Ojarasca, 8 de noviembre de 1999 

 
 
Poesía mazateca

Los duendes  de la lengua
 

Álvaro Estrada
 

Un escritor mazateco habla sobre un poeta mazateco.
Álvaro Estrada (Huautla, Oaxaca) es autor del relato testimonial Huautla en tiempo de hippies,
así como recopilador y traductor de la extraordinaria vida de María Sabina, contada
por la propia sabia de los hongos. Estrada, también ingeniero mecánico formado en el
Instituto Politécnico Nacional, comenta Que siga lloviendo,
el segundo libro de poesía de Juan Gregorio Regino
(Nuevo Paso Nazareno, Oaxaca, 1962), recientemente publicado en edición
bilingüe por Escritores Indígenas de México A. C.
Bien conocido por los lectores de Ojarasca, Juan Gregorio Regino, publicó anteriormente
Sólo es eterna la muerte  (Dirección General de Culturas Populares y Editorial Diana,
México, 1994), y es autor de un alfabeto y un método de escritura para la hasta hace
poco ágrafa lengua mazateca.

el loco.Hace treinta años, Fernando Benítez refirió verbalmente ante mí que la lengua mazateca es más difícil que el chino. No sé en qué se basó el maestro para decirlo, pero francamente yo no tengo interés en saber qué tan difícil es el chino en comparación con la lengua mazateca.

Ahora que veo este libro de Juan Gregorio, escrito en lengua mazateca, más que chino me parece ver poemas rusos. La k y la x aparecen con frecuencia, con el afán de dar la entonación adecuada. Los lingüistas dicen que la mazateca se origina de una lengua madre llamada popoloca.

Juan Gregorio Regino proviene del llano de la zona, llamada Mazateca Baja por los geógrafos. Antes de que él naciera en 1962, unos dos años atrás los pueblos asentados quedaron sepultados bajo las aguas que formaron la presa Miguel Alemán. Los viejos habitantes lloraron al ver que sus casas, templos, panteones y placentas quedaron ahogados. Fue el gran trauma para la gente. El antropólogo Alfonso Villa Rojas y el escritor Fernando Benítez escribieron sobre las complicaciones psicológicas de la invasión tecnológica. Desde entonces, la evaporación del vaso formó enormes colchones de nubes que sueltan la lluvia en la mayor parte del año.

Juan Gregorio está impregnado de humedad, lluvia, frescura.

La poesía que encontramos en Que siga lloviendo refleja el clima y el ambiente. La obra no sólo evoca la lluvia; también está asperjada de luz, sonido y color. La música está presente en la poesía, pero en este caso, no se alcanza a percibir ya que la lengua mazateca, recordemos, es tonal, musical. Los lingüistas y religiosos norteamericanos --Los Cowan y Victoria Pike, por ejemplo-- usaron números para indiciar el sonido de las palabras, y cuatro de los cinco tonos que definen el sonido del lenguaje hablado. Desearon los lingüistas preservar no sólo la palabra escrita sino también el sonido mediante los números (del uno al cuatro) y algunos signos que, por desgracia, sólo ellos entendían. No obstante, aun cuando hablaron la lengua no pudieron entender algunas palabras. En la lengua mazateca existen palabras antiguas que para conocer su significado debe recurrirse a los ancianos.

Debo hacer otra observación. En el hablar común, los mazatecos usan la retórica. Supongo que así hablaron los griegos y los aztecas.

La tierra de Juan Gregorio es la zona del Papaloapan, zona calda para justificar la existencia del Pachá --especie de sultán-- hombre cincuentón que tiene de tres a cinco mujeres. Con la diferencia de que aquí las odaliscas mazatecas --morenas, de buen cuerpo y de carne dura como las chiapanecas-- no sólo satisfacen el deseo sexual del Pachá sino que trabajan partiendo leña, cosechando café o arando la tierra.

Ahora recuerdo que por ahí anduvo Andrés Huesca, aquel compositor veracruzano, autor de "Tres días sin verte, mujer" y "Aún se acuerda de mí", entre otras canciones. Huesca murió ahogado en el Papaloapan debido a que él andaba ahogado de alcohol.

La Mazateca es lugar de duendes mágicos y vengativos. Cuando Ernesto Zedillo fue a Ayautla a inaugurar un tramo de la carretera, hará unos dos años, le cayó un chapuzón que dijo ser el remojo. Un helicóptero Phantom con personal encargado de la logística para recibir el segundo arribo de Carlos Salinas de Gortari chocó en la montaña, en la falda del cerro de adoración en Huautla. El accidente en el que murieron unas trece personas evitó la llegada del entonces presidente de México. Probable venganza de los duendes mazatecos.

Después que las aguas cubrieron los pueblos ribereños de la zona Baja Mazateca, a fines del gobierno de Miguel Alemán, se formaron pueblos a los que llamaron, precisamente, Nuevo Paso, Nuevo Ixcatlán, etcétera. Juan Gregorio lo recuerda en la página 116 de su libro con el poema "Río y Pólvora..."

Hasta antes de Juan Gregorio los escritores indígenas se dedicaban a recolectar leyendas y mitos. Ahora descubrimos que ha nacido un poeta mazateco. Que escribe poesía pura, con buen oficio. No es necesario para quien habla la lengua mazateca leer las traducciones. Me pregunto cómo escribe Juan Gregorio sus poemas. ¿Piensa en mazateca? O ¿escribe en español y luego traduce? Pero debemos destacar que, con la mejor intención de Juan Gregorio, faltan los signos y números que aquellos lingüistas propusieron para dar los tonos de las palabras.

El futuro de las lenguas indígenas, para preservarlas, es la computadora. Sólo hay que inventar el software y un código que permitan guardar las palabras de un diccionario en un compact. Ya me imagino los poemas de Juan Gregorio en un compact, grabados en mazateca. Ahí estaría la lengua tonal, herencia del canto de pájaros. De esa lengua que puede ser silbada y que fue tema de un documental a inicios de los cincuenta. Gutierre Tibón recorrió la zona mazateca encontrando algo más que el lenguaje silbado.

La poesía de Juan Gregorio difiere del canto chamánico o sagrado. Ya Henry Munn escribió un ensayo llamado Los hongos del lenguaje refiriéndose concretamente al lenguaje esotérico de los chamanes mazatecos. En cambio Juan Gregorio aborda situaciones de la vida y aun rebasa en su palabras los confines de la tierra. Le preocupan los niños zapatistas y decanta el recuerdo del Chilam Balam. Va más allá del regionalismo en ocasiones. Sin embargo refleja el orgullo de ser mazateco. Quiere que muchos sepan cómo se habla, se piensa y se vive en su pueblo. No es fácil, para mí, resumir las sorpresas que encuentro en las páginas de Que siga lloviendo. Hay sutil erotismo pero también el canto triste a la niña, la hija que ha muerto. "Que siga lloviendo" es el poema que pretende retener a una mujer. Se siente en esa poesía que hoy se nos obsequia --el arte siempre es obsequio para los sentidos-- sinceridad, sentimiento, además de color, luz, agua y música.

Juan Gregorio, has hecho un libro excelente y te conminamos a seguir escribiendo, ejercitando el ingrato oficio de ser el primer poeta mazateco en su sentido cabal. Estás en la edad en que el poeta debe tomar su alforja. Debes caminar tintineando tus palabras con sonido de trino y campanitas. Palabras no siempre dulces, sino también de dolor, angustia y reflexión.