La Jornada Semanal, 16 de abril del 2000
Pequeño pueblo de provincia
``El patio de juegos de Dios''
Rito de regreso
¿Cuándo fue ``nuestra'' partida:
Hay que raspar para leer las tumbas
Cuando no hallar no importa
Sin dinero suficiente
Tras la tumba puntiaguda,
Llegaron al cielo
En el pueblo,
``Sus'' pilotos:
Al tiempo que consta en registros
en la tierra de ``mis'' padres
al
filo de la creación,
el puesto fronterizo desierto,
una hilera
de tilos,
el puesto contrario desierto,
ya nadie cruza
como
alguna vez
del viejo al nuevo mundo.
solían llamarlo por aquí:
¿con
qué juega El,
cuál es el mensaje de una vida,
cuál la
información,
qué podrá significar el juego
de ida y vuelta del
dato a la vida?Al otro extremo del pueblo:
pequeño, soleado
cementerio
ribeteado de pequeñas selvas:
avellanos, manzanos,
rosales, helechos,
ortigas, hongos, hierbas
alharaca de
gorjeadores,
cigueñas allá arriba
pájaros de mi secreta
infancia.
elegante ``pájaro'' naranja
resplandece en mi
memoria
sus alas cruzan el sol de oeste a este
de vuelta a su
tierra natal,
los dos pulcros niños
héroes de pura
sangre
simple narrativa
el testamento de una
nación
arrancado del anonimato
el doble molde
gracias a X y
al gentil Y.
antes de que las señales de
advertencia
se distinguieran con claridad
o muy cerca del
término
de la posibilidad,
por qué camino de avance
bajo los
tilos
fue a siniestra
o a diestra
fueron del este al
oeste
y con qué objeto
con qué fin en ``mí''?
cuatro horas y el calor
aumenta.
Pequeña losa en forma de libro
la tercera de arriba
para abajo
es una lápida puntiaguda
(como gorro de
payaso)
acaso una señal de ``nosotros''
cuyo oficio familiar era
el de encuadernador de libros.
esto es comunidad,
``mi'' gente
hundida
en ``nuestra'' gente que flota aquí,
sus piedras en el
mar de las praderas.
De modo que no importa
si el nombre canta
aquí o no:
¿qué es un nombre en las entrañas del olvido?
para comprar el equipo adecuado
acogido
al heroísmo:
llegada no llegada,
un choque antes de la
meta
en un ``gran'' país ``vecino'',
la escena toda bajo un
relicario
de vidrio en su propio museo
cuando la habían
sustraído
de las suásticas.
Tamaña multitud en el
funeral
nunca antes vista en la historia.
gruesos árboles esparcen la
oscuridad,
una enorme trinchera cual casa alargada:
mil personas
ocultas ahí,
no de muerte
natural, un tiro en la
nuca:
llevará vidas enteras
leer aquellos muertos.
estos luftmenschen antes de tiempo
a
contrapelo
de sus determinaciones.
Ahora estoy en la
mesa:
¡Devora mi vida, sol profundo!
¡Baja a los encantadores
pilotos
y a ``mis'' ancestros también!
``ellos'' los siempre presentes
celebran el
festival
de las generaciones por venir.
A medio camino entre
creaciones
todos comieron y bebieron lo mismo
escucharon el
pulso de la misma sangre
en la música excreméntica,
no les
pusimos atención.
¿Cuántos de ``sus'' padres
acaso habrían
ayudado
a rellenar este campo?
nada tan infiltrado
como ``nuestras'' cetrinas
legiones
de las que los milicianos nazis
dispondrían en su
momento.
Cómo más podría un vuelo oficial
entre tantos
otros
traer a casa los cadáveres
embalsamados
más tarde,
escondidos por años
de los diversos opresores
hasta que, otra
vez: independencia.
(quienes no duermen ni
sueñan)
que en un pueblo vecino
``ellos'' se paraban en los
techos
muchos sonrientes
a ver la balacera de
circo.