez artistas ``fuera de la escuela oaxaqueña'': Russell Ellison, Peter Everson, Eduardo Garza, Selma Guisande, Miriam Ladrón de Guevara, Laurie Litowitz, Cynthia Martínez, Carmen Neuhaus Arvizu, Boris Spider y Francisco Verástegui. Estos creadores son originarios del Distrito Federal, Tamaulipas, Estados Unidos y Oaxaca, donde trabajan colectivamente en el grupo conocido como ``Asociación Oaxaqueña de Enredos Plásticos'' (AOEP). La curaduría estuvo a cargo de Laura de la Mora, quien se ha desempeñado como investigadora de arte alternativo en el Cenidiap y que, asimismo, ha sido el motor de este colectivo y su entusiasta promotora. La exposición constó de instalación, ensamblaje, fotografía, escultura, arte objeto, collage y video, así como de un performance realizado la noche de la inauguración.

El hecho de que se amplíe el repertorio de posibilidades artísticas en el ámbito oaxaqueño dominado por la pintura y, en particular, por ciertos lenguajes plenamente reconocibles, resulta alentador si con ello se logra fomentar el debate, la crítica y el análisis que tanta falta hacen en ese medio casi hermético. En este sentido, pienso que las propuestas alternativas pueden contribuir favorablemente a la proliferación de nuevas formas de creación que rompan con la ``inercia'' que se ha dado en esa región en los últimos tiempos. Sin embargo, no basta con ser diferente para ser original; si bien el trabajo de estos artistas abre la brecha al desarrollo de un arte oaxaqueño independiente al circuito comercial, en mi opinión las obras aquí reunidas no cuentan todavía con el nivel de calidad necesario para destacar entre la vorágine de lenguajes conceptuales que se presentan actualmente en galerías y museos del país. Incluso artistas como Laurie Litowitz y Selma Guisande, cuyo trabajo me parece muy interesante, en esta ocasión no presentaron obras afortunadas. Desde mi punto de vista, en términos generales falta concreción en los planteamientos teóricos y solidez en el desarrollo de las variopintas técnicas. Esto me lleva a pensar que en Oaxaca hace mucha falta la creación de talleres de arte alternativo a los cuales sean invitados artistas de reconocida trayectoria, que aporten su experiencia y conocimientos para consolidar esta incipiente veta del arte actual oaxaqueño que, por el momento, aún deja mucho que desear.

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Laurie Litowitz, arriba: Relativo al pasado I, 1998;

Semillas para el nuevo milenio IV, 1998