Ojarasca, julio 1999



Votos por puestos

-Se aprueba en lo general el estatuto del Consejo Indígena Mexicano --gritaba el conductor-animador de su Asamblea Constitutiva.

Por encima de la gritería se escuchaban los no de algunos de los asistentes. Desde el micrófono, Alejandro León Montecinos, priísta oaxaqueño, busca que las aclamaciones ahoguen las negativas.

-¿Está presente la delegación de Oaxaca?... Vivan los jarochos... Bien por el apoyo de Campeche.

A fuerza de porras regionalistas y banda de alientos, no con votos, la naciente organización de indígenas priístas aprobó sus lineamientos estatutarios.

Tres hoteles frente al Paseo Tolloacan en Toluca se abarrotaron los días 14 y 15 de junio con delegaciones enviadas a la Asamblea Constitutiva del Consejo Indígena Mexicano. No estaban igualmente representadas todas las corrientes indias dentro del partido oficial. No tenía relevancia la que se ha formado en la gestión agraria, más identificada con la Confederación Nacional Campesina (cnc); tampoco la línea formada en las lides pronasoleras; la corriente que sí figuró es la de los maestros de educación bilingüe y que ganó importancia en la xvii Asamblea Nacional del pri, con la creación de la Secretaría de Acción Indígena.

Muchos de los asistentes son parte de las fuerzas vivas de sus comunidades, son gestores en busca de programas gubernamentales que operar. Van por puestos y ofrecen votos. El programa político es un requisito sin importancia. Por eso se sigue hablando de ``grupos étnicos'' cuando es consenso nacional e internacioanl referirse a ``pueblos indígenas''; por eso proponen el reconocimiento de ``sistemas político-administrativos, unitarios, propios y autónomos de cada pueblo indígena'', como si eso pudiera sustituir el reconocimiento de la autonomía.

La formación del Consejo Indígena Mexicano coincide con el arranque de las campañas de precandidatos priístas al 2000. Si tienen gallo no lo dejan ver, pero están para lo que se pueda ofrecer. Enrique Ku Herrera, dirigente (casi) indisputado de la organización, ya dejó constancia de la rabia que le causa que no sea un indio quien dirija el organismo federal dedicado a la atención de los indígenas.

Eugenio Bermejillo

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